La ultima lección [2]

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―Laxus, escucha, estamos en peligro...― me empezó a gritar sora.

Se encontraba energizada con mi energía, sus ojos eran azules y sus cabellos estaba lleno de estática. Me agarraba la cabeza intentando que nos viéramos a los ojos.

― ¿Qué te hizo esa sombra Laxus? ― seguía insistiendo mientras lloraba.

Pero yo no la escuchaba, había dos palabras en mi mente que encendían chispas en los dedos de mi mano izquierda.

Lo puedo revivir.

Empecé a concentrarme totalmente en mi mano. Me encontraba arrodillado, cargando el cuerpo de Yaboth con mi único brazo. Cree una fibra de energía vita entre mi pulgar y dedo índice; una hebra de energía magicae entre mi pulgar y dedo medio (corazón, mayor cordial); y un último hilo de energía scientia entre mi pulgar y dedo anular.

Lo puedo revivir.

Las lágrimas seguían bañando mi rostro. Ya no escuchaba los gritos ahora desesperados de Sora.

Lo puedo revivir.

Sin perder más tiempo emprendí la tarea de trenzar las tres energías con ayuda de mi dedo meñique. El proceso resulto ser mucho más difícil de lo que había esperado. Requería mucha energía eliminar la fricción que generaba unir artificialmente las tres energías. Peor aún, la concentración que me exigía era demasiada, por lo que tuve que escoger entre mantener las uniones de mis huesos o la energía que les proveía a los sobrevivientes que se encontraban luchado con desasosiego.

Fue claro lo que tenía que hacer. Deje ir el flujo de energía con el que mantenía mis piernas. De inmediato grité del dolor, mis huesos rotos y músculos rasgados se desordenaron generando una sensación explosiva de dolor.

― ¿Qué sucede Laxus? por favor contéstame― sollozo Sora agobiada por mi falta de reacción.

Parecía poseído, solo me concentraba en mi mano, y en cada hebra de energía que me encontraba entrelazando.

Lo puedo revivir.

Era lo único que pasaba por mi mente. Estaba perdido en mis pensamientos, como si me encontrara alejado de todo el mundo. En medio de una habitación aislada de sonido. Me encontraba concentrado para iniciar una operación de alto riesgo. La energía que compartía a mi alrededor se empezó a volver intermitente y la balanza de poder empezaba a tornarse en favor de los Ulmay.

Cuando por fin termine me encontraba sangrando por mis ojos, nariz, oídos y boca. Sin embargo, la necesidad de traer a Yaboth de vuelta era muchísimo mayor a la sensación de dolor que llegaba a sentir. Y ahora que tenía en mis manos el hilo de tres hebras de distintas energías me di cuenta de que no sabía cómo proceder.

―Aquí está su alma. Apúrate que no la puedo sostener por más tiempo.

La siniestra voz de la sombra sonó de la nada y sin darme cuenta una figura lumínica de color blanco se posó por encima de Yaboth. Acerque mi mano izquierda a donde se encontraban el cuerpo y la figura lumínica. Al momento en que mi mano toco con un extremo del hilo el cuerpo de Yaboth y con el otro extremo del hilo su alma: una fortísima onda de choque se emitió en todas las direcciones.

Una tormenta de arena y de cuerpos se formó a mi alrededor. Los arpones de los Ulmay que aprovecharon la falla en la defensa se vieron desviados por la fuerza del viento que se generó. Aquellos que estaban a mi alrededor salieron volando, a excepción de quienes serían mis aliados.

La batalla se detuvo. Los pocos profesores y alumnos, como mis amigos, que aun se encontraban con vida estaban estupefactos. Había cuerpos de Ulmay hasta por lo menos diez metros de nosotros, distancia que pronto los enemigos que no recibieron la onda de choque empezaron a acortar.

Miré a mi alrededor, estaba feliz, lo había hecho, Yaboth ya no estaba muerto. Pero pronto mi sonrisa se borró al ver los rostros a mi alrededor. Seguí sus miradas hasta donde se encontraba el cuerpo de Yaboth. Estaba sobre mi brazo con la mirada perdida.

―No, no puede ser.

Se encontraba totalmente pálido, sus ojos estaban abiertos, pero ahora carecían de pupilas. Donde antes había una enorme cicatriz había hebras negras cociendo su herida, como si una mano invisible estuviera realizando cirugía. Acababa de convertir a Yaboth en un Zombie.

En ese momento aun sin salir de mi sorpresa escuche una voz de lamento.

―Nooooooo

Era la voz de la sombra que me había incitado a realizar esto.

―Padre, tu no entiendes, ya puedo conseguir un cuerpo. Dame mas tiempo, no me encierres sin antes obtener el...

En ese momento se formo un hueco al lado se Yaboth que empezó a consumir su sombra. Pronto, la criatura femenina que había estado alrededor fue succionada contra su voluntad. 

La energía a mi alrededor estallo de forma violenta. Habían jugado conmigo y con la vida de mi amigo, no les los perdonaría. Una ira que jamas había sentido en mi vida me inundo por completo. Mataría a cada uno de esos desgraciados.


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Hola, espero les haya gustado el capítulo ya estamos próximos a terminar este primer libro xd

Leyendas de héroesWhere stories live. Discover now