Capítulo 25

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Chloe
Después de tomar desayuno cada uno fue a arreglarse, ya que para la hora del almuerzo deberían estar llegando los otros dos merodeadores y yo ahora me encuentro en la cocina ayudando a la señora Potter.

- ¿Por qué no vas a descansar, mi cielo? Ya me has ayudado lo suficiente —dijo la mamá de James después de un rato.

- Esta bien —dije lavándome las manos—. Igual puede llamarme si necesita otra cosa —a esto le llamo ganarse a la futura suegra.

- Esta bien, ve con los chicos —dicho esto salí de la cocina para ver si los chicos que estaban en la sala de estar, pero solo me encontré a Regulus.

- Hola Reg —dije sentándome al lado suyo y tomando su mano.

- Hola Chloe —dijo con una sonrisa— ¿cómo estás?

- Bien, pero eso debería preguntarte a ti ¿te sientes mejor? —dije mientras él ponía su cabeza en mi regazo y yo empezaba a hacerle cariño en el pelo.

- Estoy mejor que ayer —dijo con un suspiro— ¿crees que hice bien al venir con Sirius?

- ¡Por supuesto! No sabes cuanto me alegro de que estés acá. Que estés en un lugar donde te sientas cómodo y amado, Reggie —al decir eso pude notar que se tranquilizó.

- Pero no quiero molestar, Chloe.

- No molestas —dije segura—. En todo caso si no te sientes cómodo puedes venir a mi casa. En una semana vendrán los chicos, así que tendremos varias cosas que hacer y mis padres estarán feliz de verte.

- ¿Cómo lo sabes?

- Pues les conté de ti.

- ¿qué cosa? —es mi idea o parece un bebé.

- Les conté que fuiste tú el que me ayudo en pociones con Camille. Que me ayudaste en planear algunas bromas y que das los mejores consejos del mundo. Además, de que eres alguien muy cariñoso y divertido —dije divertida y pude notar una pequeña sonrisa en sus labios.

- Gracias por la oferta, pero creo que me quedaré acá.  Así pasó más tiempo con Sirius y los chicos.

- Esta bien —hubo un rato que nos quedamos en un silencio cómodo hasta que saque lo que en verdad quería decirle— sabes que te quiero ¿verdad?

- Lo sé —dijo con una sonrisa—. Yo también te quiero.

- Sabes que haré lo posible para protegerte ¿verdad? —dije mirándolo a los ojos, ya que él se puso de espalda con su cabeza aún en mi regazo para mirarme.

- Lamentablemente también sé eso —dijo divertido.

- Y sabes que si me dices que vaya donde tu madre para darle su merecido no me importaría ¿verdad? —dije un poco divertida, aunque en el fondo lo digo enserio.

- Es bueno saberlo —dijo un poco más serio.

- ¿Sabes que puedes confiar en mi... —pregunte, haciéndole cariño en su mejilla y él cerró los ojos, disfrutando del tacto— ...y que nunca te voy a juzgar? Que eres un hermano para mi, Reg —él asintió con una sonrisa.

- Y tú eres una hermana para mi —dijo con un bostezo.

- Debería sentirme amenazado por eso —dijo una tercera voz que nos hizo saltar del susto.

- Es mala educación escuchar conversaciones ajenas, Black —dije mirando al hermano mayor que se encogió de hombros.

- Están en medios de la sala ¿qué esperabas? Además solo escuché la última parte —dijo para terminar guiñándome el ojo.

Aún no nos conocemos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora