82. Algún Día

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Los primeros y cálidos rayos del día se filtraron a través de las traslúcidas cortinas prolongando su luz por el suelo. La gran mayoría de velas apostadas por toda la redecorada habitación aún así continuaban encendidas.

La Heda de los Trece Clanes estaba apostada de lado sobre su viejo diván con Clarke sentada frente a ella y vendaba cuidadosamente la herida de su muñeca. Le había extraído algunos de los cristales que se habían quedado incrustados en su lastimada piel, y los había ido depositando sobre un pequeño cuenco en su regazo antes de proceder a desinfectar bien la herida y a vendarla.

Halena al final había sucumbido a la infatigable hambre y al sueño, y descansaba ahora bajo las acogedoras pieles de la gran y confortable cama de la Comandante de la Sangre.

Clarke que tiene el brazo extendido hacia ella viendo como lo envolvía cuidadosamente con el vendaje llevaba ya rato contemplándola en silencio.

Lexa que estaba concentrada en la tarea sintió sus ojos escrutarla de aquella forma tan característica suya y sin detenerse la miró por un instante.

—Adelante, Clarke di lo que tengas que decirme.

Clarke que se la quedo mirando no supo bien ni cómo comenzar en aquel momento. Tantas ideas asaltaban su mente al mismo tiempo que sus pensamientos eran un verdadero caos.

—Esa niña, Halena... —repuso Clarke quedamente antes de volver la cabeza para verla dormir a lo lejos en la cama—. Has salvado su vida. La has salvado a ella.

Lexa que guardo silencio contemplando a Clarke bajo nuevamente la mirada a la venda volviendo a

rodear su muñeca con ella cautelosamente.

—Sobreestimas mi humanidad.

Clarke que la miro nuevamente busco sus ojos con gentileza.

—La has acogido bajo tu protección, la has amparado de los males que la acechan. Has sido muy generosa al traerla aquí y querer mantenerla a tu lado. No todo el mundo habría hecho eso.

—Cada vida es única, Clarke y una vida tan joven como la de ella, debe ser salvaguardada y protegida todo cuánto se pueda.

Clarke que se la quedo mirando largamente, viendo en sus ojos una sabiduría de la que ella misma no era consciente hizo un sutil gesto.

—¿No te preocupa lo que pueda pasar contigo ahora?

Lexa que terminó de ajustar la venda soltó despacio su muñeca antes de bajar la mirada al recipiente viendo los cristales sucios dentro. La roja sangre tan distinta a la suya le recordaba su desigual existencia.

—Me preocupa mucho más el poder garantizar un futuro para ella.

Clarke no entendía cómo sin apenas conocerla, Halena despertaba un instinto tan maternal y vehemente en Lexa, un rasgo que ella nunca hubiese destacado de su personalidad.

—Lexa, ¿puedo preguntarte algo?

La Heda de los Trece Clanes asintió imperceptiblemente. Y Clarke trató de encontrar la manera de que no sonase como una acusación.

—¿Por qué te has quedado con ella? —se atrevió a preguntar finalmente sincera—. Podrías haberla dejado en buenas manos con alguien más que pudiese ocuparse de ella. Podrías haberla puesto a salvo de cualquier otra manera y aún así, has preferido arriesgarlo todo por quedarte con ella.

Lexa que se la quedo mirando largamente al escuchar su exposición y su planteamiento, acabó teniendo que apartar la mirada esquiva para no revelar con ella todos esos abrumadores sentimientos.

—¿Por qué lo has hecho? —murmuró Clarke al verla apartarse de ella.

—Hace demasiado tiempo que no me veo en la obligación de justificar mis decisiones ante nadie, Clarke —repuso Lexa guardando silencio por largos momentos—. Solo sentía que necesitaba hacerlo.

Clarke que se la quedo mirando por largos instantes en silencio terminó haciendo un débil gesto.

—Algún día vas a tener que contarmela.

Lexa que la escuchó volvió la cabeza hacia atrás para verla.

—¿El qué?

—La historia de tu vida —respondió Clarke sincera fijándose bien en ella.

La Heda de los Trece Clanes que esbozo una apacible sonrisa casi para si se acercó a la cama cubriendo mejor a Halena con las abrigadas pieles viéndola dormir profundamente.

—Algún día, tal vez —murmuró finalmente contemplando ahora a la rubia.

Continuara...

Asumámoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 1. (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora