Capítulo 1

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1 de septiembre 1971

Nunca antes en toda mi vida he sentido tantas emociones a la vez y es que existe la magia, y no solo eso sino que yo soy una bruja. ¿Pueden creerlo? Porque yo, ósea durante 11 años, estuve leyendo historias fantásticas que llenaron mi cabeza a tal punto que cada cosa inexplicable que pasaba yo lo justificaba con magia.

Sin embargo, tengo que admitir que algunas si fueron magia como por ejemplo cuando me enoje tanto con un tipo de mi colegio por molestar a Lily, que una ampolleta explotó y ni siquiera está encendida, eso fue loco. El niño se asustó tanto que estoy segura que se hizo pipí en sus pantalones, pero lo más importante es que dejo de molestar a Lily.

No obstante, a pesar de estar súper emocionada, feliz, maravillada y todas las demás palabras signifiquen algo similar a esas, no me puedo evitar sentir un poco irritada por lo lentas que pueden llegar a ser ciertas personas.

- ¡Lily, vamos a llegar tarde! —ahora nos encontramos en la estación King's Cross y mi hermana se está quedando atrás simplemente por el hecho de que esta nerviosa— ¡incluso Petunia está caminando más rápido!

- ¡Oye! Yo no soy lenta caminando —me dijo la nombrada mientras me daba un pequeño empujón.

Por si las dudas, ella es mi hermana mayor y nos llevamos bastante bien con ella, pero Lily y ella no se llevan muy bien porque sus personalidades son muy diferentes.

- Sisisi digamos que te creo —dije mientras aguantaba la risa, me encanta molestar a mis hermanas. Petunia solo me miro de reojo y me saco la lengua— vamos, sabes que te adoro —y ahora me sentí mal por molestarla, eso pasa siempre.

- Ni dos minutos duraste —dijo riendo— eres muy blanda, Chloe.

- Lo sé —dije con un suspiro— ahora...¡Lily, mueve tu trasero más rápido! —dije causando que Petunia soltara una carcajada.

- Quizás blanda no sea la palabra —dijo divertida, haciéndome reír.

- Ya voy, es solo que...estoy nerviosa —dijo Lily una vez que llegó con nosotras y Petunia rodó los ojos— ¿algún problema? —dijo mi melliza mirando de mala forma a la mayor de las Evans.

- Chloe, voy con nuestros padres —y así nos adelanto para ayudar con mi lechuza.

- Me odia —dijo Lily con las cejas fruncidas.

- No te odia...solo...tienen una relación amor y odio —ella asintió, pero después frunció mas el entrecejo.

- ¿Cómo eso es siquiera posible? —pregunto y yo me encogí los hombros.

- No sabría explicártelo, pero en muchos libros me ha pasado eso con los personajes.

- Agh son libros, Chloe, mejor hubieses pasado el verano aprendiendo cosas de Hogwarts y dejando de leer esas tonterías —dijo y yo rodé los ojos.

- Ya lo hablamos, Lily, déjame con mis personajes y yo te dejo con tu historia, y así somos todos felices. Además, te recuerdo que hace tres meses tú decías que mis libros de fantasía eran una tontería hasta que te llegó la carta —dije mientras me cruzaba de brazos y la miraba con una ceja levantada.

- Tengo que admitirle que eso si me impresionó —dijo con un mini puchero. Yo le iba a responder hasta que vi a la otra parte de mi familia parados y viendo a diferentes lados con una cara de confusión única.

- ¿Qué les pasó? —les pregunté una vez que llegue con ellos.

- No encontramos la entrada, chicas —dijo mi papá con una mueca— ¿ustedes no ven nada?, quiero decir qué tal vez está escondida con...magia —dijo lo último en un susurro, haciendo reír a toda la familia, lo que causó que muchas personas nos miraran y que mi papá se pusiera un poco rojo.

- No lo sé, papá, yo no veo nada diferen...—iba a seguir, pero me interrumpieron.

- ¡Lily! —vaya es el mejor amigo de mi hermana, Severus Snape, que entretenido, eso último va con un poco de sarcasmo. No es que me cae mal mal, sino que a veces puede parecer muy sombrío y eso me da mucho nervio.

- ¡Severus! —dijo Lily antes de ir a abrazar a Snape.

- ¿Es necesario gritar? —dijo Petunia un poco irritada y no la culpo, Lily aún tiene la voz muy aguda y por eso solté una leve carcajada.

- Hola, Chloe —dijo el pelinegro cuando se acercó junto con Lily.

- Hola, Sev Sev —dije y él me miró mal, ups al parecer no le gusto su apodo nuevo.

- Oye, Severus —lo llamo Lily y él suavizó su mirada, creo que le gusta— ¿nos puedes decir dónde queda el andén 9 3/4? —ella puso su mejor sonrisa inocente, me siento tan orgullosa, yo le enseñé a ser así de manipuladora.

- Claro, Lils —él empezó a caminar y toda la familia Evans lo siguió hasta que el chico frenó enfrente de una pared de ladrillo entre el andén 9 y 10– nos vemos al otro lado —este chico esta loco porque empezó a correr hacia la pared y yo no pude hacer nada más que taparme los ojos con una mano, obviamente dejando un hoyo para ver si se caía, no me iba a perder algo tan gracioso sin embargo, nada de eso pasó, Severus solo desapareció.

- Wow...yo quiero ir primero —fue lo único que dije, sigo impactada.

- Esta bien, mis niñas, llegó el momento —salí de mi trance al escuchar la voz temblorosa de mi madre y me giré para verla— las quiero mucho y cuídense, por favor.

- También te queremos, mamá —dijimos al unísono, dándole honor al título de mellizas— ¡abrazo familiar! —esa sólo fui yo.

- Y después dicen que yo soy la gritona —dijo Lily.

- Cállate y ven para acá —todos nos unimos en un cálido abrazo. Enserio voy a extrañar momentos así.

- Ya, retírense, no creo que quieran perderse esta oportunidad —dijo mi papá mientras nos guiñaba un ojo, haciéndome reír.

- Yap, los quiero —me puse enfrente de la pared y una vez que cerré los ojos empecé a correr, quizás no haya sido la idea más brillante, ¿y si choco con alguien? Sin importarme ese último pensamiento seguí corriendo hasta que sentí un tirón en mi cintura.

- ¿Qué crees qué haces? —al abrir los ojos me encontré con los de Severus— ¿quieres chocar con alguien?

- No, pero tenía fe que eso no iba a pasar —dije divertida para que él solo rodara los ojos y me soltara, aunque estoy segura que vi una minúscula sonrisa en su rostro— igual, muchas gracias —ahora si, está sonriendo, soy seca, es todo un logro, me siento muy bien conmigo misma en estos momentos.

- No es nada, Chloe, enserio.

- Chicos por fin los encontré —Lily miro a Severus, quien seguía con una sonrisa y frunció el entrecejo un poco, pero fue durante un minuto máximo— ¿vamos a buscar un lugar para sentarnos? —nosotros solo asentimos y seguimos a Lily.

Aún no nos conocemos Where stories live. Discover now