Capítulo 3

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Chloe
Tuve el mejor viaje del mundo, no sé qué le habrán dicho esos chicos a mi hermana, pero tuvo que haber sido algo fuerte, ya que estuvo todo el viaje maldiciéndolos en voz baja. Incluso Severus se asustó tanto que prefirió sentarse al lado mío, pero Lily ni siquiera lo noto.

No quiero que crean que me gusta ver a mi hermana enojada o que la molesten, incluso si la hubieran dejado llorando dudo mucho que los chicos siguieran teniendo posibilidades de tener algún descendiente en el futuro. Pero viendo que solo la enojaron están bien.

Ah y la cosa con ver a mi hermana tan enojada es que siempre cuando está apunto de explotar al final logra controlarse. Sin embargo, ahora exploto y nunca me imaginé que iba a ser así. Es que está tan roja, ni siquiera distingo dónde termina su cara y empieza su pelo.

Tengo tanta curiosidad por saber qué le dijeron, pero siento que revivir el momento solo la va a enojar aún más, lo cual no será bueno ni para SevSev ni para mi, lo primero es sobrevivir. Aunque eso no evitó que Severus y yo soltáramos risas silenciosas de vez en cuando.

Al llegar la estación de Hogsmeade si no me equivoco, nos cambiamos de ropa, ya que teníamos que ponernos unas túnicas, lo cual fue muy gracioso porque a Lily le quedaba un poco grande la suya, pero se veía tierna, eso es bueno.

Al bajar del tren pudimos ver a un señor, mucho más alto de lo normal y quede impresionada, así que sin poder evitarlo me separé de mi hermana sin que se diera cuenta y me acerqué a él.

- ¡Hola! —dije cuando estuve más cerca.

- Oh hola, pequeña, ¿cuál es tu nombre?

- Chloe Evans, señor, es un gusto conocerlo —Wow si vieran mi sonrisa en estos momentos pensarían que estoy loca.

- El gusto es mío Chloe, yo soy Hagrid —acercó su mano con cuidado, quizás para asegurarse de que no tuviera miedo, pero yo solo me acerqué más para estrecharle la mano y eso hizo que él sonriera aún más grande— ahora, Chloe, tienes que ir a los botes para llegar al castillo.

- ¡Cierto! Nos vemos, Hagrid —le dije mientras corría en dirección a los botes para ver si encontraba a mi hermana.

Sin embargo, al llegar solo quedaba un bote donde se encontraban tres niños más, específicamente dos niñas y un niño. Así que me acerque y con cuidado me subí, al fin y al cabo no me iba a quedar sola.

- Hola, me llamo Chloe Evans, un gusto —dije estrechándole la mano a cada uno.

- Louis Wilson —dijo el chico, que era castaño y sus ojos cafés.

- Camille Morgan, un gusto —lo dijo la chica que está sentada al lado.

- Alice Fortescue —se presentó la chica que se encuentra en frente mío con una sonrisa tan tierna.

Durante la mayor parte del viaje hablamos de distintas cosas y nos pudimos dar cuenta que tenemos cosas tantas cosas similares como diferentes, pero igual los encontré muy simpáticos a todos.

El único momento en el que nos quedamos en silencio fue cuando el castillo apareció en nuestro campo visual y es obvio que saben cómo quede, impresionada, es decir, en menos de un día he estado así mas de cuatro veces, lo cual es increíble.

Siempre soñé con este momento, pero ahora está tan cerca de hacerse realidad, incluso ya está siendo realidad. Tengo una varita en mi bota, acabo de hablar con un semi gigante, estoy en un bote que se mueve solo y el lago se ve tan tenebroso.

- ¡Chloe! —di un pequeño brinco al escuchar mi nombre, la que lo dijo fue Camille, pero todos me veían preocupados.

- ¿Estás bien? —me dijo Alice.

- Si ¿por qué? —no entiendo que está pasando.

- Es que estás mirando mucho al lago, ¿le tienes miedo? —dijo Camille en forma de burla y Louis soltó una carcajada mientras Alice le decían que pararan con la mirada.

- Nunca le tendría miedo, incluso me encanta —dije segura de mi misma.

- ¿Enserio? —dijo con una sonrisa traviesa que solo me confirma que no tuve que haberle seguido el juego— te reto a que saltes —oh no, obviamente no.

- Esta bien —oh rayos, no pudiste decir lo que pensabas—, pero tú vendrás conmigo —ahora ella es la que se arrepiente de retarme— ¿o le tienes miedo a un poco de agua? —sep, soy la tonta de las tontas.

- Hagámoslo —dijo con determinación en sus ojos.

- Chicas no creo que sea lo mejor, es decir, es el primer día no creo que tengan que meterse en problemas altiro —con Camille nos miramos un minuto, pensando en nuestro próximo movimiento y creo que pensamos lo mismo porque pude ver un brillo travieso en sus ojos antes de que asintiéramos a la vez.

- Tienes razón, Alice —Louis y ella nos miraban escaneando todos nuestros movimientos— y siento que seremos grandes amigos de ahora en adelante —con eso Alice me dio una sonrisa tan inocente que casi hace sentirme mal, mientras Louis puso una cara de terror.

- Me alegro que pienses eso, Chloe —oh por Dios que soy mala persona.

- Tienes toda la razón, Chloe —ahora todas las miradas se movieron hacía Camille y la cara de diversión que tiene en su cara no se la quita nadie— ¿y sabes que es bueno para reforzar la amistad? —ahora Louis lucia confundido y Alice súper alegre por lo que iba a decir Camille.

- No se me ocurre nada —trate de decir lo más seria posible, pero no funciono porque al tratar de no mirar a Alice a la cara, mi mirada chocó con la de Louis y puedo jugar que leyó todos mis pensamientos porque lentamente empezó a negar con la cabeza como suplicando que no lo hiciéramos— ¿y a ti? —dije mientras miraba a Louis que ya parecía resignado con su destino.

- Bueno, primero tenemos que asegurarnos de seguir en contacto sin importar la casa en la que quedemos.

- Bueno idea —espera ¿qué casa?— ¿cómo haremos eso? —no importa después me lo explicarán.

- ¡Pasando una semana en detención todos juntos! —dijo con la sonrisa más alegre que he visto en toda mi vida, incluso yo llegue a asustarme.

- ¡Si! —me alegro que Alice esté de acuerdo...espera ¿qué?— ¡hay que hacerlo! —en estos momentos todos los de este barco estamos confundidos, excepto Alice, ya que ella se veía muy contenta cuando saltó al lago.

- No puedo creer que en verdad lo hizo —dije muy impresionada por lo que acaba de pasar.

- Yo no puedo creer que ni siquiera tuve que dar vuelta el bote —las dos soltamos una risa, nos miramos, asentimos y saltamos al lago juntas.

- ¡Esto es vida! —gritamos a la vez mientras saltábamos. Al salir a la superficie Alice se encontraba al lado nuestro riendo a carcajada hasta que nos dimos cuenta que faltaba uno.

- ¡Louis! —dijimos las tres a la vez. Miramos al bote, ahí estaba con ambas manos en la las mejillas y la boca abierta, vaya él sí que está impactado o así estaba antes de soltar una carcajada.

- Vaya que están locas —dijo mientras se paraba y saltaba— ¡ya las adoro! —y dicho eso ya se encontraba con nosotros en el lago mientras nos reíamos juntos.

Aún no nos conocemos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora