Le hicieron varias pruebas a Abby y nos darían los resultados por la mañana. Estábamos en la habitación después de haber cenado.
Ella apenas había intercambiado alguna palabra conmigo. La idea de que ella me dejara me hacia querer vomitar. Había invitado a Selena porque hacía tiempo que no nos veíamos. Ni siquiera pensé que ella se lo tomaría mal. Y la foto... Había sido un estúpido.
- ¿Abby? - ella dejó de mirar el libro que estaba leyendo. - ¿Lo que tenemos se acabó? - lamió sus labios y abrió la boca para contestar pero la interrumpí. - No me lo digas - negué con la cabeza.- He estado pensando que podíamos ir a Nueva York como teníamos planeado, y después, si no quieres volver a verme, lo respeto. - Ella suspiró y volvió a mirar a su libro. - Por un momento pensé que podrías estar embarazada. - me miró con sus ojos bien abierto.
- No, claro que no - negó con la cabeza - Eso sería horrible.
- Si - susurré - lo sería. - Aunque la idea de tener un mini-Bieber dentro de unos años no me parecía tan horrible.
Abby se emocionó cuando miró por la ventana del avión y vio que estábamos volando sobre Nueva York. Estaba como si fuera una niña que iba a estrenar unos zapatos nuevos.
Los médicos no le encontraron nada, solo desmayos a causa del estrés, así que respiramos tranquilos y le dieron el alta al día siguiente.
Ella quería que durmiéramos en habitaciones separadas, no, no iba a hacerlo. Eran los últimos días que iba a pasar con ella y no podía desaprovecharlos.
- ¿Mi habitación? - preguntó cuando llegamos a la última planta.
- Es la misma que la mía - tiré de su mano hacia la puerta de nuestra habitación.
- ¿Qué? No, pide otra - intentó resistirse. Metí la tarjeta en la puerta y abrí. Ella se resistió a entrar en la habitación.
- Nena, no montes un espectáculo - conseguí meterla y cerré la puerta.
- ¿Espectáculo? - ella bufó - ¿Que palabra de "No quiero dormir contigo" no has entendido?
- El "No" - sonreí y ella rodó los ojos molesta. Se giró y caminó por la habitación hasta llegar a la ventana. No quería que ella estuviese molesta conmigo. Me acerqué a ella por detrás. Sintiendo la cercanía de su cuerpo, sin tocarla. Ella estaba viendo las vistas.
- Bonitas vistas - dijo.
- Si, lo son - quería rodear su cintura con mis brazos y atraerla a mi pecho. Pero mantuve mis manos quietas sabiendo que ella no quería eso. - ¿Vamos a ver la ciudad? - ella se giró y miré hacia abajo para mirar sus ojos marrones.
- Si - ella sonrió.
Paseamos por las calles de Nueva York, intentando pasar desapercibidos. Abby sacaba fotos de todo lo que veía y yo sacaba fotos de ella, o de nosotros dos juntos, siempre manteniendo las distancias con ella. Sonreía al ver su sonrisa y al verla ir de un lado a otro señalando donde quería entrar. Incluso la estaba grabando.
Íbamos seguidos por Mike, mi guardaespaldas, papá, Milk y Za. Iba al lado de Abby y quise pasar mi brazo por sus hombros, y lo hice. Ella se tensó pero acabó poniendo su brazo alrededor de mi cintura. - Esto no significa que todo ha vuelto a ser como antes.
- Lo sé - aproveché la sensación que sentía junto a ella. - She give me buttlerflies and they won't go away - canté para mi una frase de Memphis.
- Se que intentas volver a conquistarme - ella movió la rosa roja que llevaba en su mano.
- ¿Está funcionando? - la miré.
- No, Justin. No me voy porque hayas dejado de gustarme, me voy porque es lo mejor.
- Nadie se va del lado de la persona que quiere porque es lo mejor.
- Quizás soy la excepción - ella siguió caminando abrazada a mi. Quería que se quedara.
Miré el puente de Brooklyn para después mirar a Abby. Ella sonreía de oreja a oreja y la vi sacar su cámara del bolso. - Y aquí está el famoso puente - dijo Milk señalando al inmenso puente que se encontraba a nuestra derecha.
- ¿Estás bien? - Za se acercó a mi mientras que miraba a Abby hacerse una foto con Milk y detrás el puente.
- No quiero que se vaya - admití. Za suspiró.
- ¿Por qué no intentas hablar con ella ahora? ¿Como en las películas - Za me dio unas palmadas en el hombro.
Me acerqué a Abby que estaba admirando todo esto y me puse a su lado metiendo las manos en los bolsillos de mi abrigo. - No me puedo creer que este viendo esto y no sea por la pantalla de la televisión.
- Me alegro de que te guste - estaba nervioso, era la primera vez que me pasaba y no sabía cómo afrontarlo. Ella se iba mañana y no habíamos hablado del tema. Necesitaba besarla y decirle cuanto la quería. Quería que ella entendiera que todo lo de "Jelena" era publicidad para los dos. - Abby yo.... No voy a insistir en que te quedes conmigo, creo que ya me ha quedado claro que te vas, pero... Necesito que sepas que te amo, que nunca fue mi intención hacerte daño, que todo lo de Selena es... Solo publicidad para ambos, somos amigos...
- Justin...
- Déjame acabar - le pedí y la miré. - Me odio por haberme olvidado de tu vuelo, y fui un estúpido en año nuevo, lo sé. Lo siento, si pudiera volver atrás...
- No quiero que te disculpes, lo hecho está hecho.
- Sabes que te daría todo lo que quisieras.
- No puedes darme lo que quiero - miró hacia otro lado.
- ¿Que quieres? Intentaré dártelo.
Ella negó con su cabeza - Yo solo quiero un novio normal, alguien que no tenga que viajar quince horas para poder verme. Alguien al que pueda besar la mayoría de los días y no cinco veces al mes, y ni eso... No encajo en tu mundo de paparazis y fans, y tú ya no encajas en el mundo normal. - la vi morder su labio inferior - Es por eso que me voy. Me voy porque no puedo con esto. Me gustaría poder hablar contigo sin que ninguno de los dos tenga que estar despierta toda la madrugada. Me gustaría tener una cita con alguien y que no sea por Skype. - Miré hacia el frente. Ella tenía razón. - Lo siento. - ella se giró pero cogí su mano.
Nos miramos a los ojos lo que parecieron minutos - Te quiero - ella hizo un pequeño puchero con su labio inferior. Eso tiró de mi fibra sensible. La atraje hacia mí y la abracé. Ella enterró su rostro en mi pecho y besé su coronilla. Debería dejarla ir.
- Te entiendo, tienes razón. - ella levantó su mirada sin separarse de mi.
- ¿De verdad me entiendes? - sus ojos estaban cristalinos.
- Si cariño, lo hago. Saquémonos una foto de recuerdo. - Ella sonrió y sutilmente se secó sus ojos. Saqué mi móvil del bolsillo y apunté hacia nosotros.
-Mmmmm... Salgo horrible - ella se tocó la punta de la nariz con su dedo índice. Volví a mirar la foto y negué con la cabeza.
- Sales precio.... - mi móvil me interrumpió. En la pantalla se iluminó el nombre de Cailin y su foto apareció. Cuando miré donde estaba Abby ella ya no estaba.
- ¡Hola Saul! - chocamos nuestras manos - ¿Como estas?
- Bien Bieber, ¿Y tú?
- Bien, ella es mi chi... Es Abby - le presenté.
- Hola – Ella le dio la mano.
- ¿Que te quieres hacer? ¿Alguna idea?
- Quiero él tatuaje que él tiene en la cadera - miré a Abby, que estaba mirándome.
- ¿Quieres mi mismo tatuaje? - ella asintió.
- Bien, voy a hacerlo - me levanté mi camiseta mientras Saul hacía el pájaro en un papel. - ¿Así? Idénticos - puso el folio al lado de mi cintura.
- Perfecto - Abby sonrió.
- Voy a pasarlo al papel. - Ella y yo nos sentamos mientras él pasaba el tatuaje.
- ¿Nerviosa? - le pregunté agarrando su mano.
- Un poco - ella apretó mi mano. Esperamos a que Saul preparara todo. Abby movía su pierna como si tuviera un tic nervioso.
- Tiéndete en la camilla. - Abby se levantó y soltó mi mano. Ella se subió en la camilla y levantó sus camisetas. - ¿Aquí? - le preguntó poniéndole el tatuaje en su cintura.
- Si - ella miró hacia el techo y respiró hondo. Me levanté y me puse a su lado. Ella escuchó el ruido que hacia la aguja.
- No te muevas - ella asintió y sus dedos rozaron los míos cogiendo mi mano. Ella mordió su labio cuando la aguja se posó en su piel. Mordió su labio y me fijé en la labor de Saul.
- Gracias - dijo cuando entramos en la habitación.
- ¿Por qué?
- Por esto - Abby se quitó su abrigo y lo dejó en el sofá.
- No tienes que darlas - miré su trasero mientras ella se dirigía a la habitación. Caminé a grandes zancadas hacia ella y la cogí del brazo haciendo que se girara. - Hace una semana que no te beso.
- Justin - ella me miró suplicante para que la soltara. Su cuerpo decía tócame mientras que sus ojos me rogaban que no lo hiciera. Puse mis manos en sus mejillas y respiré con mis labios entre abiertos cerca de los de ella. Sus labios se entreabrieron y pude sentir su respiración. Puso sus manos en mis muñecas.
- Quizás tu cerebro y alguna parte de tu corazón no quiere que haga esto, pero la otra parte y tu cuerpo me gritan que te toque. - Ella se quedó inmóvil, esperando asustada mi siguiente movimiento. - Solo necesito una señal para besarte - susurré a centímetros de sus labios, casi rozándolos. Rocé mi nariz con la suya y ella inconscientemente buscó mis labios.
Sentí sus dulces y suaves labios sobre los míos. Fruncí el ceño cuando ella se separó. - No - susurró.
- Sé mía esta última noche - susurré. Ella cerró sus ojos y mordió todo su labio inferior para después asentir.
Una fina capa de sudor cubría nuestros cuerpos, tocaba todo su cuerpo queriendo recordar el tacto de su piel. Ella estaba decidida a dejarme y sabía que no iba a echarse atrás en su decisión.
Gemí, estaba llegando. - Nena, ¿Ya? - pregunté.
- Lo necesito más duro - gruñí y apoyando mis codos en la cama, a ambos lados de su cabeza la embestí fuerte haciendo que tirara de mi pelo. Seguí haciéndoselo duro y sentí sus uñas en mi espalda. Gemí ante eso y llegué a mi orgasmo, corriéndome en el preservativo. Respiré agitado y seguí penetrándola hasta que la escuché gemir y se agarró más a mí. La besé ahogando su gemido. Dejé de moverme tan rápido y la miré a los ojos. Ella buscó de nuevo mis labios y la besé.
Salí de ella y me levanté para quitarme el preservativo. Fui desnudo al cuarto de baño y después de liar el preservativo en papel, lo tiré. Volví a la cama y vi a Abby sentada en la cama tapada con la sábana. - ¿En qué piensas? - le pregunté. Ella me miró y sonrió forzosamente para después volver a mirar a la cama. -¿Te arrepientes de haberlo hecho? - me senté a su lado. Ella negó con la cabeza y respiré aliviado. Me volví a levantar y me puse mis bóxers. Me giré y la vi levantarse. - ¿Dónde vas?
- Voy a ducharme.
- No, lo harás mañana, tiéndete conmigo ahora - ella me miró y la vi ponerse su ropa interior.
Me tendí en la cama y eché las mantas por encima, ella no tardó en meterse y acurrucarse debajo de las mantas. - Ven, aquí - abrí mi brazo y ella se apoyó en mi pecho y nos abrazamos. - Estas muy callada - ella tardó unos largos segundos en contestar.
- No tengo nada que decir - cogió la mitad de corazón que ella me había regalado y empezó a jugar con el colgante.
- No quiero que esto acabe así. Simplemente no quiero que acabe. - la estreché contra mi.
- Ya hemos hablado de esto... - ella suspiró.
- Dijiste que siempre ibas a amarme - cogí su mano y las junté viendo el tamaño de nuestras manos. Su mano era mucho más pequeña que la mía.
- Lo dije. - murmuró.
- ¿Y dónde quedó eso? - entrelacé nuestros dedos.
- Yo me refería a amor en sentido de fan a ídolo. Recuerdo que cuando te lo dije, me estabas dejando porque era lo mejor. - uní mis labios en una fina línea.
- Nena, estás destrozando mi corazón. - escuché un leve sollozo de Abby e intenté mirarla, pero ella tenía su rostro enterrado en mi cuello. - ¿Abby? - intenté separarla para mirarla, pero no hizo falta, ya que ella se separó de mi y salió de entre las sábanas.
- ¿Y tú? - ella me miró y vi algunas lágrimas cayendo por sus mejillas. - ¿Tú no has destrozado mi corazón? Me haces sentir la mala cuando no tengo toda la culpa de haber llegado a esta decisión - me senté en la cama.
- Se que te he hecho daño - me levanté - Pero...
- Pero nada... Yo fui una estúpida por querer hacerte ver que hay otras cosas aparte de la fama, y tú fuiste estúpido al ilusionarme y hacerme pensar que esto podría funcionar.
- Todas las relaciones tienen sus altos y bajos, no podemos simplemente rendirnos - empezaba a desesperarme.
- Pues yo me rindo - ella se dio por vencida.
- No - negué con la cabeza. - No puedes hacer eso.
- Pensé que podría aguantarlo, verdaderamente llegué a pensarlo, pero ahora me doy cuenta de que todo esto es demasiado grande para mí. - ella se giró y de algún cajón sacó su pijama.
- ¿No quieres volver a intentarlo? ¿No quieres estar junto a mí?
- ¿Por qué te fijaste en mí, Justin? De todas las fans que has conocido, ¿Por qué yo? - fruncí el ceño. ¿Por qué ella?
- Tus ojos me llamaron la atención, también me llamó la atención cómo mantuviste la calma junto a mí, y tus piernas, me enamoré de tu trasero. Y tu pelo - me había acercado a ella y toqué su pelo para después bajar mi dedo en sus labios. - Y tus labios. Tu dulce voz - susurré. Abby miró hacia otro lado.
- Tengo que dormir, mañana me espera un vuelo muy largo.
Ni siquiera pude evitar sentir el vacío cuando Abby fue a pasar el control de seguridad. Iba camuflado para evitar miradas, aunque algunas personas me miraban, pero solo me importaba la mirada de una persona más pequeña que estaba frente a mí.
- Bueno - ella se movió incómoda - Hasta pronto - lamió sus labios nervios.
- Si - carraspeé mirando hacia ambos lados. Ella se giró pero cogí su mano haciendo que me mirara de nuevo - Un último beso.
- Justin... no me hagas esto más difícil. - nos miramos y al final ella se puso de puntillas y llegó a mis labios. Puse una mano en su cintura mientras que la otra seguía sosteniendo su mano.
- Te voy a echar de menos - dije.
- Yo también, adiós - solté su mano a medida que ella se iba separando.
La vi entrar en el control de seguridad hasta que la perdí entre la gente. De mi bolsillo saqué un papel arrugado, donde estaban mis sueños por cumplir y al lado los de Abby. Suspiré y volví a guardarlo en mis pantalones sintiéndome derrotado.
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