El renacimiento de Chen An

Capítulo 139: Una prueba de ADN

Chen An era un hombre codicioso, siempre lo ha sido.

*

Lu Feng no podría acompañar a Chen An a los Estados Unidos para la cirugía láser. Aparentemente, Chen An no estaba bromeando cuando le dijo a Lu Feng que se saliera del comercio de armas el otro día; como resultado, Lu Feng necesitaba enfocar su atención en prepararse para la transición del Grupo.

No era realmente algo que se pudiera lograr en uno o dos días, tal vez ni siquiera en uno o dos años. Pero mientras pudieran pasar por la etapa inicial, lo que siguiera sería mucho más fácil. Así que para asegurarse de que todo saliera bien al principio, Lu Feng necesitaba estar allí en persona, y estar todo en ello.

Lo que Chen An dijo fue: Realmente no necesitas ir conmigo. Es sólo una cirugía menor. ¿Me tomas por un viejo que no puede caminar o cuidarse solo? Chen Yang irá conmigo. Necesito que pongas tu mente en los negocios del Grupo. Te llamaré.

Mientras las nubes blancas flotaban fuera de la ventana del avión como un mar blanco y espumoso, extendiéndose en capas interminables, el avión se deslizó por el cielo hacia el continente norteamericano.

El hombre sentado junto a la ventana dirigió sus ojos desde las nubes al plato que estaba justo delante de él, en el que había un filete recién cocinado cortado en pequeños trozos, y ordenado en la exquisita vajilla blanca. Chen Yang fue el que puso el plato delante de Chen An cuando terminó de cortar el último trozo.

Comparado con Lu Feng, el más extrovertido Chen Yang era de hecho el más considerado de los dos.

"Si sigues mimándome, ¿no tienes miedo de que pueda ser mimado?" Chen An sonrió, cogió un trozo con su tenedor y se lo metió en la boca. No estaba demasiado crudo, sino tierno y jugoso.

Chen Yang había arreglado todo en el avión, desde el piloto hasta el chef, incluyendo el chef del postre, para que el recién recuperado Chen An no tuviera que preocuparse ni un poco.

Para Chen An, su vida era como la de la emperatriz viuda—— rodeada de gente que lo atendía en todo momento y lo acompañaba a donde quiera que fuera—— apenas necesitaba mover un dedo. Tenía la sospecha de que si esto continuaba así, se convertiría en un perezoso.

"No tengo miedo en absoluto. Me gusta cuidarte," Chen Yang sonrió dulcemente mientras miraba a Chen An comer los trozos que había cortado, con mucha satisfacción, "tío, te cuidaré el resto de mi vida."

Al oírlo, Chen An levantó la vista y le dio a Chen Yang una mirada fulminante: "Espera a que tu padre lo oiga; se va a enfadar mucho."

Probablemente porque era la primera vez que Chen An le mencionaba la familia a Chen Yang, este último se detuvo un momento, y luego mirando hacia abajo, Chen Yang dijo, "tío, hay algo que he querido decirte."

"Escondiéndome secretos ahora, ¿eh?"

Chen Yang agitó la cabeza y respondió sonriendo: "No lo escondo. No quería que te preocuparas cuando estuvieras enfermo. Cuando estuviste en el hospital, recibí una llamada de mi casa".

"No es posible que te insten a casarte, ¿verdad? Aún no te has graduado."

Chen An era consciente de que Chen Yang no le decía a la gente en casa lo que había estado haciendo desde que fue introducido en el negocio por Chen An. La familia de Chen Yang probablemente todavía pensaba en él como el estudiante de sobresaliente que nunca se pasaba de la raya, la esperanza de la familia, el único que asistió a la universidad en todo el pueblo.

Lo que Chen An realmente apreciaba en Chen Yang, era que además de ser inteligente y trabajador, el joven no se volvía complaciente o arrogante después de obtener algunas riquezas y experiencia. Así que, Chen Yang era todavía el joven despreocupado que le gustaba desde el principio, al menos a los ojos de Chen An.