Abby
Me levanté y arrastré mis pies por la habitación hasta llegar al cuarto de baño. Me miré al espejo y lavé mi cara y los dientes. Mis pelos estaban indomables, cada ondulación tiraba para donde quería. Así que me hice una cola con la gomilla que tenía en mi muñeca. Me miré una última vez y salí. Viendo a Justin sentado a los pies de la cama mientras miraba al suelo.
Me detuve en contemplar su perfil. Desde su pelo revuelto, pasando por su nariz puntiaguda, siguiendo por su mandíbula. Él me miró serio. - ¿No tienes nada que contarme?
Fruncí el ceño - No que yo sepa, ¿Ha pasado algo? - no quería enfrentarme con Justin enfadado. Era algo que había experimentado una vez y no quería volverlo a ver.
- No sé si lo sabías. Pero hay un video en youtube, donde sales en el aeropuerto de Madrid hablando con unas chicas. - mordí mi labio nerviosa. ¿Ellas me habían grabado? - ¿No pensabas comentarme nada?
- ¿Sobre qué? - me hice la loca.
- ¡Sobre lo que viste Abby! - Justin se levantó e involuntariamente retrocedí un paso. - ¿¡Es que no ibas a decirme nada!?
- ¿Nada sobre qué?
- ¡Sobre lo que dije! Dímelo, Abby. Dime lo que piensas. Dime por qué lloraste. ¡¿Es que no te he demostrado que te amo?! ¡¿Que tengo que hacer para que te des cuenta?!
- ¡Dijiste que aun la amabas! ¿Cómo crees que me sentí?!- me señalé a mi misma.
- ¡No la amo de esa manera! ¡Solo como a una amiga! - desesperó y me quede callada.
- Mientes, aún no la has olvidado. Aún me queda mucho por hacer, y sinceramente no sé si lo consiga.
- Ya lo has conseguido.
- No. No sé si ella sigue dentro de tu corazón, pero sí de tu cabeza. Escucho "One life" a todas horas para creer que de verdad me amas. - Justin se giró y pasó una de sus manos por su rostro para después volver a sentarse en el borde de la cama.
- No puedo más - susurró con la voz quebrada. Me quede parada mientras que veía a Justin romperse frente a mí. Era la primera vez que Justin mostraba sus sentimientos. Me acerqué a él poco a poco mientras que este limpiaba sus lágrimas con la parte trasera de su mano. ¿Lo había hecho llorar?
Me puse frente a él y toqué su hombro preocupada. Pasé mi mano por su pelo y él abrió sus brazos y sus piernas atrayéndome a él para abrazarme por la cintura. Su cabeza descansaba en mi pecho mientras que mis manos viajaban de su pelo a su nuca en caricias. - Quiero volver a casa - se aferró a mi - No quiero esto. A veces solo quiero ser ese chico de Stratford. No quiero estar en el punto de mira de todo el mundo. Quiero ser normal.
Me sentía frustrada, Justin no estaba bien. Desde que lo conocí todo había sido un cúmulo de cosas que estaban acabando con él, y también conmigo. Aunque él mismo y la prensa se encargaban de destruirlo.
- Eres normal, Justin. Eres una persona como yo, solo que Dios te bendijo con este talento que el mundo no pudo ignorar. - besé su coronilla. - Estaré aquí, Justin. Siempre. Y si esto no funciona, me tendrás para lo que necesites. ¿Vale? - Él levantó su mirada y le sonreí. - No te dejare caer. Y si lo que necesitas un tiempo para pensar, lejos de los paparazis y de toda la fama, ya sabes dónde encontrarme.
- ¿Por qué esto suena a despedida?
- No lo sé, no es una despedida a menos que tu lo quieras.
- No, no lo quiero.
- Esto solo es un... No sé lo que es. Estoy disfrutando de este tiempo contigo, aunque haya llorando un rio estos meses. Pero sé que nunca podrás amarme de la forma en la que yo te amo.
Justin suspiró y cogió mi mano. - ¿Por qué piensas eso?
- Porque es la verdad - miré nuestros dedos entrelazados.
- Gracias - lo miré extrañada.
-¿Por qué?
- Durante el tiempo que estuvimos en España me hiciste sentir bien y normal. - sonreí abiertamente.
- No tienes que darlas. ¿Qué vamos a hacer hoy? - me senté en su pierna derecha y él me rodeó con sus brazos.
- Hay concierto de Kanye West esta noche. ¿Quieres ir?
- Claro.
- Y ahora he quedado con Chaz y Ryan en Stratford.
Mientras que Justin terminaba de arreglarse - ya que yo había ocupado el baño primero - entré en twitter y aparte de ver comentarios desagradables hacia nuestra relación " Jabby" vi que todas estaban hablando de un video, y vi que me echaban la culpa de que Justin fumara.
Fruncí el ceño y después de buscar entre varios tweets vi el video en youtube donde Justin salía ayer fumando en una especie de caravana. La verdad es que él nunca había fumado delante de mí.
- ¿Lista? - me preguntó Justin saliendo de la habitación y poniéndose la gorra.
- Si - quité el video y no le dije nada. Lo que menos quería era arruinarle el día.
Después de la cena con su familia el día de Noche Buena, - hay que decir que un poco incómoda por mi parte, ya que me sentía rara. - nos fuimos de nuevo al hotel.
- ¿Cómo te lo has pasado? - me preguntó quitándose su chaqueta y dejándola en uno de los sillones de la lujosa suite.
- Muy bien - me quité mi abrigo y lo dejé al lado de su chaqueta. - ¿No hay calefacción aquí? - froté mis brazos.
- ¿Tienes frío? - preguntó.
- ¿Frío? Voy a congelarme cualquier día de estos. En mi vida había visto la nieve, y menos nevar. No estoy acostumbrada a este frío.
- ¿Nunca habías visto la nieve? - me preguntó extrañado.
- No - me senté en el borde de la cama y me quité los zapatos.
- ¿Qué clase de bicho raro eres? - le tiré una zapatilla a lo que él la esquivó riendo.
- Yo no tengo culpa de que no nieve donde vivo. No soy un bicho raro.
- Ya he puesto la calefacción guerrera - reí ante eso. - Aunque si quieres puedo calentarte gratis.
- una sonrisa pícara tiró de la comisura de sus labios.
- ¿No me vas a cobrar? - alcé una ceja.
- Nada - se quitó las dos camisetas que llevaba y miré embobada su abdomen. - ¿Te gusta lo que ves? - hizo fuerza con sus brazos haciendo que sus músculos se marcaran más.
- Estás muy delgado - él dejó de hacer fuerza.
- Soy sexy.
- También, pero estás muy delgado.
- Tonterías, nena - Justin se quitó sus zapatos. - ¿No vas a desnudarte? - me dijo mientras se quitaba los calcetines.
- Estoy esperando a que se caliente la habitación - le sonreí al ver que él rodaba los ojos.
- Justin está preparado para hacerte entrar en calor - se acercó a mi.
- Espera - me levanté y me dirigí a la mesilla y me quité los pendientes. - Voy a desmaquillarme - me dirigí al cuarto de baño pero Justin cogió mi brazo y me cogió en peso tirandome a la cama. Reí al ver su impaciencia.
- Estas preciosa cuando termino de hacerte el amor y tienes tu maquillaje corrido.
- No digas tonterías - Justin me quitó los calcetines.
- No son tonterías. Es cierto - sonreí mientras que negaba con la cabeza. Justin desabrochó mis pantalones y alcé mis caderas. - Oh nena, vas a matarme - miré hacia abajo y vi que miraba mi tanga.
Solté una carcajada - Eres un exagerado - Justin tiró de mis pantalones y los dejó en el suelo.
- No soy exagerado - se puso encima de mí sin aplastarme. Con su nariz rozó la mia y después la pasó por mi mejilla. - Aun tienes puesta tus camisetas.
- Y tú, tus pantalones - le recordé. Justin sonrió y me besó. Puse mis piernas alrededor de su cintura.
Justin se separó y se quitó los pantalones mientras que yo me quitaba la camiseta.
Él besó cada centímetro de mi piel, haciéndome sentir realmente bien.
Justin se puso el preservativo y se colocó en mi entrada. Entrando lentamente. - Haré esto lento - me dio un beso. Empezó a moverse lentamente y mientras me miraba. Puse mis manos en su cuello y las pasé por su espalda, Sintiendo todo el amor que Justin quería transmitirme mientras me susurraba cosas bonitas.
- Te quiero - me susurró a centímetros de mis labios.
- Yo también - Justin unió sus labios con los míos.
Justin me hizo sentir amada esa noche. No podía estar más feliz, incluso quería llorar de la felicidad tan inmensa que tenía en mi interior.
Desperté debido al ruido proveniente de la sala. Me estiré y me quedé un momento mirando a la nada. - Buenos días preciosa - la voz de Justin. Lo miré y le sonreí. - Feliz Navidad.
- Feliz Navidad - le contesté de vuelta. - ¿A que huele?
- Es el desayuno, hoy desayunaremos en la cama. - Me incorporé y vi que trajo varias bandejas.
- ¿Cuánta comida has pedido? - miré todas las bandejas.
- No sabía lo que te apetecía. Así que pedí un poco de todo - cogió un croissant y casi lo devoró en el primer bocado.
- Mmm... - cogí una galleta - ¿Sabías que eres un tierno? - mordí la galleta y él me sonrió sin enseñar sus dientes ya que practicamente tenía el croissants metido en la boca.
- Bueno, uno es tierno cuando está enamorado. - sostuve mi cola cao con una mano mientras que con la otra mordía una magdalena. Él estaba enamorado de mí.
- Tengo algo para ti - dejé el vaso en la mesita de noche y fui a mi maleta, donde tenía guardado mi regalo. Cogí el pequeño paquete envuelto en papel rojo y plateado y volví a la cama.
- ¿Ya es hora de los regalos? - cogió el regalo.
- Solo de este, creo que es el momento indicado - me encogí de hombros.
Justin me miró para después empezar a romper el papel - Sabes que no tenías que haberme comprado nada.
- No tienes que preocuparte, lo robé - Justin me miró sorprendido y reí - Solo bromeaba - le hice una seña para que siguiera abriéndolo. Estaba nerviosa por su reacción.
Él dejó el papel de regalo a un lado y abrió la caja negra. Entonces sonrió y cogió los dos colgantes. Cada colgante era la mitad de un corazón. En uno estaban mis iniciales y en el otro las suyas. - Se que es un poco cursi, pero pensé que era buena idea. Me gustaría que siempre recuerdes que te quiero. Y ya que tú me has dicho que me quieres... - mi voz disminuyó - Puedo descambiarlo si no te gusta - me apresuré a decir.
- No - negó con la cabeza y separó los dos corazones. - Esto es perfecto, cariño - cogió el que tenía mis iniciales. - ¿Puedes ponérmelo? - asentí y con cuidado de no tirar nada, me puse detrás de él y me puse su colgante. - Te pondré el tuyo. Levanté mi pelo y Justin me puso mi colgante. - Es perfecto, Abby. Gracias - me giré y Justin cogió mi mentón y juntó nuestros labios. ¿Verdaderamente le había gustado? - Entonces, te daré yo uno de mis regalos. - Él se levantó y me comí mi magdalena mientras que él regresaba.
Justin volvió a la cama y me dio mi regalo en vuelto en papel dorado. Le sonreí y lo abrí. Era una caja negra. Lo abrí y vi un colgante, que tenía una llave.
- Parece que leíste mi mente - cogí el colgante de la caja. - Yo quería hacerte saber que aunque tú no lo creas, has conseguido la llave de mi corazón. - mis ojos se aguaron y los limpié con la parte trasera de mi mano.
- Gracias - murmuré. ¿Podía haber un momento más perfecto que este? Dicen que si luchas por algo, al final lo acabas consiguiendo. Había luchado por él, no me había rendido, y ahora lo tenía, tenía su corazón. No me había dado cuenta de que Justin había quitado las bandejas de encima de la cama.
- ¿Te ha gustado? - me preguntó poniéndose a mi lado y metiendo un mechón de pelo detrás de mi oreja.
- Si, gracias - lo miré y lo abracé. Justin me sentó en su regazo mientras tarareaba una melodía. El colgante aún estaba en mi mano, y supe que apartar de este momento, todo iría bien. Que la lluvia se había ido dejando el cielo despejado.
- ¡Ya estamos! - Justin entró en casa de su padre con varias bolsas y yo con otras. No es que los niños necesitaran juguetes, o ropa, pero a Justin le gustaba comprarles cosas, y no le culpo. Después de ver el cuarto de Jazzy me quedé asombrada. Me hubiera gustado tener uno igual.
Justin les dio los regalos a los niños y estos los abrieron ilusionados.
- Esto es para ti - dije dándole otro regalo - Justin frunció el ceño y yo le sonreí inocente. Había cogido algo de dinero de la beca que me habían dado para poder comprar los regalos.
- ¿En serio? - todos rieron cuando Justin sacó de la caja unos jeans y un cinturón. - ¿Pero qué es esto?
- Eso es un pantalón vaquero, para tu información, se siguen fabricando. Y eso - señalé el cinturón - Es por si se te cae. Cualquier día vas a perder los pantalones y no vas a darte cuenta. - Justin rió.
- Me gusta esta chica - escuché decir a Poo.
- ¿Y esto? - dijo sacando un bote pequeño. - Oh vamos, no puedo creerlo - sonrió mientras negaba con la cabeza.
- Eso se utiliza para hacer pompas de jabón. Te vi tan interesado mirando como en Sevilla lo hacían que quise comprarte uno. Lo que pasa es que esto las hace más pequeña. - moví el bote y lo desenrosqué. - ¿Puedo? - le pregunté a Erin. Ella asintió con una sonrisa divertida. Soplé suavemente donde estaba el agujero y salieron varias pompas. - ¿Ves? - le sonreí.
- ¡Son pompas! - gritó Jaxon. Le di el bote a Jazzy que se encargó de hacerlas mientras Jaxon las explotaba.
- ¿Hay algo más? - asentí y Justin volvió a la caja sacando un cd. - ¿Y esto? - sonreí.
- ¿Película porno casera? - escuché a Milk.
- Claro que no - lo miré y negué con la cabeza. - Nada sucio.
También le regalé un marco con una foto nuestra. Él me besó para después empezar a darme mis regalos.
- Primero este - me dio una caja rectangular y lo abrí para ver The Key. Reí.
- Gracias, no la tenía - dije abriendo la caja y oliendo la colonia. Después la cerré y la metí en la caja. Cogí otro regalo. Este era fino, parecía que había dentro papel. Fruncí el ceño y lo abrí. Era de una compañía de vuelos. Lo abrí y miré los billetes de avión con destino a Nueva York.