Canción: Ellen - Kindly Calm me down
Justin silba y lo miro sonriendo abiertamente. Ya estaba pasando demasiada vergüenza con toda esa gente allí mirándome para que ahora mi prometido se pusiese a silbarme. Estoy subida en una moto y me dan órdenes de cómo tengo que ponerme y qué tengo que hacer. Ya había tenido un pequeño percance en la moto dónde casi me caigo y todos se habían abalanzado sobre mí como si me hubieran podido coger a tiempo si eso sucediera.
Justin está detrás, con su móvil apuntándome varias veces. Tenía prohibido revelar nada de la sesión y no sabía si lo estaba cumpliendo. Estábamos en Nashville, la sesión se estaba volviendo rara y eso me gustaba porque no era lo habitual. O eso creía.
Me ayudan a bajarme de la moto cuando tienen suficientes fotos y me pongo al lado del fotógrafo para verlas.
- Están geniales -sonrío viéndome.
Fuimos de un lado a otro, cambiándome de ropa, posando de diferentes maneras y... siendo feliz, porque lo era en ese momento. Era algo nuevo. Mi prima entrevista y sesión de fotos para una revista y todo porque Cosmopolitan quería enseñarle al mundo todo lo que la prometida de Bieber tenía que ofrecer.
- Estás preciosa -Justin besa mis labios castamente y me da un café mientras ellos preparan el lugar.
- Gracias, es lo que tiene el maquillaje. ¿Te aburres?
- Jamás. ¿Lo estás pasando bien?
- Mucho.
- ¡Abigail!
- Me llaman -le di un sorbo al café y me dirijo en los altos tacones a donde todo el mundo estaba.
- Tiéndete ahí.
- ¿En la paja? -señalo.
- Sí.
Me tumbo y sí, me pincho en mis piernas descubiertas. La chica que se encarga de mi maquillaje se acerca a mí y me retoca la barra de labios. Miro a la cámara y vuelvo a seguir las indicaciones, sube la mano, cierra los ojos y echa la cabeza hacia atrás, túmbate del todo y sube los brazos, abre un poco la boca.
Después de la sesión de fotos, volvemos al hotel y me ducho. Justin está sentado en el borde de la cama con su móvil y me pongo en frente. Se lo quito, lo tiro a la cama y me siento a horcajadas encima de él. No protesta por mi invasión y pone sus manos en mis piernas desnudas.
- ¿Qué hay para hacer en Nashville? -rodeo su cuello.
- Pensé que podíamos irnos ya, la entrevista será en Los Ángeles.
- Nunca he estado aquí -hago un puchero con mi labio inferior.
- No hay mucho que hacer aquí.
Ladeo la cabeza. - Me tomas el pelo, he estado buscando google.
- Google... ¿cuántas parejas habrá roto?
- No seas tonto.
- No tenemos seguridad.
- ¿Nos pasará algo?
- Deja que haga un par de llamadas y podremos ir dónde quieras, ¿vale?
- ¿En serio?
- En serio.
Sonrío y le doy un pequeño beso, sin embargo, él no me deja bajarme de su regazo.
- ¿Qué clase de beso ha sido ese? -pregunta. Vuelvo a juntar mis labios con los suyos y sé lo que quiere hacer. Quiere entretenerme para no tener que salir del hotel, que se haga tarde y al final, coger un vuelo a Los Ángeles.
A pesar de que se siente muy bien su lengua en mi boca y sus manos apretando mi trasero, me separo de él y le doy un pequeño beso en su nariz. - Haz ese par de llamadas, voy a vestirme -me bajo de su regazo.
- ¿Me vas a dejar así? -se queja.
- Ni siquiera eso ha empezado a subirse, no exageres.
- No lo llames eso, suena despectivo.
- ¿Acaso tiene un nombre? -saco los pantalones negros ajustados de la maleta y no tardo en ponérmelos.
- ¿No lo llamabais Jerry?
- Yo solía llamarlo cosita, ya sabes, sé el tamaño que tiene.
Recibo un cojín por detrás y suelto una carcajada. - No te mientas a ti misma, esta cosita te ha hecho gozar como nadie.
- Si bueno, no he probado muchas cositas -me pongo el jersey y lo miro.
Él está mirándome con una ceja alzada y evito sonreír, pero no puedo. Me río y me agacho para tirarle el cojín de vuelta. - Vamos, quiero ver cosas.
- Puedes verme a mi desnudo, seguro que soy más interesante que todo lo que hay en esta ciudad -se acerca peligrosamente a mí y pongo las manos en su pecho.
- Puedo verte de noche, quiero que salgamos y veamos algo.
Justin suspira pesadamente. - De acuerdo, haré esas llamadas.
Dicho y hecho. Un coche nos recogió y nos llevó a los sitios más importantes de Nashville. Teníamos a gente detrás de nosotros cuando se dieron cuenta de quién iba a mi lado pero no me importó. Entramos en el Partenón ante mi insistencia y me hago una foto antes.
- Es precioso -agarro la mano de Justin mientras miro a mi alrededor.
El Panteón es una réplica del de Atenas. Muevo la mano de Justin cuando señalo la gran estatua dorada de Atenea. Me acerco a las cuerdas que me separan de la escultura y la observo.
- Es enorme -apunta Justin.
- Sí que lo es, y tú querías irte ya.
Hay que decir que Justin tuvo a alguien de seguridad que nos siguiera antes que pudiera decir estoy lista. Vimos las galerías de arte y tenía que apuntar que Justin no era de ver cosas de esas.
- Vas a diferentes partes del mundo pero apenas ves las ciudades, ¿puedo saber por qué? -le pregunto cuando salimos del Partenón.
- Porque todo el mundo está allí para el concierto y hay mucha gente, prefiero salir por la noche.
- A clubs.
- Sí, ¿eso es malo?
Niego con la cabeza. - Deberías haber venido al castillo de Neuschwanstein.
- ¿De qué?
- Neuschwanstein. En un pueblo de Alemania. A ese sitio donde no quisiste acompañarme.
Salí emocionada de la habitación del hotel con mi portátil en mis brazos. Llamé a la puerta de Justin y no respondió. Sabía que estaba dentro, así que, llamé otra vez. Mordí mi labio inferior cuando él me abrió.
- ¿Qué ocurre? -se apoyó en el marco de la puerta.
- No quiero que estemos mal.
- ¿Y por qué me haces daño? -preguntó él.
- Justin... -dije en voz baja y agaché la cabeza, lo que menos quería era hacerle daño. Suspiré pesadamente y lo miré- No quiero hacerte daño, hoy no me apetecía salir, eso es todo.
Esta vez suspiró él y pasó una mano por su rostro. - ¿Qué querías?
Sonreí emocionada y abrí con un poco de dificultad el portátil para enseñarle la foto del castillo. - Quiero ir aquí. Está a una hora de camino.
Justin alzó una ceja y lo miré nerviosa. - ¿Por qué quieres ir ahí?
- Es bonito.
- ¿Piensas que es bonito?
Miré de nuevo la foto para ver si era la foto que yo quería enseñarle o se había puesto otra cosa. - Sí... ¿a ti no te gusta? He pensado que como mañana no hay concierto ni nada planeado en la agenda...
- No, no me gusta, y mañana pensaba ir a jugar al hockey.
- Ah -bajé mi vista al ordenador porque no podía soportar su dura mirada-. Vale -cerré el portátil-. Bien. Hasta mañana, entonces.
Me giré con un nudo en mi garganta y me encerré lo antes posible en mi habitación.
- Ah, sí -la voz de Justin me devuelve a la realidad.
- Fue una pasada, era precioso. Era como si estuviera en una película de princesas, ¿Sabes?
Justin asintió y esperé a que nos montáramos en el coche para poder hablar tranquilamente con él. Cuando estuvimos dentro, me giré en mi asiento y lo miré.
- ¿Por qué no te gusta ir a sitios conmigo.
- ¿Qué dices? -frunció su ceño.
- No te gusta salir conmigo, a duras penas salimos de casa y vamos a ver algo.
- Has estado mal, es normal que no hayamos salido.
Niego con la cabeza. - Pero ¿y cuando he estado bien? La verdad es que estuve sorprendida que me llevaras a dar una vuelta en helicóptero y después a cenar fue... no me lo esperaba. Pero nos dedicamos a estar en casa o en habitaciones de hotel.
- No me gusta salir con gente siguiéndome.
Junto mis labios en una fina línea y el hombre que conduce, Sam, nos pregunta dónde queremos ir ahora.
- Parque Shelby -digo y miro a Justin de nuevo-. Hemos basado nuestra relación en habitaciones de hotel o en nuestras casas. Apenas fuimos a sitios en Nueva Jersey.
- Hemos basado nuestra relación en hoteles porque querías mantenerte en secreto.
- ¿Y tú no? Justin -doy un largo suspiro-. Tienes la oportunidad de hacer y ver lo que quieras. Hay tantos lugares impresionantes por descubrir y no estamos viéndolos. Solo quiero pasar tiempo contigo, divirtiéndonos fuera de esas cuatro paredes.
Mi prometido se queda callado porque sabe que tengo razón.
- He estado a punto de morir, solo quiero vivir ahora.
- Tienes razón, es solo que... -espero a que él hable pero no continua con la frase, mira por la ventana y me acomodo en el asiento.
Una vez en el parque, me agarro a su mano y paseamos en silencio. Algunas personas lo reconocen y no tardo en ver a gente con el teléfono en sus manos, algunos siendo disimulados y otros no.
- No quiero que estés triste -dijo.
- No estoy triste -lo miro.
- Sí que lo estás -él se puso frente a mí y puso sus manos en mis hombros-. No es que no quiera salir contigo, nena, es que tampoco soy de ir a muchos sitios. Si quieres ver el mundo, lo veremos, lo prometo.
Sonrío un poco y lo abrazo. Él besa mi coronilla y me mueve de lado a lado haciéndome reír. - Te quiero -dice.
- Yo también a ti -me separo de él y cojo una de sus manos-. He pensado que podíamos ir mirando algo de la boda.
- ¿Quieres casarte ya? -Justin me mira sorprendido y asiento-. ¿Quien eres tú y que has hecho con mi Abby?
Río. - Tonto -me acerco a él, nuestros cuerpos pegados, mi cabeza mirando hacia arriba y la suya hacia abajo-. Quiero hacerlo ya, no puedo soportar la idea de que alguien más falte a mi boda -digo refiriéndome a mi abuelo.
- Cómo desees -sonríe y besa mis labios castamente-. Sabes que siempre he querido casarme contigo.
- ¿Vestido de Spiderman? -alzo una ceja.
- Vestido de lo que tú quieras -dice a escasos centímetros de mis labios.
- ¿Puede ser de traje de chaqueta? ¿Y de tu talla? Me pones mucho cuando te veo así vestido.
Justin sonríe abiertamente y niega con la cabeza. - Pensé que ibas a decirme desnudo.
- No quiero que a nuestros abuelos les dé un infarto.
- Tienes razón -ríe y besa mis labios.
**
Cojo el Mercedes Jeep negro de Justin y el coge el blanco. Vamos a desayunar fuera esa mañana. Habíamos llegado a Los Ángeles de noche para amanecer allí. Entro en la cafetería seguida de él y no tardamos en pedir. Me acomodo en mi asiento y Justin deja el móvil a un lado para tener toda su atención en mí.
- ¿Sabes que odio que tengas todas las consolas tiradas por el salón?
Justin alza una ceja y sonríe de lado. - Bueno, deben estar enchufadas a la televisión.
- Podrías buscarles un sitio, un mueble pequeño o algo, debajo de la televisión.
- Mmmmm... podrías jugar conmigo en vez de quejarte.
- Casi me caigo con los cables esta mañana -bebo de mi café.
- Eso es porque no has mirado por dónde ibas, las consolas llevan ahí desde que nos mudamos.
- Y he odiado cada minuto que han pasado ahí -muerdo la tostada.
- ¿Y lo de jugar conmigo?
- Depende de los juegos que tengas. Te digo que soy muy buena, pero he perdido práctica.
- ¿Es una excusa por si pierdes?
Sonrío. - No voy a perder, juegue a lo que juegue.
- Vaya, eres muy egocéntrica.
- He aprendido del mejor -digo con la boca llena-, tengo que ser cómo tu si quiero vivir contigo.
- No veo tu ropa tirada por el suelo.
- Eso nunca.
Justin ríe. - ¿Estás nerviosa?
- Sí -admito y miro la hora en mi reloj.
- ¿Sabes llegar?
- El coche tiene un buen sistema de GPS.
- Te recuerdo que te pones muy nerviosa a la hora de ir a un sitio dónde nunca has conducido, siempre me pides que te acompañe.
- Lo sé, pero algún día tiene que ser la primera vez, me irá bien.
- Podíamos ir a almorzar después e ir por la tarde a comprar algo de ropa.
- Vale -termino de beberme el café.
Observo a Justin terminar de desayunar, porque él come más lento que yo, cosa por la que ya me ha regañado más de una vez. Justin termina y después de pagar, salimos.
Los paparazzis están esperándonos en la puerta y nos dirigimos donde hemos aparcado los coches. El de Justin está primero y él me da un pequeño beso y deja ir mi mano para poder llegar a mi coche.
- Te amo -lo escucho decir. Me giro y le sonrío.
Esquivo a los paparazzis para montarme en el coche y no puedo evitar sonreír como una tonta.
La entrevista es en Santa Mónica, y como Justin dijo, estaba tan nerviosa mirando el GPS, los coches, que no tenía ni la música puesta. Conseguí llegar con éxito y en la puerta de un restaurante con vistas a la playa, estaban esperándome. Los saludo y entramos. Pido un té y espero impaciente a que Nerea empiece con la primera pregunta después de preguntarme cómo me encuentro y darme las gracias por ir.
- ¿Qué supone para ti ser la novia de Justin Bieber?
- Bueno es... una locura. Los paparazzis, los fans, el mundo de glamour... es algo a lo que no estaba acostumbrada y voy manejándolo con el tiempo. Cuando te metes de lleno en este mundo y todos se te echan encima por ser la novia de una persona tan seguida como él... es difícil, muy difícil.
- Sabemos que sus fans son muy protectoras con el cantante, ¿has tenido problemas con alguna?
Río y asiento. - Sí que te he tenido varios roces con algunas. Y bueno, también el acoso en las redes ha sido y es... frecuente a día de hoy, pero ignoro esos comentarios, ni siquiera los leo porque consiguen convertir un buen día en un mal día.
- ¿Cómo conociste a Justin? Han pasado muchos años de eso, ¿hay madurez por su parte?
- Fue en Believe Tour, después del concierto de Barcelona. Él estaba saliendo de un club y lo vi. Él se fijó en mí a pesar de que llevaba unas ojeras hasta las mejillas, estaba agotada y llevaba una sudadera gigante porque hacía frío -río al acordarme y Nerea ríe conmigo.
- Parece mentira que una persona como él se fijaría en una chica así.
- Exacto, pensé lo mismo. La verdad es que sí hay madurez por su parte ahora. Ha cambiado mucho y... es genial verlo bien, saludable y con otra mentalidad.
- Viendo el anillo que llevas, ¿cómo te imaginas la vida de casada junto a Justin?
- No llevo anillo -le enseño mi dedo y ella empieza a reírse.
- ¿No estabais prometidos?
- Sí, seguimos prometidos pero perdí el anillo y no hemos ido a mirar otro. Pero puedo contestarte a la pregunta -sonrío-. Me imagino la vida como la estamos viviendo ahora. Él seguirá dejando su ropa por medio, yo dejaré el maquillaje esparcido por el baño y Esther seguirá durmiendo a los pies de nuestra cama porque la tiene muy mal acostumbrada.
Nerea ríe. - Te ves recuperada, ¿cómo has lidiado con el tema del acosador? ¿Te esperabas algo así por parte de tu guardaespaldas?
Me quedo callada y muerdo mi labio inferior. Bebo un poco de té y me acomodo en el asiento. - Ha sido difícil porque jamás podría haberme imaginado que fuera él. Ha sido un golpe muy duro porque le había confiado mi protección y él... había estado ahí para mí a lo largo de todos estos meses.
- ¿Ha afectado eso a la relación que tienes con Justin?
- Creo que nos ha unido más. Ahora somos más cuidadosos con las personas que ponemos a nuestro alrededor.
- ¿En qué se diferencia la Abby de antes, con la que tengo aquí ahora?
- Ahora soy más fuerte que antes. También he... cambiado, he seguido madurando y veo las cosas de diferente manera que cómo las veía antes.
- Es duro perder a un familiar, en tu caso, te sirvió para madurar pronto... ¿cierto? ¿Sigues manteniendo contacto con tu hermano?
Lamo mis labios y respiro hondo. - Mi padre murió cuando yo era una adolescente y eso me hizo ver la vida de otra manera, quizás. Me costó mucho asimilar que no iba a verlo más y que no veríamos los partidos de fútbol nunca más juntos. Es... -Siento una presión en mi pecho y me estremezco-, duro, pero se aprende a vivir con ello. Y sí, tengo relación con mi hermano, estuvo unos días aquí cuando estuve en el hospital y piensa venir unos meses.
- Se te acusó en muchos medios de aprovecharte de Justin tras ese momento, ¿no crees que hacer eso es muy cruel por parte de los medios?
- ¿Cuándo murió mi madre? -Ella asiente-. Es normal que lo hicieran, yo también pensaría lo mismo, pero... en ningún momento me aproveché de él. Simplemente acepté una propuesta de trabajo que él me ofreció. Se han dicho muchas cosas de mí y la situación por la que estaba pasando y han hecho mucho daño -ella asiente a todo lo que le digo. Lamo mis labios-. Han sido muy crueles con nosotros. A día de hoy aún puedo ver a gente que se alegra de mis desgracias y no logro entender el fin de alegrarse de las desgracias ajenas.
- Y ahora mismo, ¿podrías decir que eres feliz completamente?
- No creo en la felicidad plena, porque siempre tenemos días tristes, pero estoy feliz ahora -sonrío.
- Se filtró información sobre el aborto que sufriste hace poco, ¿piensas que la vida está siendo injusta contigo?
Alzo mi ceja izquierda y la miro. ¿Un aborto? Miro hacia ambos lados del restaurante y niego con la cabeza juntando mis labios en una fina línea. - ¿Aborto? No he tenido ningún aborto.
Nerea me mira apurada y tacha la pregunta de su libreta. - Lo siento, es... madre mía -suelta una risa nerviosa y cierra el cuaderno dónde tiene apuntadas las preguntas-. Pensé que era información verdadera, lo siento.
- No te preocupes, no pasa nada.
- De verdad, no era mi intención.
Niego con la cabeza y escondo mi mano porque mis dedos están empezando a temblar, porque sospecho que esa información es cierta.
**
Bueno, se enteró y no como debería.
Las preguntas fueron hechas por 7Nerea así que la puse de entrevistadora para agradecerselo.
¿Algo que destacar de este capítulo?
¿Pensáis lo mismo que Abby? ¿Que él apenas sale con ella?
¿Que os ha parecido la entrevista?
¿Qué pasará cuando Abby llegue a casa?
Gracias por seguir leyendome a pesar del tiempo que Undercover lleva.
Muchas gracias a las personas que siguen votandome y comentandome.
Sois amor.
Preguntas: curiouscat.me/desirealba
Instagram adelantos: cruzundercover
Podéis pasaros por Lost Boy y Strangers 🌼