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71. THE WITCHER

GERASKIER

Geralt únicamente escuchaba el golpeteo de las herraduras de Sardinilla mientras trotaba por medio del bosque. Había escuchado los chismorreos de los aldeanos de los pueblos anteriores sobre la presencia de una serpiente grandiosa, con la capacidad de matarte solo mirándote. Ese era un reto que solo él podía enfrentarse, un basilisco no se encontraba todos los días. Era por eso que había puesto rumbo a Rosenhain, el pueblo donde residía la bestia. El bosque fue la ruta más corta que encontró, y para él estaba bien, no le temía a las criaturas que se pudieran cruzar en su camino. El caminó por el bosque fue tranquilo, no se detuvo a descansar ni cuando la luna brillaba con toda su fuerza, era lo bueno de viajar solo, no debía estar pendiente de nadie. En el horizonte vio pequeñas motas de luz, suponía que de las velas de las casa del pueblo, cuando llegara allí descansaría en alguna taberna y saldría a por el basilisco. Cuando llegó al pueblo el sol estaba despuntando el día, dando la bienvenida a los campesinos y el adiós a los borrachos que salían de la taberna donde Geralt estaba atando a Sardinilla. Este entró consiguiendo que todo el local se callara, no era usual ver al lobo blanco por esas tierras. Simplemente gruñó antes de caminar hasta la mesa más apartada, deslizándose en el asiento y quedándose ahí quieto. No dijo nada, ni siquiera cuando una mujer le dejó una jarra de cerveza delante. El ruido de la taberna volvió a ser ensordecedora como antes de que Geralt apareciera, y para molestia del albino un bardo se unió a ese escándalo. El chico no cantaba mal, no iba a mentir, pero en esos momentos el simple hecho del sonido del laúd lo ponía de los nervios.

- Dichosos los ojos que ven al temible carnicero de Blaviken.- Geralt gruñó enfadado antes de mirar fijamente al chico con sus ojos ámbar. Este tragó nervioso antes de sentarse enfrente de él dejando el laúd a su lado.- Preciosa trae dos jarras de cerveza.- Dijo antes de girarse a mirar al brujo fijamente, Geralt resopló antes de acabarse la suya.- Se porque estas aquí, no eres el primer brujo que viene.- Geralt gruñó de nuevo consiguiendo que el bardo lo mirara con una ceja alzado.

- Soy mejor que los otros brujos.- El chico sonrió antes de asentir con suavidad dándole la razón.

- Y es por eso que te ofrezco ser tu guía a cambio de que me dejes acompañarte en tus demás aventuras y...- Dijo antes de sacar una bolsa de tela dejándola en la mesa.- Esta bolsa con cincuenta momentos de plata.- Dijo el hombre antes de que Geralt lo mirara y negó suavemente. Cogió la bolsa mientras notaba la mirada del bardo encima suyo.

- No quiero una carga en mis viajes, y no te preocupes puedo encontrar el basilisco solo.- Dijo antes de salir de la mesa e irse.

- No es un basilisco.- Dijo el bardo consiguiendo que Geralt se detuviera con el ceño fruncido.- Ni se acerca a eso, las malas lenguas es lo que tienen.- Murmuró cansado mientras veía al brujo volver a la mesa.- Soy Jaskier, y lo que tiene aterrorizado a este pueblo es una kikimora.- Geralt resopló mientras miraba al bardo, estaba en lo cierto un basilisco y una Kikimora no se parecían en nada. Geralt suspiró antes de sentarse de nuevo enfrente de él bardo.- Te puedo llevar al lugar exacto, allí donde reside el monstruo, solo debes aceptarme como tu compañero.- Geralt resopló antes de gruñir mirándolo con seriedad.

- Está bien, pero no me voy a hacer cargo de tu seguridad.- Dijo consiguiendo que Jaskier sonriera contento.

Ambos se levantaron y salieron de la taberna cuando el sol se estaba ocultando. Guardó las monedas en las monturas de Sardinilla antes de subirse y mirar al bardo que lo miraba curioso. Geralt gruñó antes de mirarlo fijamente. Jaskier alargó su mano y Geralt lo miró antes de resoplar y tirar de él para subirlo a sardinilla, dejando a Jaskier sentado delante de él. Geralt le cedió las riendas a Jaskier mientras resoplaba enfadado. Nunca había cedido el control en nada, a nadie y ahora le había entregado su más preciado corcel a ese pequeño bardo. Geralt observó como Jaskier comenzaba a cabalgar a la par de hablar, cosa que irritó bastante al brujo, pero no tanto como para hacerle callar. Siempre había sido un viajero solitario y como tal había preferido el silencio, los ruidos del bosque y los relinchos de su caballo, pero ahora estaba descubriendo que la voz del bardo no era tan molesta. Jaskier se adentró en el bosque que quedaba detrás del pueblo consiguiendo que Geralt se tensara al sentir las presencias no humanas ahí. Con su mano derecha desenvaino la espada mientras que con la izquierda rodeo la cintura del bardo.

- Cabalga más lento y no hables.- Le gruñó Geralt al oído mientras observaba todo con atención, Jaskier asintió mientras mordía su labio inferior, la voz grave del brujo le había hecho temblar.

Jaskier hizo que Sardinilla ralentizará el trote mientras sentía el brazo del brujo aferrarse con más fuerza a su cintura. Tragó saliva mientras se detenía delante de un pantano lúgubre. El brujo bajó de un salto antes de coger más fuerte su espada. Jaskier se bajó del caballo pero no se acercó donde la kikimora empezaba hacer ruidos de aviso para el brujo, quería aventuras pero tenía dos dedos de frente y sabía lo mala idea de que él, un noble sin entrenamientos fuera de las artes musicales, intentará enfrentarse a una bestia como esa. Vio a la enorme bestia surgir del lago y como el brujo luchó con pericia y maestría. Jaskier sentía su corazón muy acelerado, sobretodo cuando vio al brujo desaparecer en el agua juntamente con el monstruo. Jaskier se acercó a la orilla del pantano. Miró fijamente la superficie oscura del pantano buscando el relucir blanco del brujo. Mientras Jaskier miraba el agua mordiéndose el labio el bosque adquirió un silencio tenebroso, uno que solo presagiaba desgracia, uno que consiguió que la piel de Jaskier se eriza la piel. El silencio fue roto por el sonido de la plata rompiendo el aire juntamente al del agua cuando la figura de Geralt salió manteniendo su espada en alto. Jaskier respiró aliviado antes de acercarse a él y ayudarle a salir dejándolo sentado en la orilla.

- ¿Estás bien, verdad?- Preguntó Jaskier mientras movía la cabeza de Geralt en busca de heridas. Este gruñó consiguió que Jaskier se detuviera y lo mirara a la cara. Cerró los ojos antes de acariciar la mejilla de este con suavidad.- Lo siento, es solo que me has preocupado.- Dijo separándose un poco, sus ojos bajaron a los labios del mago antes de acercarse y besarle de forma suave. Jaskier se separó antes de abrir la boca y volver a cerrarla.- Lo...lo siento.- Dijo antes de mirar hacia otro lado.- He actuado sin pensar.- Dijo antes de morder su labio y acercarse al caballo.- ¿Te ha gustado? Quiero decir, no es la primera vez que lo hago, si con un hombre, pero había besado antes. ¿Hablo demasiado, verdad?- Dijo mirando al brujo que lo miraba con una ceja alzada.- Lo podemos repetir cuando quieras, se que los viajes pueden ser largos y tediosos. Pero solo si tu lo quieres claro... ¿Mejor me callo ya, no?- Preguntó mientras se sentaba al lado del caballo.

- Si.- Gruñó mientras se levantaba y se quitaba la camisa para ver el gran corte que tenía en el pecho

- ¿Si a qué? ¿A qué te ha gustado? ¿A qué hablo demasiado? ¿O a qué me calle?- Dijo ganándose un gruñido del brujo mientras se acercaba al caballo y ponía un ungüento en sus heridas.- Interpretare que es un sí a todo.- Dijo antes de ver como Geralt lo miraba con una ceja alzada.

El brujo suspiró antes de acercarse y besar de nuevo al bardo, este se quedó inmóvil antes de devolverle el beso a este. Quizás el bardo no fuera tan mala compañía después de todo.