Undercover // Justin Bieber

By desirealba

3.1M 117K 21.5K

Encuentrame en las sombras, estaré protegida, hasta mañana. Está seguro de que no te sigan. No necesitas otr... More

En secreto.
Prólogo
Uno.
Dos.
Tres.
Cuatro.
Cinco.
Seis.
Siete.
Ocho.
Nueve.
Diez.
Once.
Doce.
Trece.
Catorce.
Quince.
Dieciseis.
Diecisiete.
Dieciocho.
Diecinueve.
Veinte.
Veintiuno.
Veintidos.
Veintitres.
Veinticuatro.
Veinticinco.
Veintiseis.
Veintisiete.
Veintiocho - Veintinueve
Treinta.
Treinta y uno.
Treinta y dos.
Treinta y tres- Treinta y cuatro- Treinta y cinco.
Treinta y seis.
Treinta y siete.
Treinta y ocho.
Treinta y nueve.
Cuarenta.
Cuarenta y uno.
Cuarenta y dos.
Cuarenta y tres.
Cuarenta y cuatro.
Cuarenta y cinco.
Cuarenta y seis.
Segunda Temporada. Prólogo
Uno.
Dos.
Tres.
Cuatro.
Cinco.
Seis.
Siete.
Ocho.
Nueve.
Diez.
Once.
Doce
Trece y Catorce
Quince
Dieciseis y Diecisiete
Dieciocho
Diecinueve.
Veinte
Veintiuno.
Veintidós.
Veintitres.
Veinticuatro.
Veinticinco
Veintiseis
Veintisiete
Veintiocho
Veintinueve
Treinta
Treinta y uno
Treinta y dos
Treinta y tres
Treinta y cuatro
Epílogo
Navidad.
Nuevos capitulos.
1. Extra Navidad.
2. Extra Navidad
3. Extra navidad.
4.Extra Navidad. Fin
Aclaración.
Capitulo extra por los 2.5K
¿Tercera temporada?
TERCERA TEMPORADA
Cast
Prólogo
Uno
Dos
Tres
Cuatro.
Cinco
Seis
Siete
Ocho [I]
Ocho [II]
Nueve
Diez [I]
Diez [II]
Once
Doce
Trece
Catorce [I]
Catorce [II]
Quince
Dieciseis
Diecisiete
Dieciocho
Diecinueve
Veinte
Veintiuno [I]
Veintiuno [II]
Veintidos
Veintitres
Veinticuatro [I]
Veinticuatro [II]
Veinticinco [I]
Veinticinco [II]
Veintiseis
Veintisiete [I]
Veintisiete [II]
Veintiocho
Veintinueve [I]
Veintinueve [II]
Veintinueve [III]
Capitulo privado subido
Treinta [I]
Treinta [II]
Treinta [III]
Treinta y uno [I]
Treinta y uno [II]
Treinta y uno [III]
Treinta y dos [I]
Treinta y dos [II]
Treinta y dos [III]
Treinta y tres [I]
Treinta y tres [II]
Treinta y tres [III]
Treinta y cuatro [I]
Treinta y cuatro [II]
Treinta y cuatro [III]
Treinta y cinco [I]
Treinta y cinco [II]
Treinta y cinco [III]
Treinta y seis [I]
Treinta y seis [II]
Treinta y siete
Treinta y ocho [I]
Treinta y ocho [II]
Treinta y nueve [I]
Treinta y nueve [II]
Cuarenta.
Cuarenta y uno.
Cuarenta y tres.
Cuarenta y cuatro.
Cuarenta y cinco.
Cuarenta y seis (extra)
Cuarenta y siete
Cuarenta y ocho
Cuarenta y nueve
Cincuenta
Cincuenta y uno
Cincuenta y dos
Cincuenta y tres.
Cincuenta y cuatro
Cincuenta y cinco.
Cincuenta y seis
Cincuenta y siete
Cincuenta y ocho
Cincuenta y nueve
Sesenta
Sesenta y uno
Sesenta y dos
Sesenta y tres
Sesenta y cuatro. «final»
Sesenta y cinco (extra)
Sesenta y seis (extra)
Sesenta y siete (extra) Penúltimo
Sesenta y ocho (extra) FINAL

Cuarenta y dos.

5.7K 421 219
By desirealba

Entré en la acogedora casa de Selena y observé todo a mi alrededor. Era muy rústica y hogareña, nada comparado con lo que siempre alquilaba Justin. Frío y muy grande. Seguí a Selena por su casa hasta llegar a la cocina.

— ¿Quieres algo de beber?

— Por favor.

Me apoyé en la barra y la vi abrir el frigorífico. — Tengo zumo de mango, ¿Te gusta?

— Sí.

— Es uno de mis favoritos.

Cogió dos vasos y los puso en la barra. Los llenó de zumo y me lo dio. Le agradecí y lo probé. — Vaya, sí que está rico.

— ¿Verdad? —sonrió.

— Tienes una casa muy bonita, muy acogedora.

— Acabo de adquirirla. He tenido que cambiarme varias veces porque entraban. Esta es perfecta para mí, intento hacer el lugar mio —la seguí mientras caminaba al jardín—, un sitio donde pueda sentirme cómoda y segura.

— Es lo mejor —salí al jardín y me senté en una de las sillas, dejando el zumo en la mesa de cristal.

— No hemos tenido mucho tiempo de conocernos. Quiero disculparme por el pasado, algunas cosas que hice no fueron las correctas.

Negué con la cabeza. — No tienes por qué disculparte.

— Claro que sí. Las fotos y.... —negó con la cabeza—. No sabía que estabas con él en ese entonces. Cuando te vi con él en Estocolmo después de irme... Fui una estúpida.

— Yo también.

Ella sonrió de lado. — Siento mucho todo lo que te ha pasado.

Me encogí de hombros restándole importancia.

— ¿Estás sola aquí? —asentí—. ¿Por qué te ha dejado sola?

— Está ocupado con el tour —arrugué la nariz—. La verdad es que no, el muy gilipollas ha estado en Miami y ha pasado de mí.

Selena soltó una carcajada. — Lo siento, no me esperaba que lo insultaras.

— No sé cómo manejarlo —admití—, a veces siento que él quiere recorrer el mundo conmigo y otras veces no.

— Él es muy complicado —Selena bebió del zumo y se acomodó en la silla—. Me alegro que el haya cambiado. Estás ahí a pesar de todo, supongo que como siempre, no se habrá dado cuenta lo que las personas hacen por él.

Suspiré pesadamente. — No sé qué hacer.

— ¿Seguís juntos?

— Se supone. He dejado de cogerle las llamadas, no quiero hablar con él por ahora.

— ¿Por qué?

— He estado mal con el juicio y eso —mordí mi labio—. Él estaba con el tour pero ni siquiera me ha llamado o enviado un mensaje —me quedé callada y bebí un poco de zumo—. A veces me siento muy sola. Siento que todo esto me viene muy grande.

— ¿Te confieso algo? —se acercó más a mí—. Yo también. Estoy acostumbrada a las cámaras y a tener atención, pero solo quiero llegar a casa y estar tranquila. Yo también me siento sola, es inevitable no sentirse sola. Tengo amigos y familia pero... —se encogió de hombros—, no lo sé. Aunque ahora Abel está ayudándome y eso. Cada día es un nuevo comienzo, no dejes que nada te hunda.

— Lo intento, es duro.

— Sí que lo es —se acomodó en el asiento—. Sinceramente esta es la situación más rara a la que me he enfrentado en mi vida.

Reí porque era cierto. Si me hubieran dicho que estaría con Selena en su casa tomando un zumo de mango nunca me lo hubiera creído. — Me encanta lo que haces —dije—. Animar a la gente y ser tu misma. Antes te veía como una rival y todo por lo que pasó. Verdaderamente siempre me gustó tu música, solo estaba dolida porque él no estaba haciendo las cosas bien.

— Gracias, intento ser fiel a mí misma. Tú también eras mi rival —la miré intentando entender cómo una chica como ella podía considerarme su rival—. Justin y yo estábamos en un tira y afloja. No sabía que veía en ti, por qué él estaba tan enganchado a ti y viajaba a España a verte. Ahora lo entiendo —fruncí el ceño—, tienes un buen corazón. A pesar de todo, estás aquí conmigo, tomando zumo de mango —rio—. Lo siento mucho, de verdad.

— Solemos pensar en nosotras mismas, así que no hay problema.

— Hoy voy a salir con unas amigas y con Abel a un club. ¿Quieres venirte con nosotros? Necesitas despejarte e imagino que no tienes a nadie aquí.

Junté mis labios en una fina línea y al cabo de un rato pensándolo, acepté. No me vendría mal despejarme. Selena me enseñó el resto de su casa y parecíamos amigas de toda la vida, contando anécdotas y hablando de todo. Ella era muy dulce y agradable y me di cuenta que había tenido en mi cabeza una imagen equivocada de ella.

Justin me había torturado tanto con Selena que la odiaba sin motivo. Hasta que ambos se dejaron ir.

**

Estaba en el coche con Selena y Abel. Intenté no ponerme nerviosa cuando lo vi porque joder era THE WEEKND. Calma, Abigail, calma.

Selena me cogió de la mano cuando salimos del coche y ambas caminamos entre los flashes hasta la entrada del club, siguiendo a Abel. Miré hacia mi pies mientras escuchaba nuestros nombres y me permití levantar la cabeza cuando estuve fuera de los flashes. El ambiente era oscuro y la música sonaba por los altavoces. No era música electrónica, ni mucho menos música pop. R&B sonaba por los altavoces haciendo a los presentes mover la cabeza al ritmo de la canción.

Había strippers bailando en barras y Teresa, una amiga de Selena, no tardó en darme una bebida. Le sonreí y me senté con ellas. Estaba un poco desubicada aquí, pero me daba igual, tenía que empezar a conocer más allá de las habitaciones de hotel con Justin. Necesita salir y despejarme y eso es lo que haría.

Mi vista se encontró con un chico moreno alto y casi escupo mi bebida. Chris Brown. Mi amor platónico después de Justin, el hombre que se llevaba suspiros y sentimientos por su voz estaba casi a cinco metros de mí. Solo cinco metros.

— ¿A quién estás mirando? —me preguntó Teresa.

— Chris Brown está allí. Tengo a Chris Brown a escasos metros.

Teresa soltó una carcajada. — También está Chance the Rapper.

— Sí pero yo quiero a Chris Brown.

Ella volvió a reír. — Acércate.

— Lo haré, ahora no. Cuando vaya al baño.

— ¿Y si nunca va al baño?

Me quedé callada. — Tiene que ir, no rompas mis ilusiones —reí.

Bebí, bailé, me hice fotos, y sí, Chris Brown se levantó y lo seguí. No sabía si iba al baño pero tenía que hablar con él y decirle cuánto lo admiraba. Fui a tocarle la espalda pero se metió en el baño.

Esperé impaciente fuera, caminando de un lado a otro, nerviosa. ¿Qué le decía? ¿Que lo quería? Eso era muy típico. Ni siquiera me había puesto así de nerviosa con Justin, quizás es que con él no tuve tiempo de reacción cuándo ya estaban empujándome.

El salió y me puse en frente, tapándole el paso.

— Hola —le sonreí.

— Hey, ¿Qué pasa?

— No quería molestarte antes, pero necesito decirte cuánto te admiro.

Chris rió y supe que iba a desmayarme en cualquier momento. A pesar de que llevaba tacones él era muchísimo más alto que yo. Es decir, ni siquiera le llegaba al hombro.

— Gracias. ¿Novia de Bieber?

— Sí.

— ¿Dónde está él?

— De gira. Me encantan tus canciones, y tu voz. Para abreviar, me encanta todo tú.

— ¿Todo yo?

— Exacto.

— Me alegro tener una fan que haya esperado a que meara para decirme que me quería.

— ¿Puedo abrazarte? Harías mi noche.

— Por supuesto —abrió sus brazos y me metí entre ellos. Estaba abrazando a Chris buenorro Brown y mis piernas estaban temblando.

Podía engancharme a su cuello y no soltarme durante toda la noche.

Prácticamente eso es lo que hice.

Me invitó a un trago en su mesa y me senté con sus amigos. Me dieron de beber como buenos anfitriones y aunque a veces no los entendía porque hablaban muy rápido, me reía igual porque el alcohol ya estaba haciendo efecto en mí.

Me encontré cantando con Chance The Rapper y alguien más mientras nos grabábamos. Bailé, canté, bebí, me colgué del cuello de Chris diciéndole que nunca dejara de cantar y que su hija era adorable. Me enseñó videos de su hija, y por supuesto, me hice varias fotos con él. Fotos que nunca revelaría porque no era mi mejor cara. Los chicos vieron que me faltaba oro y no dudaron en llenarme de él con sus colgantes y anillos para hacerme fotos y hacérselas conmigo.

— ¡Solo le falta algo! —Chance The Rapper puso un cigarro en mi boca. Bueno, no era un cigarro. Marihuana. Di una calada y tosí haciéndolos reír.

— ¡Es una niña buena! —dijo alguien.

Y me dejé guiar por el mal camino esa noche.

**

Ricardo se puso delante de mí para ir al coche y me agarré a su brazo con fuerza mientras me tapaba con su gran cuerpo, huyendo de los flashes. Estaba mareada y cansada. Me sentía completamente perdida y sabía a dónde ir porque Ricardo me guiaba. Mi mente estaba totalmente fuera de cobertura, una niebla se cernía sobre ella, confundiéndome y no dejándome pensar.

Me monté en el asiento trasero y me dejé caer, sintiendo como el mundo se me acababa allí mismo. Si la vida acabara ahora mismo no me importaría, porque había sido una de las mejores fiestas que había tenido.

**

23 de Abril del 2017. Los Ángeles, California, Estados Unidos.

Pensé que la habitación se me iba a caer encima cuando escuché varios golpes. Abrí un poco los ojos sintiéndome mareada y perdida. El dolor de cabeza no se había ido desde mi pequeña fiesta privada junto a Lana del Rey y el vodka. Me incorporé un poco y me senté en la cama escuchando mi nombre al otro lado de la puerta. ¿Quién coño molestaba mi sueño reparador?

— ¡Ya voy! —grité molesta, arrastrando mis pies descalzos por la alfombra.

Puse la mano en la puerta y pude escuchar con más claridad la voz de Justin. Abrí y Justin golpeó mi cabeza con sus nudillos.

— ¡Justin! —Me quejé poniendo mi mano en mi frente—. ¿Eres idiota?

— Joder, lo siento, no sabía que ibas a abrir ya.

Él entró en la habitación cuando fui a cerrarle la puerta y suspiré. Cerré la puerta y volví a arrastrar los pies hasta la cama sintiéndome muy mal. Miré mi móvil, apenas había dormido tres horas y quería tirarle la lámpara a Justin por haber decidido venir a esta hora.

— ¡¿Se puede saber qué mierda estabas pensando ayer?!

Me acosté de nuevo en la cama, cerrando los ojos, sintiendo la sensación de vértigo.

— La pregunta es, ¿Qué haces aquí? Recuerdo que te dije que no quería verte, ah, también te envíe al infierno. ¿Hace mucho calor por allí y has decidido volver?

— No estoy de bromas, Abigail.

— Yo tampoco, Justin Drew. Si quieres disculparte, no serán suficientes las palabras. Puedes lamer mis pies si quieres mi perdón.

— He estado mal.

— Yo también. ¿Sabes lo que quiero y no tengo, Justin?

— ¿El qué?

— Silencio. Déjame descansar.

— ¡Mierda, Abigail! —alzó la voz y escuché un ruido. No quise abrir los ojos para ver qué había roto—. ¡También tengo problemas! ¡También lo paso mal!

— Justin, por favor...

— No, Abby, no. ¡¿Qué demonios hacías ayer con Selena?!

Me incorporé para responderle y un sudor frío recorrió mi nuca y mi frente. Sentí las manos de Justin en mis mejillas y su rostro borroso fue lo último que vi.

**

Una vez en Toronto, me quedé en la habitación del hotel todo el día, vomitando varias veces y queriendo morirme muchas otras. Había estado durmiendo y dando vueltas en la cama. Sabía que tenía que hablar con Justin, que tenía que saber por qué había estado ignorándome cuando más lo necesitaba.

Jeremy me había hecho una visita, me había dicho que no dañara a su hijo, que él ya había pasado por mucho y no se merecía que mis problemas lo influenciaran.

No te lo mereces. No estás haciendo nada por merecértelo. Mi hijo ha pasado por mucho y tus problemas lo ponen mal. Admite que no sois compatibles. ¿Cuántas veces lo vais a intentar? No funciona, Abigail. Él le hizo la promesa a tu madre que os cuidaría, pero lo está pagando caro.

Le había cerrado la puerta en la cara y había vuelto a la cama. Había estado llorando en el baño porque no sabía cuándo Justin iba a venir. Miré mi rostro en el reflejo y me di pena, asco y vergüenza. Sabía que tenía que llorar para que el dolor acumulado pasara, pero no podía seguir viéndome así. No podía dejar que las palabras de ese hombre me afectasen.

Justin no tardó en llegar y lo vi con una bolsa de McDonald's. Venía sudado y sin camiseta. Tenía una sonrisa en su rostro que quitó cuando me vio.

— Te he traído comida, aún está caliente.

— Gracias —cogí la bolsa.

— ¿Pediste el almuerzo?

— Estaba dormida.

Abrí la hamburguesa encima de la cama y no tardé en darle un mordisco, sin kétchup ni nada. El hambre que tenía era atroz. Justin fue al baño y no pude evitar fijarme en su espalda, esa espalda que había arañado innumerables veces. Dirigí mi vista a la televisión mientras veía dibujos animados, Bob Esponja estaba en un canal para niños y lo agradecí, porque no había nada en la televisión.

Al rato, salió del baño con una toalla en su cintura. Su pelo estaba mojado y varias gotas estaban sin secar en su pecho y espalda.

— Jazzy y Allie han preguntado por ti.

— Las veré mañana —metí una patata en mi boca mientras lo observaba. Tuve una magnífica vista de su culo cuando se quitó la toalla y miré de nuevo a Bob Esponja. Estaba enfadada con él, pero no era de hielo, todavía.

Metí otra patata en mi boca y cuando tragué, bebí de la Coca-Cola. Justin se tumbó en la cama en bóxer y cogió su móvil. No habló sobre el asunto, así que yo tampoco lo hice. Me levanté para tirar todo a la basura y cuando entré en el baño vi la ropa de Justin tirada en el suelo, si algún día nos íbamos a vivir juntos, algunas costumbres tenían que cambiar, y no solo costumbres suyas, si no mías también.

Volví a la cama y seguí viendo Bob Esponja hasta que Justin apagó la lámpara que estaba en su mesilla. Lo vi darse la vuelta y apagué la televisión. No apagué mi lámpara ni mucho menos, me quedaba una larga noche por delante porque había estado durmiendo casi todo el día.

Cogí mi portátil de la maleta y abrí el Word que llevaba tiempo escribiendo. Ahí, había plasmado cada ruptura y discusión con Justin. Toda mi vida y mis sentimientos desde que era adolescente estaban ahí. Tenía varios cuadernos en casa escritos, pero tuve que pasarlos a Word cuando me di cuenta que alguien podía leerlos. Ese alguien era mi madre. Miré a Justin y observé su espalda para después volver mi vista a la pantalla del ordenador. Puse mis dedos encima del teclado y dejé que se movieran por el mientras escribía lo que tenía en mi cabeza.

Dicen que somos dueños de nuestro propio destino, pero, ¿Hasta que punto eso es cierto? Nos esforzamos en tener una vida mejor, en decidir lo que es bueno o no para nosotros. Pero después, llegan situaciones o personas que interfieren en nuestras decisiones, apartándonos de nuestro camino y con ello, de nuestro destino.
¿Vale la pena entonces seguir luchando por ello? O, por el contrario, ¿Debemos aceptar con la cabeza baja lo que la vida nos da porque sí?

**

24 de Abril del 2017. Costa Rica.

Después de estar por la mañana con los niños en Toronto, pusimos rumbo a Costa Rica. No es que tuviese ganas de ir, pero me encargaba de traducir las conversaciones de los fans de Make a wish con Justin. Así que fui, a pesar de que no tenías ganas de estar junto a él. Me quedé dentro mientras el concierto sucedía y Nick me obligó a salir cuando Justin cantaba Live is worth a living. Las fans sostenían rosas y gritaron cuando me vieron cerca de ellas. Eran para mí. Empecé a recogerlas, agradeciéndoles lo que hacían por mí, sintiendo que le importaba a alguien, que ellas quería que yo estuviese bien.

Tenía un gran ramo de rosas en el backstage, unas llevaban notas, otras no. Todas me enviaban ánimos y fuerzas y varias lágrimas se escaparon de la emoción.

— Alguien estaba quitándome protagonismo —escuché la voz de Justin mientras leía una de las notas. No levanté mi mirada y Justin suspiró, sentándose a mi lado y cogiendo una rosa—. ¿Por qué lo hacen?

No le contesté. No era la primera vez que me los daban y nunca se había interesado en preguntarme, no iba a responderle ahora.

— Abigail —suspiró—, no estoy para juegos.

Mikey entró y nos hizo una seña para que nos fueramos. Me colgué el bolso y cogí todas las rosas.

— ¿Para qué te las llevas? —preguntó Justin detrás de mí.

— Son para tu funeral.

Cada minuto que pasaba, me sentía cada vez más lejos de él. Sabía que debería hablar con él y preguntarle el qué lo había mantenido tan ocupado, pero no iba a ser esta vez. Él tenía que hacerlo esta vez, él tenía que rogar mi perdón porque me había hecho daño, porque no había estado en uno de los momentos más duros de mi vida y se merecía sufrir tanto como yo lo había hecho sentada en ese banquillo con mi acosador al lado.

Justin caminó más rápido, pasando por mi lado, muy enfadado. Sonreí mientras observaba sus piernas moviéndose rápido, dándome a entender que se había enfadado.

Una vez en el jet, me dediqué a jugar con Esther, hasta que Justin la llamó y ella fue corriendo hacia él. Miré por la ventana y sonreí al ver la respuesta tan infantil que estaba teniendo de su parte.

Me puse los auriculares y cerré los ojos, escuchando mi lista de reproducción de Spotify. Las niñas se habían dado cuenta esta mañana que nos pasaba algo. Ellas eran muy observadoras y se habían dado cuenta que no nos habíamos acercado, ni siquiera habíamos hablado.

Tú eres mi favorita

Recordé las palabras de Jazzy y suspiré. Era su favorita, pero no sabía si era la de su hermano.

**

24 de Abril del 2017. Los Ángeles, California, Estados Unidos.

Llegamos a Los Ángeles de madrugada y me acosté en la gran cama que había en la suite en el Hotel Montage. Justin tenía todas sus cosas aquí y me pregunté una y mil veces si tenía al final algún plan de futuro conmigo. ¿Planeaba que vivieramos en un hotel? También había estado pensando que tenía que hacer algo con mi vida, no podía dedicarme a acompañar a Justin por todo el mundo, necesitaba hacer algo por mí.

Y lo primero que hice fue bajar al gimnasio esa mañana para intentar ponerme en forma mientras pensaba que haría a continuación.

Estaba corriendo en la cinta sintiéndome morir por mi baja condición física. Paré un poco y me quité los auriculares.

— Has empezado muy fuerte —escuché la voz de un hombre y levanté mi mirada para verlo frente a mí—. Soy Frank, entrador.

— Sí, he empezado muy fuerte —respiré agitada—, solo quería dejar de pensar.

— Suele pasar. ¿De dónde eres? No reconozco tu acento.

— España —me incorporé.

— Oh, España. ¿Qué haces tan lejos?

— Mi novio.

Frank asintió. — Te enseñaré el ritmo que tienes que llevar para no morir la próxima vez.

Cuando conseguí que mis pulmones cogieran aire de nuevo, me subí a la cinta y él me enseñó a correr en ella, controlando mi respiración y el ritmo de mis pisadas.

Me puso a hacer sentadillas y algunos abdominales mientras también atendía a otras personas.

Muerta, estaba muerta. Estaba sudando y lo único que quería era una ducha de agua fría. Me despedí de Frank cuando mi cuerpo se rindió al cansancio y subí a la habitación, pensando que no servía de nada si hacía ejercicio una vez al año.

Cuando entré, Justin estaba sentado en el sofá, observando las rosas que había metido en agua. Mi respiración aún estaba algo agitada y puse mis manos en mis caderas mientras lo miraba, esperando que el hablara. Su camiseta blanca estaba en el sillón y pude ver sus músculos y mandíbula tensa.

Había estado hablando con Scooter antes de bajar al gimnasio para decirle que me ayudara a buscar trabajo. Si era de lo mio, mejor, pero me conformaba con cualquier cosa.

— Pensaba dejarte —dijo levantando su mirada para mirarme.

**

Sí, soy una mala persona, lo sé. Pero sabéis que me encanta dejaros así, intrigadas. No tiene gracia si el capítulo acaba sin emoción.

Así que, podéis comentar cualquier cosa que la leeré encantada. También podéis votar para que suba el siguiente.

Ayer ganamos en los Worthy Awarda en la categoría «La más valiosa». Gracias a ustedes Undercover tiene algún reconocimiento.

Comenten mucho.

Mucho mucho.

Voten todos, lectores fantasmas, os veo. 800 personas leen la novela, casi 300 votan. ¿Por qué? Xq xq xq xq xq xq?

Recordad que subo adelantos en el instagram: cruzundercover

Continue Reading

You'll Also Like

111K 7K 75
Podría perder mi corazón esta noche si no te das la vuelta y te vas, porque por la manera en la que me siento podría perder el control y permitir que...
285K 12.1K 80
Mis ojos te adoran, pero es mi alma la que se enamoró de ti
2.4K 286 21
Bastó un giro inesperado en su vida para que todo estuviera de cabeza en un solo parpadeo, consternado por la conmoción y la pérdida en el momento, l...
2.3K 84 16
q? quieres contexto pues no mi ciela 💋💅🏽 Todos la personajes le pertenecen a su creadora solo Isabel es de mi propiedad no se permiten copias esto...