Capítulo 54

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James. 03/09/1979

No me gusta mentirle a Chloe, pero es por una buena causa, de eso estoy seguro. Aunque eso no me quita lo nervioso qué me siento.

- Ya me voy —dije arreglándome el abrigo al lado de la chimenea.

- Que te vaya bien en la misión —me dijo con una sonrisa—. Yo me voy a trabajar en media hora —me dijo parándose de puntitas para darme un beso—. Te amo, cuídate.

- Igual —dije guiñándole un ojo y entre a la chimenea.

- Señor Potter —dijo Dumbledore cuando me vio llegar en su chimenea—. ¿Está listo? —me dijo con una sonrisa y me pasó una cuchara cuando asentí con la cabeza—. Este será su transportador y tiene tres horas. Lamento si es poco tiempo —me dijo con una sonrisa apenada y yo negué.

- No se preocupe. Tres horas es el tiempo suficiente —dije tomando la cuchara—. Me va a dejar más alejado del lugar donde se hospedan ¿verdad? No me gustaría ponerlos en peligro —pregunte asustado y él me dio una sonrisa para tranquilizarme.

- Lo dejará en otra ciudad. Usted debe seguir estas instrucciones y llegará —dijo pasando un papel y suspire tranquilo—. Es hora de que se vaya y suerte —me dijo cuando todo empezó a dar vueltas.

Creí que ya no podría estar más nervioso, pero creo que me equivoqué. Estoy de nuevo sudando y demasiado nervioso como para acordarme de algún hechizo para secarme. Aunque debo admitir que andar en autobús fue súper divertido, pero me maree y casi vomito.

- ¡James! —exclamó mi suegro cuando me vio, pero enseguida su rostro se ensombreció—. ¿Pasó algo? —preguntó con la voz preocupada y me di cuenta de lo qué pasó.

- Están todos bien —le asegure y él soltó un suspiro de alivio.

- Me alegra oír eso —dijo aliviado—. Pasa, por favor —dijo haciéndose un lado para dejarme entrar.

- Muchas gracias. Me gustaría hablar con usted y Rose si es posible —dije y él se tensó.

- Enseguida traigo a mi esposa —desapareció por la escalera.

- Hola —me sobresalte al escuchar la voz de mi segunda cuñada—. Estás muy elegante —dijo con los ojos entrecerrados—. Ya sé para que viniste, no hay que ser adivino para saberlo —dijo cada vez más seria.

- ¿Y qué opinas? —pregunte y ella se encogió de hombros.

- Para mi esta todo bien, pero necesito saber que vas a estar al lado de Chloe sin importar que.

- Por supuesto, lo prometo, Petunia —dije y ella suspiró aliviada.

- Es mi hermanita y siendo sincera aún no confío mucho en la magia, menos ahora que están en guerra —dijo nerviosa—, pero voy a aceptar que existe solo porque la veo feliz —dijo seria y cuando escuchamos pasos en la escalera, se empezó a alejar—. Me tengo que ir y suerte —dijo guiñándome el ojo y saliendo de la habitación.

- Bueno, James ¿qué quieres decirnos? —preguntó Harry y vi sus ojos un poco iluminados.

- Hola, James —dijo su madre con una sonrisa y me relaje.

- Quería pedirles la mano de Chloe —dije sin apartar la mirada, pero su padre se puso nervioso.

- Yo lo entiendo, James —dijo y su mujer puso una mano en su hombro—, sé que puedes amar a Chloe y que ella te ama a ti, pero tienen 19 años, apenas se mudaron juntos ¿no crees que es un poco pronto? —dijo serio y yo respiré, ya me esperaba esa pregunta.

Aún no nos conocemos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora