Aún no nos conocemos

Capítulo 67

Chloe
Tres meses, mis criaturas tienen tres meses y los amo, enserio los amo, pero estoy cansada. Con James dormimos yo creo que no más tres horas por día.

Lo bueno es que ya nos estamos acostumbrando a este método y son sus hijos en la mañana, y los míos en la tarde, o al menos por esta semana, la próxima es al revés.

Incluso ahora que me estiro en la cama para acurrucarme contra mi esposo, él ya no está y es sábado, así que debería estar acá.

Me puse mis pantuflas de unicornio y caminé hacia la habitación de los bebés, obviamente trate de llegar como una ninja porque no quiero despertarlos.

Al abrir la puerta me encontré con una escena demasiado hermosa. James está sentado en la mecedora con Harry y Maya en sus brazos, los tres totalmente dormidos, agradezco que dejamos una cámara acá porque esto merece estar en el álbum.

Volví a cerrar la puerta, después de taparlos y me fui a hacer el desayuno para mis amores.

- Hola —me sobresalté al escuchar la voz de James después de media hora.

- Buenos días, James. Ya preparé el desayuno —dije haciéndole cariño en su rostro y él cerró los ojos.

- Gracias. Necesito café —dijo bostezando.

- Mejor toma café y después vas a dormir —dije y cuando vi que iba a criticar lo bese—. Lo harás, James.

- Está bien —dijo con una sonrisa agradecida.

- ¿Hola? —ambos fruncimos el ceño al escuchar la voz de Alice y Frank.

- ¿Pasó algo, chicos? —preguntamos cuando los vimos en la sala y ellos negaron.

- Dumbledore nos dijo que tendríamos una reunión y que viniéramos —dijo Frank y yo vi al bebé en sus manos.

- Aw —dije al quedar maravillada y es cierto que ahora su poco pelo se ve más claro.

- ¿Puedo dejarlo arriba? Está durmiendo y... —Frank se silenció cuando James puso una mano en su hombro y lo invitó a pasar.

- ¿Alice, qué dijo Dumbledore? —pregunté cuando mis maridos subieron.

- Dijo que tenía una información muy importante y que nos viéramos en tu casa —dijo encogiéndose de hombros con una mueca preocupada hasta que escuchamos el timbre.

- ¿Quién es? —preguntamos mientras apuntábamos con nuestras varitas.

- Dumbledore —dijo y nosotras nos miramos.

- ¿Contraseña? —pregunte y Alice rodó los ojos.

- Pastel de limón —dijo y le abrimos la puerta—. Lamento la intromisión, señora Potter, pero es urgente —dijo y con un movimiento de manos lo deje pasar.

- No se preocupe, profesor —dije y al entrar en la sala vimos a Frank y James con una mueca de preocupación.

- ¿Qué es tan importante? —preguntó James de forma cortante.

- El otro día hice una entrevista para la nueva profesora de adivinación, Sybill Trelawney es su nombre —dijo y entre nosotros nos miramos sin entender—. Sucede que en un momento ella entró en un trance y dijo algo... una profecía, que sino me equivoco... tiene que ver con alguno de ustedes —dijo y apareció una bola de cristal.

- ¿Por qué? —preguntó Alice y Frank le tomó la mano.

- Si me permiten ponerla y después se las explico —dijo Dumbledore y nosotros asentimos—. Acá va...