*Y como siempre...*

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Me limite a ver en silencio. La situación en la que se encontraban Trozard y Diaxe. Era mi culpa pero fue sin intención, no quise que terminaran así, no debía de sentirme culpable, pero lo hacia. Y el molesto sentimiento de culpa me inundo mientras veía la enorme pantalla que transmitía todo lo que sucedía en aquel colosal laberinto, flotando lentamente sobre nosotros.

Detallé a los Aicel, nunca había visto a uno en persona. Se trata de la raza hermana de los Iltek al igual que los Humanos de los Enanos; los Elfos de los Vampiros; y los Pharons de los Drathons. Esta raza era bastante más grande que sus mecánicos relativos. Su cabeza tenía la apariencia del casco tradicional de los paladines; alguna vez, mientras veía los juegos en un bar del pueblo escuche que el diseño de los cascos estaba basado en la apariencia de estas criaturas. Y ahora que los miraba podía afirmar que en realidad se parecían.

Sus enormes torsos les otorgaban porte y gran presencia; sus hombros eran igual de grandes, de los cuales se levantaban tres grandes protuberancias que terminaban en punta. Sus brazos y piernas mucho más delgados que su enorme torso resaltaban por ser largos y esbeltos. De sus manos y pies sobresalían unas grandes y afiladas garras, con uñas de diamante, al igual que sus dientes y protuberancias en la espalda. En resumen, eran armaduras vivientes, con una proporción mineral-orgánica mucho más grande que la de sus primos los Iltek.

De pequeño, cuando veía los juegos votaba por su equipo. No por su enorme tamaño o fuerza, sino por su apariencia, no conocía nada más genial que los Aicel.

Cuando volví de mis recuerdos noté que me encontraba en medio de un increíble silencio, incluso la respiración de los espectadores se encontraba al mínimo. Todos se encontraban pendientes de lo que sucedería entre el Uroboros y el Bio-Berserker. Sin embargo, al ver de nuevo la pantalla comprendí que lo que tenía a todo el mundo inmerso era la misma pelea entre las criaturas.

El Uroboros se encontraba rodeando a su enemigo, solidificando uno que otro de sus tentáculos y clavándoselo de lado a lado. Pero el contrataque era inmediato, el Bio-Berserker con el simple movimiento de su cuerpo partía estos tentáculos solidificados, los que pasaban a ser parte del Bio-Berserker que se encontraba despedazando con sus brazos los tentáculos principales del Uroboros.

Los Bio-Berserkers habían sido diseñados para resistir y regenerarse de casi cualquier ataque; además, se les había otorgado una habilidad ventajosa: Se les dio la capacidad de detectar los puntos vitales de sus enemigos acompañados de la necesidad de destruirla prioritariamente.

Por otro lado, el Uroboros ante su regenerable y desgarrador atacante, poseía su prominente inteligencia. Pronto noto la instintiva necesidad del Bio-Berserker de atacar sus puntos vitales y la indudable eficiencia con la que lo estaba logrando. De inmediato, el Uroboros cerceno todas las extremidades de su víctima, acción que había estado preparando desde varios minutos atrás. Y con la misma velocidad con la que el Bio-Berserker se regenero, el Uroboros tomo una forma parecida a la de un tornado.

Las cámaras pronto mostraron su interior. Los tentáculos vitales del Uroboros se encontraban en la cima, mientras los restantes tomaban la forma de cuchillas y giraban a toda velocidad alrededor de su irritada víctima.

Los ojos del Bio-Berserker entonces se tornaron rojos, al igual que sus uñas y varios de los cilindros y tubos que tenía insertados en su cuerpo. Pero no era sangre, ni de él ni de su contrincante, se trataba de otra habilidad, natural de los Berserker pero obviamente científicamente modificada. Rabia, Rage, se le conoce de ambas formas y se le conoce como una de las habilidades más mortíferas de Tellurus.

El Uroboros noto el cambio en su presa, de la que ahora emanaba  una enorme cantidad de energía; sin embargo, esto no lo cohibió. Su interés por derrotar al Bio-Berserker creció aun más. De pronto, el Uroboros tomo una forma parecida a la de un Quinoid, del mismo tamaño que el Bio-Berserker y se solidifico un exoesqueleto.

Ambas criaturas quedaron de frente, el Bio-Berserker se regenero y las partes perdidas del Uroboros volvieron a su dueño, incluso las insertadas en su enemigo. Las dos bestias inhalaron y exhalaron lentamente, su campo de batalla se encontraba aplanado por su confrontación anterior, lleno de partes del Bio-Berserker. Y el Uroboros lo noto, en algún momento el Bio-Berserker ya no podría regenerarse más.

La paz duro solo un segundo, que pareció mas largo de lo que fue. Ambas criaturas se lanzaron la una contra la otra. El Bio-Berserker mordió el hombro izquierdo de su enemigo, al igual que el Uroboros le mordió el cuello.  Y al mismo tiempo ambos arremetieron con sus garras derechas contra el torso del contrario; el Bio-Berserker fue traspasado al igual que el Uroboros.

Se hizo silencio.

A la vista de todos, el equilibrio se acababa de romper, el ataque del Bio-Berserker había desintegrado las células del Uroboros con las que había tenido contacto. La criatura color entre negro y morado acababa de perder casi todo su tórax. Y cuando esta se tambaleo y todos pensaban que el Bio-Berserker la remataria, de entre el cuerpo del Bio-Berserker, salieron cientos de tentáculos, que rebanaron en segundos al enorme experimento de laboratorio.

Volvían a entrar en equilibrio.

Ambas criaturas desgastadas, cansadas y con ansias de ver a su contrincante muerto, tendido ante sus pies, ignoraban cualquier otra cosa fuera de su combate. No se trataba de seres que luchaban por gloria, ni alimento y mucho menos por honor, se trataba de seres que luchaban por el simple hecho de confirmarse superiores, de satisfacerse a si mismos, nada mas y nada menos. Estábamos ante un espectáculo de la naturaleza que yo entendía y supongo que la mayoría, si no todos los espectadores también entendían.

Y mientras las dos débiles y desgastadas criaturas se observaban, preparándose para atacarse de nuevo, salió un sonido de entre la gradas. Un sonido entre gracioso y extraño, lo primero que hizo fue asustarme pues ambas criaturas de pronto explotaron.

El sonido de la explosión y su imagen en la pantalla estremeció las gradas.

Ambas bestias se regeneraron en pocos segundos, enfurecidas por la interrupción de un tercero. De nuevo el mismo sonido ― Hip!

Explotaron de nuevo ambas criaturas, con igual o más fuerza que la explosión anterior. Se regeneraron con rapidez y esta vez, no se miraron entre si. Observaron a quienes las rodeaban, buscando al atacante.

― Hip! Hip! ...


Sonaron dos grandes explosiones, me desesperé y empecé a buscar el extraño sonido que sonaba cada vez que explotaban las criaturas. Y al igual que todos los molestos espectadores, junto con la gran carcajada que soltó Yaboth pude observar como a Dinamo le acababa de dar un ataque de hipo. 

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¡Aquí comenzamos el maratón!, espero les haya gustado el capitulo; sobretodo el final. =)

Concurso cerrado

El internet estos días ha estado muy malo por lo que si durante esta semana hay un día en el que no subo capítulo en el siguiente subiré dos. Al final de la semana habrán 7 capítulos nuevos contando este. =)

Leyendas de héroesWhere stories live. Discover now