Leyendas de héroes

La voz de mi hermana

Nos encontrábamos en pleno atardecer, los soles estaban posicionados de tal forma que la curvatura del cielo mostraba una fina e increíble paleta de colores rojizos, naranjas y amarillos. La hermosa llanura mostraba una sábana llena de pequeñas colinas, adornadas por ruinas antiquísimas. Antorchas gigantes ubicadas enblugares estratégicos se preparaban para iluminar la noche que se aproximaba con lentitud.
Todas las colinas se encontraban cubiertas de un fino césped cuya longitud se extendía casi llegando hasta mis rodillas, una que otra flor asomaba su cabeza vistiendo la sabana de colores. Las ruinas dependiendo de su ubicación cambiaban de composición, en la cima las estructuras estaban hechas de grandes bloques de mármol; en la zona media las edificaciones se componían de pedruscos de arenisca; y finalmente, las ruinas ubicadas dentro de los pequeños valles que formaban las colinas eran de grandes rocas de granito. Todas y cada una, cubiertas de moho y distintos tipos de maleza.
Esta tierra sagrada, en donde aún, a pesar todos los años que han pasado, llueve fuego y ceniza: que no quema ni ensucia. Provocaba admiración e ilusión.

En todo Tellurus se celebra el solsticio de fuego y ceniza; sin embargo, solo aquí se presenta este fenómeno legendario. Y aunque en cualquier otro escenario habría estado con la boca abierta, emocionado, fascinado y lleno de expectativa por estar a punto de presenciar el mismísimo fenómeno que nos otorgó inteligencia y magia; mi atención estaba en una sola cosa...

―Ayuda Laxus!

La voz de Aura retumbaba en mi cabeza.

― ¿Qué sucede? ― preguntó Sora desconcertada.

No supe que responderle, no me encontraba seguro de nada. Estaba escuchando la voz de mi hermana en mi cabeza y tenía un mal presentimiento sobre la ceremonia, y no había forma de probar nada. De hecho, solo moví mi cabeza para mirar directo a sus hermosos ojos, que eran de una combinación entre azules y color miel.

Pero solo basto con que examinara mi expresión para saber que algo no andaba bien. En ese momento apretó mi mano.
Con lo que estaba sucediendo no había puesto atención, desde que entramos al portal habíamos estado caminando tomados de la mano. En ese pequeño momento me percate de lo suave que era su piel, pude sentir la energía que recorría su cuerpo, como respiraba y como su corazón se movía un poco más rápido de lo normal. Y antes de poder darme cuenta, de que al percatarme de esto mis manos me empezaban a sudar. La volví a escuchar...

― Laxus, Laxus, Ayuda!!!

Definitivamente era la voz de mi hermana y estaba sufriendo, no podía quedarme quieto a averiguar que estarían tramando. Empecé a caminar con más velocidad para alcanzar a Blue Hope, quien ya se encontraba en la cima de la colina frente a mí. Cuando llegue a la cima y me prepare para hablar, no pude.
La impresionante vista me dejo anonadado. En el horizonte se podían ver muchos más portales, de la misma naturaleza del que atravesamos, cientos de personas se dirigían hacia la estructura que se ubicaba en el centro de todos los portales. Una pirámide, hecha de un material que nunca en mi vida había visto en persona: madera rocosa.

Gracias a una de las clases de Gruttebel fue que supe; que la pirámide a la que nos dirigíamos, sin rastro alguno de moho o malezas, de la cual nacían manantiales que salían a recorrer la fértil sabana; sorprendentemente estaba viva. Se notaba un pequeño movimiento en la estructura, de arriba abajo, lento pero constante. Era un edificio que respiraba.

―Laxus!!! ― me desgarro la voz desesperada de mi hermana.

Moví mi cabeza hacia los lados y me cachetee las mejillas, no había tiempo que perder. En ese momento me di cuenta de que había traído a Sora hasta la cima conmigo, pero algo malo iba a suceder y a lo mejor esta sería la oportunidad para salvar a mi hermana. No podía dar explicaciones por ahora.

―Estas actuando extraño, ¿Qué te ocurre? ¿No te sientes bien? ― dijo Sora entre preocupada y agitada.

―Ayuda Laxus!

No le respondí, me dedique exclusivamente a seguir a Blue Hope, que por alguna razón me parecía que cada vez que aceleraba el paso ella también lo hacía. Cuando alcance a la profesora y la pude agarrar de un hombro: la noche se pozo sobre nosotros, las miles de antorchas se iluminaron y empezaron a sonar tambores.

―Blue Hope algo está mal― dije con la voz agitada.

― ¿A qué te refieres? ― pregunto sorprendida pero con su paz habitual.

―Ayuda Laxus!

―Algo malo va a pasar, lo sé, lo siento...

―Cálmate jovencito, si lo dices tan rápido no te entiendo.

―Ayuda Laxus!

―Va a suceder algo muy malo.

Blue Hope frunció el ceño algo sorprendida y miro a Sora intentando entender a que me refería. La joven heroína captando que la profesora buscaba respuestas; hablo:

―No sé bien lo que pasa, pero desde que cruzamos el portal Laxus se ha estado comportando extraño.

―Ayuda Laxus!

No lo pude soportar más, el desagradable sentimiento de catástrofe me inundaba. Una aguda angustia me empezaba a corroer y el no poder hacer entender a Blue Hope me estaba provocando ansiedad. Por lo que recurrí a lo único que se me ocurrió en ese momento. Solté la mano de Sora y agarrándome la cabeza grite con todas mis fuerzas...

―Estoy escuchando la voz de mi hermana en mi cabeza!!!

De inmediato nuestra profesora desapareció, dejando un pequeño remolino de aire. Acto seguido, se apagaron todas las antorchas, los portales se desconectaron, pude ver y escuchar explosiones y láseres. Finalmente, un silencio aterrador lo ocupo todo.

Solo volvió a haber ruido cuando las antorchas se prendieron, pero ahora con fuego de color verde. Para horror de todos, en la pirámide central de la sabana se encontraba: Bimalen, el grupo al que pertenecían Aura y Orchid; y el consejo de Lumen. Val-Conn se veía herido, pero por la distancia no pude detallar. El ambiente se tensiono tanto que se me empezó a dificultar respirar. El grupo más infame de Tellurus se encontraba realizando un ataque a gran escala.

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Hola, comienza la batalla.

¿Cuál será el objetivo de Bimalen?