Leyendas de héroes

¿Ganamos o Perdimos?

Caí al suelo de rodillas, me encontraba exhausto, herido, confundido y moralmente abatido. ¿Que había sido todo esto? No entendía de donde había salido el humanoide oscuro ni lo que quería; sin embargo, la diferencia con el primer ser que encontramos en la prueba blanca fue abismal. El primero a diferencia del que nos acabábamos de encontrar poseía un cuerpo mucho más grande y fornido, y su presencia se encontraba cargada de un aura asesina. Por otro lado, el humanoide que nos acababa de derrotar había buscado extraer nuestra energía por medio de una ilusión. En ese momento caí en cuenta de que había dicho hermanos ¿Qué significaba eso? ¿Cuántos más eran? Un escalofrió atemorizante recorrió mi cuerpo. Un apretón en mi brazo derecho me dio compostura. Shield había vuelto a su forma original e intentaba animarme.

Luego, escuche un golpe contra el suelo, Nao había caído de espaldas contra el piso, dio un gran suspiro, cerró los ojos y quedo inconsciente con una sonrisa de alivio. En ese momento varias de los seres que habían llegado con el director de la academia empezaron a aparecer entre nosotros. Una elegida Iltek me ayudo a levantar y me empezó a guiar hacia la academia. Ya nadie estaba usando teletransportación, al parecer Val-conn había decidido lanzar un hechizo para cancelar todos los movimientos difíciles de rastrear.

Llegamos al puente de roca luego de varios minutos caminando al ritmo que me dejaban mis heridas. Se encontraba mejor de lo que imaginaria después de todo lo que aconteció, tenía dos cráteres enormes y varias quebraduras entre un lado y el otro. Una de las estatuas de los paladines Prius había sido destruida casi en su totalidad, se trataba de la del elfo que era la de la derecha, a pocos metros del enorme cráter que había hecho el golem de Aura. La estatua del vampiro se encontraba sin el brazo derecho.

La lluvia había apaciguado, caía con lentitud y una pequeña brisa me hacía sentir mucho frio. Podía ver mi aliento al respirar, y al observar hacia el cielo entre resignado y aliviado de que todo hubiera acabado noté que estaba amaneciendo.

Al momento de ingresar a la academia vi como Val-conn ayudado por otros seres sellaban las puertas de nuevo en el castillo. No pude evitar preguntar el porqué de tan peligrosa decisión. La Iltek que me estaba ayudando a caminar me conto que esas puertas habían estado apareciendo desde hace dos años alrededor del mundo y que habían atrapado a más de un incauto o aventurero. Varios de las naciones o territorios de Tellurus intentaron eliminarlas con todos los medios posibles pero sin éxito. Fue entonces que la academia encontró una forma de retenerlas para poder estudiarlas por lo que empezaron a traer todas las puertas encontradas hasta la fecha a uno de los sótanos de Lumen; sin embargo, la extraña naturaleza de estas puertas no evito que al pasar los meses se empezaran a fusionar con el castillo. Lo que termino en su capacidad de moverse aleatoriamente por entre sus pasillos.

Me asombre ante la respuesta, ahora solo quedaban como mil preguntas más, pero me encontraba muy cansado y de seguro no me podría responder la mayoría de estas. Seguimos caminando a medida que la luz del sol iluminaba los estragos que habían causado Aura y Orchid, en su mayoría Aura, y llegamos al coliseo de coral. Al parecer la enfermería había terminado totalmente destruida, pero gracias a Nano no había ninguna casualidad. Entramos por los amplios pasillos, decorados con temáticas marinas y pude escuchar el eco de la multitud que se encontraba en el interior. Al salir del pasillo nos encontramos con una inmensidad de seres como nunca había visto, tanto las gradas como la arena se encontraban repletas. En ese momento la Iltek me dejo con un Ent-geed y se despidió de mí, salió tan pronto como pudo para seguir ayudando con los heridos.

El frondoso árbol me ayudo a caminar hasta una de las secciones occidentales de las gradas en donde pude ver a mis amigos, heridos y vendados, pero vivos. Sentados o recostados hablando entre ellos.

Diaxe se encontraba sentado en la parte de debajo de las gradas, solo llevaba una pantaloneta y tenía una venda que le atravesaba el torso. Una estudiante orca y una elfa se encontraban aplicándole ungüento en los hombros y la espalda, cada una un lado; mientras que un licántropo se lo aplicaba en las piernas. Yaboth, por otro lado, se encontraba intacto, o gran parte de él, pues en el lado derecho de su cabello tenia quemadas las puntas de su colorido cabello; estaba en medio de Eileen y Aenor, ambas estaban bien; apenas me vio Yaboth coloco sus manos sobre los hombros de las heroínas y me guiño el ojo. Para mi sorpresa ambas se recostaron en él pero al darse cuenta de que se movieron al unísono, lo cachetearon y se alejaron. Sora se encontraba bien por lo que pude ver, estaba curando a Zattos en el brazo izquierdo, pude ver que tenía quemaduras que se parecían a las manchas de un dálmata. Zattos estaba encorvado y el pelo le tapaba la cara y miraba fijamente a Charlie, su caracol, que se deslizaba lentamente sobre sus piernas. Corvinus y Dalana se encontraban acurrucados en una cobija por lo que no pude ver si ya les habían curado las heridas que les había causado la banshee. Zhao se encontraba meditando en la parte de arriba de las gradas, su exoesqueleto se encontraba bien pero tenía una pierna herida, al parecer rota. Nazli estaba llena de heridas menores y moretones; y Trozard con una venda en la cabeza y otra en el torso, se encontraba rogándole que le dejara untarle ungüento medicinal para potenciar la magia medicinal. Petición reiteradamente declinada por la fastidiada heroína.

Cuando empecé a acercarme, mire mi cuerpo y no pude evitar sorprenderme. No tenía casi piel, se había desintegrado cuando casi me convierto en energía pura; la armadura que llevaba estaba rota en diferentes secciones. Pero por el dolor sabía que me había roto más de una costilla; además, me encontraba deshidratado y mal nutrido, la absorción de la puerta oscura me hacía ver pálido, flaco y como si me fuera a desmayar, cosa que no estaba muy lejos de la realidad. Al darse cuenta de mi presencia y al notar mi estado Aenor y Eileen se lanzaron a ayudarme; sora, por otra parte, dudo un instante pero luego las siguió. Su actitud de servicio era más grande que su voluntad. Me senté en las gradas y estando junto con mis amigos sonreí con alivio.

Dinamo y Shield empezaron a caminar por entre nosotros y a hablar con los otros Rekan, al parecer se pueden comunicar entre ellos.

Luego de unas horas entro de forma estrepitosa, llamativa y sonora la profesora Gruttebel. A todos nos dieron escalofríos de solo verla, daba más miedo que los humanoides oscuros. Pidió silencio en el coliseo, favor que le dieron a los pocos minutos, y luego invoco un hechizo que hizo que todas las superficies del coliseo empezaran a brillar con un tono verde. Enseguida, un poco fatigada, nos explicó que el hechizo nos ayudaría a recuperarnos con mayor velocidad. Finalmente pidió que todos los estudiantes que se encontraran bien buscaran en que forma ayudar a los heridos y si lo deseaban que ayudaran con las labores de reconocimiento y rescate alrededor de la academia.

Acto seguido desapareció y todos los estudiantes volvimos a hablar.

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Y aquí acaba este revelador arco ¿como les pareció?

Estoy buscando ideas para volver a hacer un concurso con ustedes para la semana de navidad, si tienen ideas compartanmelas para hacer un evento divertido para todos. =)

PD: Ya volví a actualizar Keratox en su segunda temporada. Dentro de dos semanas espero poder publicar en Gagnant.

Saludos