Cuando Tau se va, me acomodo al lado de Tarik en la cama sin ropa y feliz a pesar de estar compartiendo cama -aunque sea por apariencias- con el hombre equivocado.
Estuve pendiente del momento en el que Tarik regresara de la inconsciencia y cuando lo hizo está tan perdido por el efecto del vino del abuelo que no recordaba nada de la noche pasada.
—Será mejor que nos pongamos en marcha —sonríe levantándose y cuando veo que no va a tomar la decencia de tomar algo para cubrirse, me giro.
No hay preguntas ni saludos.
Simplemente nos vestimos y cuando salimos por la puerta, no me separa de su lado.
Al llegar a palacio, varios nos dan el recibimiento a lo cual Tarik saluda dichoso pero no me toma tanto en cuanta, o bueno, no hasta que nos encontramos con Tau.
En varias ocasiones estoy tentada a darle su buen zape que se, le harían ver las estrellas, pero claro no puedo golpear a mi marido eso sería inapropiado para una esposa.
Unas de las preocupaciones que ronda por mi cabeza es el embarazo.
Debo de decirle lo antes posible antes de que comience a notarse y para eso, debo drogar más a mi esposo. Así que mientras la comida transcurre, varias ideas se van colando por mi mente.