Los juegos no se han acabado

9K 615 84
                                    

Sentí la misma sensación que da en las calurosas tardes de verano de mi pueblo natal. Una leve nostalgia me inundo mientras veía como el aire a mi alrededor empezaba a girar formando una esfera, pequeñas chispas eléctricas de color azul o amarillas atisbaban  de vez en cuando. Recordé el río al que llevaba a pescar a Levi, en el que aprovechábamos para nadar un buen tiempo para luego dejar que el sol nos secara. Esa misma sensación, del sol apuntando directamente a mi piel, era lo que estaba sintiendo por todo mi cuerpo.

Pude sentir como mis dos Rekan, apenas recuperados de las batallas anteriores,  se disiparon en la poderosa esfera que empezaba a girar cada vez más rápido. Me eleve unos centímetros del suelo, todos me observaban quietos, apenas respirando, ni siquiera el Uroboros se movía. De pronto, por una centésima de segundo, pude ver toda la energía del lugar: la energía vital de cada ser vivo del coliseo, incluso la de aquellos en otras secciones del laberinto; la energía de movimiento de todas las estructuras mecánicas del colosal laberinto y por supuesto, toda la energía utilizada para la iluminación artificial. Ya que como sabemos, la luz solar es letal para los vampiros.

Apenas termino esa fracción de segundo mi visión se ilumino, sentí muchísimo calor, al punto de empezar a jadear de la deshidratación; y en el mismo momento, inmediatamente, sentí frío, mucho frío, al tiempo que mi visión quedaba oscura, poco a poco, ya no veía nada.

Sentí silencio y mucho viento; luego, mucho ruido, me encontraba ahora sentado. El ruido era bastante peculiar, parecido al de cientos de personas hablando y murmurando. Abrí mis ojos y para mi sorpresa, me encontraba rodeado de cientos de distintas criaturas, entre humanos, Elfos, Gigantes, Anfibios, etc. Todos observándome con asombro y reserva. Mientras me esforzaba en entender que era lo que estaba sucediendo, una pequeña cámara, de forma circular con un enorme lente se acercó y me dio una vuelta para detenerse ante mi cara.

Y por supuesto, su repentina aparición sumada a su brusquedad para acercarse, provoco en mi la tan incomoda sonrisa. La pequeña cámara retrocedió lentamente al mismo tiempo que se elevaba, y cual fue mi sorpresa cuando me tope con una pantalla gigante mostrando mi sorprendida cara, con una singular y natural sonrisa en ella. Lo entendí de inmediato, me encontraba en las gradas de los Juegos de Genus. Lo último que sucedió me debió de haber eliminado de alguna forma u otra, pensé.

 Levante mi mano y salude hacia la cámara <Compórtate normal> pensaba mientras movía mi mano de un lado a otro.

― ¡Pero si aquí esta mi mejor amigo! ― Exclamo Yaboth a grandes voces para ser escuchado por las cámaras.

Se acercó entre la sorprendida multitud, descendió hasta donde me encontraba y paso su brazo derecho por mis hombros.

― Vámonos a donde esta la clase. Este lugar puede ser un poco peligroso luego de lo sucedido ― me susurro al oído.

― ¿Que paso? ― Le pregunté también susurrando pero con obvio tono de alarma.

― ¡Lo sabia! ― Gritó de repente.

― ¿Que?

― Pues que no hiciste nada de lo que hiciste intencionalmente― Volvió a susurrar.

― Pero eso no es lo que todos piensan― Sonrió, mientras me ayudaba a levantar

―Ahora apúrate que enserio no es seguro aquí.

Me levanté lo más rápido que pude, empezamos a caminar entre la multitud de seres que no dejaban de mirarme. Sin embargo, no parecía que tuvieran intenciones hostiles, me observaban con fascinación y miedo al mismo tiempo y durante los dos minutos que caminamos no pude hacer más que pensar en que abría hecho para que todos los presentes me abrieran paso con esas miradas en sus rostros.

Fue cuando llegue a la parte mas alta de las gradas, donde se encontraban los demás héroes de la clase que obtuve una pequeña pista de lo que había pasado. Con el primer héroe que me encontré fue Zhao, se encontraba erguido y serio, con lo brazos cruzados mirando la pantalla gigante. Cuando se vio en ella, entendió que llegamos, se levanto y me saludo mientras lo pasaba con una palmada en la espalda.

A su lado, se encontraba Zattos. En una posición mas relajada, con los pies cruzados y sus brazos sosteniendo su cabeza. También se levanto y además de saludarme me felicito revolviendo mi cabello para luego obsequiarme un pequeño frasco con un líquido hermoso de color rosa en su interior. Ante mi asombro y para mi sorpresa me explico que se trataba de un veneno muy raro pero que me lo había ganado luego de lo que había hecho, aunque hubiera sido suerte, aclaro.

Enseguida, por los gritos ya era obvio. Se encontraban Eileen y Aenor, que se levantaron a decirme lo increíble que había sido el movimiento que había hecho. Me abrazaron y me pidieron que les prestara de mi suerte para los exámenes de Gruttebel, considerablemente más difíciles que unos bárbaros juegos. Intente decirles que no tenía idea de lo que había sucedido pero Yaboth me interrumpía cuando podía y aprovechaba para hacerlas enojar.

Seguí caminando, dejando que los tres alborotadores siguieran en lo suyo, y pude ver a Sora, tranquila y erguida, esperando a que llegara. Se levanto y al igual que todos me saludo y felicito, pero agrego una advertencia que me dejo congelado.

― Tus poderes se salieron de control, si no fuera por la píldora estarías muerto. Tienes que hablar con Relat y Hikes sobre lo ocurrido. Nunca pensé que fueras tan irresponsable.

Inmediatamente se sentó un poco indignada, pero a pesar de la frialdad con la que había dicho esas palabras entendí que se preocupaba por mí. Sin embargo, no alcance ni siquiera a darle las gracias. Una persona aun mas bulliciosa y altanera que el trió que había dejado atrás, me atrapo entre sus grandes brazos y me dio un fuerte abrazo acompañado luego de un gran coscorrón.

―Chiquitín que orgulloso me haces, sabia que mis días de profesor no serian desperdiciados. Por fin alguien muestra lo que mi entrenamiento es capaz de lograr.

―Solo le has dado clase por tres días― Interrumpió las voz cortante de Nazli, frenando en seco la festividad de Gorko.

―Para que veas que son muy efectivas― Respondió refunfuñando Gorko.

Enseguida me bajo al suelo y se sentó refunfuñando. Pase junto a Nazli quien aunque me miro con indiferencia se levanto y me saludo sin felicitarme. La verdad ni me importo, no sabia por que me felicitaban de todas formas.

Junto a Nazli se encontraba Dalana, y a su lado Corvinus. Ambos se levantaron y me felicitaron pero fue Corvinus quien insistió en que debí de haber hecho lo que hice antes. Enseguida, empezó a describir como mostraron las pantallas la parte en que el Uroboros me arrastraba por las calles, y fue cuando llego a la parte del coliseo cuando estaba a punto de llegar a la enigmática acción que había hecho que Yaboth nos interrumpió.

― ¡Por aquí Laxus, por aquí!

Me devolví entonces hasta donde se encontraba Yaboth y me senté ente él y Sora. Pude entonces ver a Diaxe y a Trozard  en las enormes pantallas, cubiertos de sangre, polvo y mugre, pero con los ojos abiertos y en posición de combate.

Acababa de ser eliminado, pero los juegos de Genus todavía no habían terminado.

------------------------------------------------------------------------------------------------------

Bueno, por fin el preciado capítulo de esta semana. Espero les haya gustado, y gracias por haberme tenido paciencia la semana pasada en la que no pude subir el capítulo por cuestiones del viaje.

En cuanto a eso ya me encuentro en Myanmar, pase por Alemania y Tailandia. Solo pude conocer Bangkok por un día pero la ciudad me encanto. En estos momentos ya me encuentro trabajando en el proyecto de turismo inclusivo en el que me encuentro.  =)

Leyendas de héroesWhere stories live. Discover now