¿Elise?

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El ataque de los Ulmay comenzó de forma metódica, con fuerza bruta empezaron a destruir los marcos de madera de los portales, haciéndolos inservibles. Gracias al comienzo temprano de las evacuaciones, solo había unos cientos de individuos por ayudar. De los miles que había llegado, eso era un muy buen numero, si se ignoran las víctimas del atentado de Bimalen, que no fueron pocas.

Gritos y fuertes golpes se empezaban escuchar en los alrededores, varios de los portales en las áreas exteriores cayeron de un momento para otro. La tensión y el pánico empezaban a ser palpables en medio de la multitud en la que nos encontrábamos.

En ese momento empezaron a sonar catapultas, maquinas antiquísimas que ya no se usaban. Con el sonido de la madera cortando el aire, salían volando los proyectiles hacia las zonas interiores. Uno de estos cayó cerca de donde nosotros, levantando una gran nube de polvo. Enseguida se escuchó un grito al otro lado.

Con el viento de la noche, la tierra en el aire se disipo. 

No estaban lanzando proyectiles, se estaban lanzando ellos mismos. Frente a nosotros había un ulmay agarrando el cuerpo inerte de una estudiante elfa. El aura de muerte que rodeaba al Ulmay era increíble, se sentía una colosal presión alrededor. Parecía como si hubieran aumentado la gravedad en donde nos encontrábamos.

De inmediato, todos los presentes cubrieron los más pequeños y a los heridos, para luego atacar. Diaxe, tres elfos y un profesor Pharon reaccionaron antes que nadie y atacaron primero al Ulmay. La batalla fue intensa, los reflejos y fuerza del ser azul eran increíbles. De un puño le abrió un hueco en el pecho a uno de los tres elfos, lanzo su machete contra el profesor, quien lo esquivo; lamentablemente, termino asesinando a un estudiante enano que solamente se encontraba observando. Por ultimo, al cabo de dos minutos, entre los cuatro lograron eliminar al Ulmay, quedando todos gravemente heridos.

―Que mierda fue eso― dijo Yaboth con los ojos abiertos.

― ¿Y hay miles de esos?

―Yaboth! ― lo interrumpió Sora, haciéndole señas de que había niños presentes.

―Acaban de ver cómo un Ulmay le abrió un hueco en el pecho a ese elfo y  le clavo un machete en la cara a un enano. Estoy casi seguro de que lo que dije es lo que menos trauma les causara.

Sora frunció el ceño y empezó a apurar a los niños, los seres a los que nos enfrentábamos eran demasiado peligrosos como para que siquiera nos ayudaran los pequeños héroes. Corvinus se acercó a donde estaba Diaxe y lo ayudo a incorporarse, teníamos que salir de inmediato de este lugar.

Cientos de lanzamientos empezaron a inundar el cielo iluminado por el fuego y las cenizas. Todos los que estábamos evacuando empezamos a aumentar la velocidad, el orden que se había mantenido en cierta forma empezaba a desquebrajarse en medio del caos que generaban los poderosos Ulmay. Pronto nos encontramos trotando en medio de la multitud. En la mitad del camino varios profesores y estudiantes de grados altos se vieron forzados a detenerse para enfrentar a los Ulmays que caían del cielo, pudieran ganar o no, tenían que ganarle tiempo a los demás, así tuvieran que dar sus vidas para salvar a unos pocos. Fue en medio de todo eso que me estrelle con la persona que menos pensaba encontrarme en este tipo de situación.

Se trataba de Elise, la Vhighoul con la que tenía una extraña relación la cual me preguntaba si quería comerme literalmente o a besos.

― ¿en serio? La vampira de nuevo.

― Denme un respiro, voy a suicidarme contra ese Ulmay― dijo fastidiado Yaboth, haciendo notar su odio por los vampiros.

Se dirigió con otros dos profesores a enfrentar un Ulmay que cayó a nuestra izquierda dejando un enorme crater y aplastando algunos civiles que intentaban evacuar.

La hermosa Vhighoul paso su pelo por detrás de la oreja, descubriendo su pálido rostro, sus ojos dorados brillaban en medio de la oscuridad y sus pequeños labios rojos me empezaban a seducir desde la distancia.

― ¿Cómo estás? ― pregunte agitado, rompiendo el silencio entre nosotros. La última vez Elise había desaparecido repentinamente.

Me miro con vergüenza, aun le costaba estar frente a mi después de lo que vi de sus recuerdos. Su cuerpo se encontraba temblando un poco. Por su boca se deslizaba una gota de sangre que no era de ella.

―Si no te importa que no sea pura, cásate conmigo ― me susurro al oído empinándose y abrazándome.

Enseguida materializo una pequeña carta blanca, la coloco sobre mi mano izquierda y la cerro entre sus manos. Finalmente, me beso en la mejilla y retrocedió un poco.

Quede anonadado, la sorpresa no era solo mía, sino de todos mis amigos que estaban detrás de mí.

―Señorita, aquí esta. Salgamos de inmediato― dijo un vampiro en una armadura oscura con marcados rúnicos a su alrededor.

El hombre la agarro del hombro y ambos se volvieron humo negro en medio de un grito de protesta de Elise. Enseguida la sombra que los contenía a los dos, escapo a toda velocidad hacia el portal.

Enese momento me di cuenta de que era el último portal abierto. Habíamos perdidomucho tiempo.

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Hola espero que les este gustando este maratón. =)

Leyendas de héroesWhere stories live. Discover now