Capitulo 5

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Chloe
Ya llevamos un mes de clases y estoy agotada, nos dan muchas, pero muchas tareas, literal todos los profesores nos mandan una o dos tareas por semana y no me molestaría si fueran cortas, pero son pergaminos gigantes, me duele la mano.

Sin embargo, no todo ha sido estudio. Con los chicos seguimos siendo amigos y en las horas de comida nos turnamos en la mesa del otro para que sea justo, aunque la mesa de las serpientes aún no me recibe muy bien.

Ah, pero ya me enteré la razón de eso y es porque soy hija de muggles, es decir, no mágicos, lo cual encuentro que es bastante tonto porque no es como si nosotros hubiésemos podido hacer algo para evitar, así que su odio es bastante irracional.

Dejando eso de lado, mis compañeras de pieza son un poco aburridas, ósea en las noches igual hablo con ellas, pero siento que no encajo con ellas, lástima, no mentira, no me importa mientras tenga a mis cómplices conmigo.

Lamentablemente, en estos momentos me encuentro sin ellos porque estoy yendo hacia pociones y Louis no quiso esperarme afuera del baño, además de que esta clase la comparto con Ravenclaw, así que estoy sola, solin, solita.

Odio el camino hacia esta clase porque empieza a hacer demasiado frío, además de que empieza a ser muy tenebroso, casi siniestro, sin embargo, solo me da más curiosidad, ¿eso es normal? No lo creo.

- Vaya vaya, mira que tenemos acá, una pequeña hufflepuff —esa voz viene de más lejos y es como si la persona siseara las palabras— ¿qué te trae por acá?

- Me perdí en dirección a pociones —awww esa voz es tan tierna, creo que es de una compañera, pero no me acuerdo de su nombre, eso si, es súper chiquita para tener 11 años— ¿me ayudarías a llegar? —de paso podría ayudarme a mi, lo bueno es que estoy cerca de ellas.

- ¿Y por qué debería ayudar a una sangre sucia como tú? —escuchar eso me heló la sangre, rayos, es una purista— te voy a enseñar cómo no perteneces acá —después de eso escuche un grito, así que empecé a correr.

Al llegar pude ver cómo una Slytherin que siempre me envía malas cara estaba tratando de inmovilizar el brazo de la chica.

- ¡Suéltala! —fui hasta ella y la empujé lejos de la castaña— ¿estás bien? —le pregunté una vez que la ayude a pararse.

- S...si...muchas gracias —oh por Dios que tierna.

- No te preocupes —y con eso se alejó corriendo de acá.

- ¡¿Quién te crees que eres para tocarme, sangre sucia?! —ohh me había olvidado de ella.

- ¿Quién me creo yo? Mejor dicho ¡¿quién te crees tú para tratar a alguien de esa forma?! —wow enserio creo que debería empezar a callarme— ¡Ni siquiera tiene tu misma edad!

- ¡Sangre suc...!

- Sisi ya entendí —la interrumpí— me vas a decir lo mismo que le dijiste a ella, ¿verdad? Que sangre sucias como yo no merecemos estar acá, pues ¡sorpresa! ¡No pienso irme y tampoco me importa el tonto apodo que nos tienen a nosotros! —cállate, cállate, por favor, que esta tipa ya está roja del enojo.

- Voy a enseñarte cuál es tu lugar —vi que empezó a levantar su varita de a poco y digamos que por defensa personal le estampé mi puño en su cara.

- Oh por Dios, lo....—no pude terminar porque la tipa se paró y mucho más molesta que antes.

- ¡EXPELLIRMUS! —lo único que alcance a ver fue un rayo de luz rojo antes de que este chocara conmigo y me mandara a volar hasta chocar con la pared que se encontraba atrás mío.

Aún no nos conocemos Where stories live. Discover now