Historia 103

11K 674 121
                                    

La batalla de los dioses fue el primer y ultimo conflicto de esta colosal magnitud, el único en que los dioses se vieron involucrados. La guerra duro un instante y una eternidad al mismo tiempo, y moldeo la realidad que conocemos.

Los padres de Deux, Alfa y Beta, para poder diferenciarlos, el primero de creación y el segundo de destrucción, decidieron proteger a su hijo aun a costa de sus propias vidas. Su enfoque consistió en evitar cualquier contacto de otros dioses con Tellurus, el planeta que habitaba su querido hijo.

Las dimensiones de la batalla resultan inconcebibles al igual que el comportamiento bélico de los dioses. Algunos teóricos afirman que Tellurus no fue destruido fue gracias a algo que no poseía ningún dios con excepción de Alfa y Beta. El sentimiento que lo inicio todo, permitió que los padres de Deux se enfrentaran a la inmensa cantidad de dioses sin ser destruidos en el intento. Como ya sabemos, el sentimiento que lo inicio todo fue el amor y este había mutado, Alfa y Beta poseían un amor paternal, estaban dispuestos a hacer cualquier cosa.

El profesor detuvo su narración.

― Lo que contaré a continuación lo suelo omitir. Es un tema muy delicado del cual deberían enterarse hasta su último año en la academia, pero debido a los últimos acontecimientos alrededor del mundo, me veo obligado a contarles…

De la unión de Deux y la joven Uicodi nacieron las divinidades mortales, los Ulmay. Estos seres olvidados por la historia fueron concebidos con un único propósito, ayudar a los padres de Deux a acabar con los demás dioses.  Estos seres nacidos del amor y olvidados por la historia nacieron a costa de la vida de su madre pero Deux no sufrió, su amor se transfirió hacia sus hijos y les encomendó cumplir con su propósito.

Los Ulmay comenzaron siendo tres, sin afinidad a la magia, con un altísimo grado de inteligencia y cuerpo casi al extremo de la perfección. Eran los seres más fuertes de la existencia después de los dioses. Los primeros, como se le conoce a estos tres, crecieron de forma absurda rápido en avances tecnológicos al punto de lograr desarrollar tecnología capas de utilizar magia por ellos, cubriendo la única falencia que les había dado la naturaleza. Esta tecnología, les permitió crear una maquina insólita, que les permitió empezar a reproducirse a través de meiosis pluricelular, gracias a la intervención de magia. De esta manera, nació el imperio más grande que ha existido. Esclavizaron a todas las demás especies de Tellurus. Sus maquinas les permitieron explorar los cielos y las profundidades del océano, y posteriormente viajar por las estrellas.

Habiendo conquistado todo lo que el conflicto entre los dioses les permitió, se vieron por fin ante el propósito de su existencia, destruir a los dioses enemigos. La intromisión de los Ulmay se podría comparar con una declaración de guerra de las hormigas contra los humanos. Sin embargo, su inteligencia era tan grande que en cuestión de pocos milenios consiguieron crear tecnología para lastimar gravemente a los dioses.

Con ese invento tan disruptivo la gran batalla tomo nuevas dimensiones, pero la ambición de las divinidades mortales  no paro con eso. Al cabo de unos años los hijos de Deux le empezaron a crear a su padre un arma diseñada para su uso personal.

Comenzó entonces la casería de los dioses, la batalla tomo proporciones y dimensiones irracionales y en su cúspide, cuando ambos bandos se sumergieron en un ciclo parejo de batallas ganadas y perdidas, los Ulmay le entregaron la súper arma finalizada. El arma era tan poderosa que se le nombro ejecutora de dioses.

Alfa y Beta, los padres de Deux, se encontraban perplejos ante lo que había provocado su unión. Sus corazones eran desgarrados al ver como su propio hijo exterminaba a los de su propia clase. La campaña de Deux fue larga, lenta, precisa y letal. Al cabo de diez milenios ya solo existían tres dioses, el y sus padres, el equilibrio se empezaba a desmoronar.

Fue entonces, que sus padres volvieron a escuchar la voluntad de él, del que todo procede y en el que todo termina. Y con lágrimas amargas le obedecieron.

Se fundieron en un último gran y apasionado abrazo, sus sentimientos se mezclaron y su amor se fundió en uno otra vez. A continuación exploto el tiempo y el espacio e inmediatamente volvieron a crearse, pero esta vez: sin dioses, sin Ulmay, sin Deux.

Esta destrucción y creación de la realidad creo las dimensiones que conocemos, tiempo y espacio. Tellurus por alguna razón fue el único planeta en recibir vida y durante los primeros eones de esta nueva realidad, las primeras razas, se vieron envueltas en la gran lluvia de fuego y cenizas. No obstante, este fuego no quemaba y la ceniza no ensuciaba. Eran los restos de la antigua realidad, eran los dioses, sus propiedades, sus poderes, su voluntad, todo se mezclo de forma natural dando inicio a los tiempos como los conocemos.

Y así fue como las razas y criaturas de Tellurus nacieron, recibieron magia e inteligencia, sus características físicas y espirituales. De no haber sido por la ruptura del status quo que género el amor entre dos dioses de naturalezas distintas, nosotros no estaríamos aquí.

                                                     *

Durante la clase me surgió la duda ¿si los Ulmay no existían porque los vi en el valle Ent? Pero no tuve tiempo de preguntar nada...

------------------------------------------------------------------------------------------------------

Esta es la tercera entrega de las clases de Galaces D. Challus  ¿Qué les han parecido estas contextualizaciones (Historia101, 102 y 103)? Sus comentarios me ayudan a saber si les interesa conocer la historia del universo en el que vive Laxus.

Como siempre muchas gracias por sus votos y comentarios, su apoyo me motiva. =)

Leyendas de héroesWhere stories live. Discover now