Capítulo 50

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James 29/12/1978

Hoy voy a ir a buscar a mi novia al trabajo porque sé que está en San Mungo y la quiero ver con su uniforme, estoy seguro que se verá hermosa.

- ¡Camille! —cuando la llame note como todo su cuerpo se tensó.

- James —dijo con falsa alegría—. Vaya has estado ejercitándote —dijo coqueta y yo me sonrojé—. Oh no te preocupes, no eres de mi gusto, no es personal, pero prefiero a las serpientes —dijo guiñándome un ojo y yo negué riendo—. ¿Y a qué debo tu presencia? —pregunte y note que su voz vaciló un poco.

- Vine a buscar a Chloe —dije con una sonrisa, que desapareció enseguida con la mueca que Camille hizo—. ¿Dónde está?

- Pensé que se iban a encontrar más tarde —dijo apoyándose en una puerta.

- Así es, pero hace más de un mes que no veo a mi novia, incluso me la jugaría diciendo que hace más de tres meses que no tenemos una cita decente —dije frunciendo el ceño porque no me gusta su actitud sospechosa.

- No te pongas a la defensiva —dijo y soltó un suspiro—. Chloe está solucionando un pequeño problema en estos momentos —dijo nerviosa y yo estoy pensando lo peor.

- ¿Dónde está? —le supliqué y ella me miró con urgencia.

- Oh no es lo que crees...

- ¡Morgan! —escuche la voz de un señor—. Necesitan ayuda en la sala 4 —dijo y Camille vaciló antes de apuntar con su cabeza a la puerta en la que estaba apoyada para salir corriendo—. ¿Quién es usted?

- Oh James Potter, señor —dije dándole la mano y él aceptó—. Estaba buscando a Chloe Evans ¿sabe dónde está?

- Así que tú eres el chico que le envía las cartas —dijo divertido y yo lo miré con duda—. El otro día pillé a la señorita Evans leyendo una en clases —abrí mucho los ojos al escucharlo—. No se preocupe, solo se la retire por la clase, nada más. Es una de nuestras mejores estudiantes y me alegra que tenga sus momentos para ser una adolescente —dijo con una sonrisa melancólica—. Ser medimago, es una tarea muy difícil, incluso de 78 niños que entraron este año, solo quedan 24 —dijo pensativo, pero después se acordó de mi presencia—. Ah la señorita Evans, debe estar en la sala de residencia —dijo apuntando a la puerta donde estaba Camille—, ya que su turno ya termino. Un gusto —se despidió con la cabeza y siguió andando, ese señor me dio un aire a Dumbledore.

Puse mi mano en la manilla y ese miedo que tuve al ver la reacción de Camille me volvió a golpear. No quiero pensar en eso, en que Chloe haya conocido a otro, sé que hemos estado separados este último tiempo, pero ¡no! Chloe no lo haría. Me pegue una cachetada por pensar en eso y abrí la puerta.

Lo que vi no me lo esperaba. Chloe está roja mientras infla sus mejillas, lo cual es una clara señal de lo enojada que está, y está apuntando con su varita a un chico de nuestra edad mientras este vomita babosas, necesito saber qué pasó.

- ¡James! —escuche la voz de mi novia mientras sentía que se lanzaba encima mío para abrazarme como koala—. Te extrañe mucho —dijo riendo y una sonrisa se formó en mis labios.

- Yo también, mi lady —dije entrando a la habitación y cerré la puerta atrás mío—. ¿Tienes algo que explicarme? —pregunte y ella puso una sonrisa traviesa, la extrañaba.

- Me llamó sangre sucia y que no era buena bruja —dijo con un puchero que se transformó en una sonrisa malvada—, y ni siquiera tenemos la confianza como Lucius... mentira, ni siquiera me cae bien —dijo sacándole la lengua al hombre que sigue vomitando.

Aún no nos conocemos Where stories live. Discover now