Atrapados

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De inmediato empecé a absorber toda la energía a mi alrededor, decidí ayudar en cuanto pudiera. Y ya que la energía que emitía reconocía entre amigos y enemigos no me contuve en cuanto a quien se la enviaba. El campo de batalla a mi alrededor pronto se vio envuelto en medio de chispas eléctricas de color azul.

Trozard decidió montar a los niños sobre su rekan, Nuk, el oso tortuga solo espero a que Corvinus colocara a Diaxe para empezar a cargar hacia el portal. Sora había ido a recoger a Yaboth, quien junto con dos profesores habían logrado detener a un Ulmay, se encontraba gravemente herido como Diaxe. Zhao tenía en su mano a su rekan Celsus, y ayudaba con su katana de aire desde la distancia en todas las batallas que lograba ver. Zattos se encontraba junto con Virus emitiendo esporas en el aire, nada más, aunque supuse que sería algo que nos ayudaría en el escape.

De pronto otro Ulmay cayó entre nosotros. De inmediato Ice, el rekan de Eileen se abalanzó sobre este. El tigre de bengala de tres cabezas contuvo los movimientos del ulmay el suficiente tiempo como para que Aenor lo eliminara con Yok Edici, su rekan en forma de guadaña de hielo. Sin embargo, en ese corto tiempo el ulmay hirió de forma grave a Ice, haciéndolo explotar e hiriendo el brazo de Aenor que sostenía a Yok Edici.

Sora, Dalana y Corvinus pronto decidieron que debían de desviar a los ulmay que caían del cielo, así que con ayuda de los dos rekan con forma de aves y los disparos de Corvinus empezaron a desviar las trayectorias de los proyectiles.

Slayer se encontraba ayudando a Nazli y a los profesores o estudiantes que se estuvieran enfrentando a Ulmays al frente. El Rekan de Yaboth se estaba cerca de Nuk para que no le sucediera nada a su héroe. Por otro lado, Hathos, el rekan de Nazli era blandido con maestría. La khopesh de tierra le permitía crear huecos de gran tamaño para enterrar a los Ulmays que recién caían, de igual forma, también le permitía crear muros para defender, o estalactitas para atacar desde la distancia.

El sentimiento de urgencia mientras escapábamos en medio del caos era palpable. Cada vez más y más heridos se sumaban a la porción del grupo que teníamos que defender.

Y así, a pesar del contratiempo logramos llegar a donde se encontraba el ultimo portal.

Diaxe tuvo que tirarse de Nuk cuando vio que un Ulmay casi cae sobre los pequeños héroes. El rekan de Trozard lanzo a los niños al otro lado del portal y empezó a ayudar a Diaxe. El grupo de los heridos se dirigió al portal y con la ayuda repentina de Yaboth finalmente  el grupo que habia reaccionado pudo eliminar al Ulmay que recién había caído frente al portal.

Empezamos a cubrir la zona, mientras la multitud de estudiantes y profesores heridos escapaban. Logre advertir sobre los arpones por lo que ya estábamos preparados cuando intentaron destruir el marco de madera del portal.

Cuando finalizamos de evacuar a los heridos, comenzaron e evacuar los más cercanos al portal. Pronto, nos encontramos rodeados y arrinconados contra nuestra única fuente de escape. Las zonas exteriores de nuestra defensa empezaban a ceder, una cosa era luchar contra un Ulmay individualmente, pero ahora que estábamos rodeados la ventaja de números la tenían nuestros enemigos. Si no fuera por las esporas venenosas que Zattos y su  rekan soltaron segundos antes los Ulmays cercanos nos habrían eliminado con facilidad, pero el veneno entorpecía sus movimientos lo suficiente para que su poder no fuera tan aplastante

Pasados cinco minutos desde que llegamos al portal nuestros números disminuyeron hasta ser menos de cien. La mayoría habían logrado escapar, pero un gran número también había caído como víctimas del ataque Ulmay.

Los Ulmay se encontraban utilizando sus arpones y brazos para agarrar a quien pudieran para luego lanzarlo hacia atrás donde sospechaba había jaulas para las víctimas.

Fue entonces, cuando tuvimos que priorizar nuestras vidas sobre el portal, que la estructura de madera recibió 7 impactos. Enseguida se empezó a desquebrajar, el portal morado que parecía plasma desapareció, y el enorme arco de madera se derrumbó a nuestras espaldas.

El roció de la madrugada empezó a caer sobre nosotros. Debían de faltar dos o tres horas para el amanecer.

Me encontraba con un agotamiento aterrador, no tenía idea de lo que podía pasar conmigo una vez me relajara. La mayoría de mis huesos y músculos estaban unidos artificialmente por energía vita. Aunque estaba consiente gracias al extraño poder dentro de mí, aun no entendía del todo a que se debía esto.

Me arrodille para poder descansar un poco, sin detener la absorción y distribución de energía a todos los presentes. Algunos tenían sus ojos azules, otros, incluidos mis amigos ya empezaban a emitir un aura eléctrica de color azul, y yo sin darme cuenta me encontraba a poco de perder el control de mi poder.

No quería recurrir al método que había utilizado antes, literalmente me había costado un brazo, pero no veía ninguna otra forma. En un momento pensé en volver a escapar volando, pero pronto vi lo que los demás debieron de haber notado antes. Sobre nosotros había un campo de fuerza casi completamente transparente, pero con una leve coloración violeta. De inmediato pensé en bajo tierra, y al parecer Nazli había intentado lo mismo antes, pues con su rekan abrieron un agujero que solo descendió dos metros. El mismo campo de fuerza se encontraba por debajo, nos encontrábamos atrapados.

No quería volver a utilizar ese poder, pero no se me ocurría nada mejor. Empecé a preocuparme por la impotencia que sentía, no veía forma de salir con todos vivos de esta, ni siquiera con mi brazo izquierdo convertido en pura energía. Estábamos atrapados en el lugar ceremonial, rodeados de Ulmays, el ultimo portal que nos podía servir como escape había colapsado y peor aun, estábamos atrapados en dentro de un campo de fuerza.

Fue entonces que sonó un Gemido ahogado, uno más de los nuestros había sido asesinado. Volteé a ver al desafortunado que recibió el golpe. Al ver a la víctima quede congelado, no podía ser, tenía que ser mentira.

Solo pude gritar su nombre con lágrimas en mis ojos...

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