Capítulo 31

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Camille
Han pasado ¡cinco meses! Y recién me vengo a enterar que Regulus se fue de su casa definitivamente, así que ahora lo estoy buscando. Simplemente por el hecho de que es mi amigo y es mi deber preguntarle cómo está, me preocupo, es normal, nada más.

Sin embargo, he estado buscando por toda la sala común de las serpientes, le he preguntado a Snape e incluso fui a ver si estaba jugando Quidditch, pero nada, así que ahora me dirijo a la Torre de Astronomía.

Sin embargo, no hay nadie, pero voy a aprovechar para mirar la vista, nunca me he dado el tiempo de hacerlo y wow es hermosa la verdad. Puedo ver el bosque y...

- ¡Ah! —grite cuando sentí unas manos en mi cadera, pero me tranquilicé al escuchar una risa que conozco muy bien— ¡¿Qué te pasa, Black?! —dije mientras le daba un paipe en la cabeza.

- Auch, Camille, detente —dijo aún riendo.

- Te lo mereces por burro —dije con el ceño fruncido y volviendo a ver el paisaje.

- Lo siento —dije parándose al lado mío. ¿Pueden creer que es un año menor y ya me gana como por media cabeza? Que decepción—. ¡Vamos! no te enojes.

- Aja —dije sin pescarlo mucho—. ¿Qué haces acá?

- Bueno, me dijeron que una señorita me estaba buscando y no pude evitar que me diera un poquito de curiosidad —dijo mientras dejaba un espacio entre dos de sus dedos, como si los fuera a juntar y yo rodé los ojos—. Así que mejor yo debería preguntar ¿en qué puedo ayudarla?

- Ya lo olvide —dije cruzándome de brazos. Negándome a cruzar miradas con él.

- Vamos, Cam —¿cuándo me puso ese apodo?—. ¿En serio no me vas a perdonar? Fue una pequeña broma.

- Me pudo dar un ataque cardiaco —al decir eso él soltó una carcajada y no pude evitar la mini sonrisa que se me formó en los labios.

- Creo que estás siendo un poco dramática.  Aunque si lo pienso mejor quizás si debería haber tenido un poco más de cuidado... —oh no que no termine esa frase—..., abuela.

- Listo, me voy —dije caminando hacia la salida.

- ¡Era una broma! —dijo divertido, pero yo solo me fui. ¿Quién se cree que es?

Regulus
Quizás... sólo quizás, lo haya echado a perder. Esta bien, lo admito, lo eche a perder ¡es que me puse nervioso! Quiero llorar. Además, desapareció de la faz de la tierra. No sé dónde está y tampoco sé dónde están los demás.

- ¡Hermano! —me asusté al escuchar el grito de Sirius por todo el pasillo, qué vergüenza.

- ¿Si? —no quiero sonar pesado, pero es que quiero pedirle disculpas a Camille.

- Quería saber ¿por qué Camille llegó tan enojada a nuestra pieza para buscar a Chloe? Incluso estaba roja —me tensé al escucharlo.

- Esta muy enojada ¿cierto?

- Depende ¿qué le dijiste?

- Abuela —al decir eso Sirius soltó un grito horrorizado y me llevó a los jardines.

- ¿Por qué hiciste semejante tontería? ¿Acaso quieres morir? Pensé que ya eras feliz, pero al parecer no o quizás tomaste algo ¿tomaste algo? ¡No! Mejor no me lo digas, me sentiré mal. Siempre que tomo, no lo hago enfrente tuyo o quizás encontraste mi escondite —termino de hablar cuando se sentó al lado de un árbol y se tomó las piernas para esconder su cara.

- ¿Te han dicho que eres muy dramático?

- Siempre. En especial Remus —dijo sacando su cabeza de su escondido y secándose las "lágrimas".

Aún no nos conocemos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora