El amor platónico de Yaboth

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― ¿Te casas conmigo? ― pregunto Yaboth soltando a su Rekan.

― ¿Qué? ― respondió sorprendida Cerberus.

―Se ve tan bonita cuando se hace la tonta― rio Yaboth volteando a mirarme.

Quede un poco impactado por su actuar, pero ya sabía que con Yaboth cosas como esta eran normales.

― ¿Qué acabas de decir sobre nuestra general? ― dijo uno de sus subordinados.

―Que se case conmigo― le respondió con cara seria.

―No, después de eso― dijo un tanto sonrojado el Elfo de cabello oscuro.

―Que es bonita― volvió a responder el héroe ahora casi bostezando.

―Tu sabes a lo que nos referimos― gruño el Quinoid oso.

―Y entonces ¿para qué me preguntan? ― el héroe de ojos morados frunció el ceño y volvió su atención a Christel.

― ¿Qué te parecería salir con el primer héroe en domesticar un colosal? ― le pregunto Yaboth acercándose a ella.

Cuando intento pasar su mano por encima de sus hombros, se vio impedido por su diferencia de tamaño pues la general era mucho más grande que él. Por lo que de un momento a otro la intento agarrar de la cintura. Acto seguido, el joven de ojos morados gritaba de dolor, se había quemado la mano con solo acercarse a la cintura de Cerberus. En ese momento los dos subordinados de la general se dispusieron a castigar al irrespetuoso estudiante.

― ¡Alto! ― Christel les ordenó a sus subordinados.

Yaboth levanto su cara con ilusión y todos los que nos encontrábamos observando estábamos sorprendidos por lo que estaba sucediendo.

―Es el hijo menor de Bothor, tengan un poco más de respeto.

De inmediato ambos paladines se disculparon y retrocedieron tres pasos.

―Veo que me reconociste por lo encantador que soy, ahora que te parece si tenemos nuestra primera cita antes de que empiece el solsticio.

La paladin soltó una risa que intento ocultar tapándose la boca con su mano izquierda. En ese momento caí en cuenta de que Cerberus era zurda, hecho que no había notado antes.

Para entonces Dinamo recupero la compostura, pues había quedado desorientado, luego de haberse tragado la bola de energía que había hecho, y apenas pudo se subió sobre mi hombro derecho.

―Te reconocí porque no conozco a nadie tan irreverente como tú y tu padre. Solo tu madre y hermano son encantadores, por eso permití que tu hermano se casara con mi hija. Lo siento pero te ganaste los genes equivocados.

― ¿Y qué te parecer si me vuelvo el suegro de mi hermano?

La mujer soltó una carcajada.

―Te conozco desde que eras así de pequeño― dijo colocando su mano al nivel de la cintura.

―Aunque ahora eres menos hiperactivo o eso percibo―

En ese momento casi me caigo de para atrás, la paladin estaba insinuando que Yaboth antes era mucho más problemático.

―Y han sido diez años en los que ya conseguí a quien me ayudara a domar al coloso― dijo agarrándome de los hombros y llevándome frente a la gran general de los paladines Prius. En ese momento casi me desmayo de la mezcla de nervios y emoción.

―Así que adelantemos nuestra boda.

La mujer sonrió, me observo analizándome, por alguna razón luego de observarme su expresión se tornó seria y dio media vuelta.

―Te lo dije cuando tenías 5 años y te lo repetí cuando cumpliste 8; solo cuando domes a un colosal considerare tu propuesta― dijo caminando hacia la gran carpa que estaba recibiendo a los invitados. Sus dos subordinados la siguieron en silencio pero en sus rostros se veía lo sorprendidos que se encontraban.

Todos en el lugar se encontraban en silencio, nos observaban con fascinación y curiosidad. No podía sentirme más incómodo. Y gracias a los dioses empezaron a llegar los demás invitados a la ceremonia, por lo que todos desviaron su atención y por fin pude respirar con tranquilidad.

―Esa si es toda una mujer― dijo Yaboth suspirando.

Los representante de cada una de las naciones y distintas organizaciones que llegaban eran increíbles, sus medios de transporte, prendas y acompañantes eran exóticos y denotaban que se encontraban en la cima del mundo. Sin embargo, llegando al atardecer de un momento para otro de entre el centro del campo de Fristhond creció una enorme rama que se multiplico rápidamente y con increíble velocidad tomo la forma de un tulipán. La enorme planta, hecha en su totalidad de roble se inclinó hasta que uno de sus pétalos toco el suelo. Los demás pétalos se movieron y de entre la flor salió un anciano de unos tres metros, parecía un humano de antaño. Vestía una túnica amarilla con decoraciones en color café ocre. Estaba totalmente rapado a excepción de su larga barba, blanca como la nieve.

Apenas descendió el anciano, el enorme tulipán de madera se dividió en dos Ent-geed ancestrales, uno era un sauce llorón y el segundo un abedul. Su madera era ocre y se encontraban tallados de distintas simbologías fluorescentes.

Los chamanes que practicarían la ceremonia acababan de llegar.

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Hola, espero les haya gustado el capítulo. Estoy mirando a ver si empiezo a adelantar capítulos para hacer una maratón ahora que empiece la ceremonia del solsticio y otra mucha más grande para cuando sean los últimos capítulos.

Les recuerdo que en la pagina de facebook de Leyendas de Héroes esta el link de la encuesta para elegir a los 10 personajes que tendrán capítulos especiales cuando se acabe el libro.

Leyendas de héroesWhere stories live. Discover now