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160. THE WITCHER

GERASKIER

El brujo había adquirido una costumbre que hacía que sus estancias en los pueblos se prolonga más de lo que deseaba. Pero desde que se había cruzado con aquel bardo castaño en una de las tabernas no podía sacarlo de la cabeza, bueno, sí había dos momentos en los que no pensaba en él, cuando peleaba y cuando follaba con una mujer. Por eso a cada pueblo que iba, aparte de matar un monstruo y pedir su recompensa, se acostaba con una o dos mujerzuelas, a veces a la vez, otras por separado. Gastándose la mitad de lo ganado en sus servicios y la estancia de varios días. Y ese pueblo no iba a ser diferente, gracias a la poca distancia entre pueblo aún le quedaba dinero para pasar esa noche con alguna mujer, e ir a cazar al monstruo la mañana siguiente. Pero lo que más se esperaba era encontrar a su hermano Eskel bebiendo mientras se reía con una mujer castaña sentada en su regazo.

Geralt se planteó largarse antes de que su hermano notara su presencia, pero otra parte de él, que fue la que mando, le obligó a caminar a la misma mesa que el castaño. Cuando se sentó recibió la mirada sorprendida de su hermano y de la mujer, que para ser sincero con él mismo le recordaba a alguien.

- ¡Hombre Geralt si sigues vivo!- Gritó emocionado y llamó la atención de varios parroquianos. Y la emoción no era para menos, con ese serían tres inviernos sin subir a Kaer Morhen, tiempo más que razonable para que empezaran a darle por muerto.- Qué alegría verte vivo hermano.- Dijo más calmado y con una sinceridad desbordante que hizo a Geralt gruñir incómodo.

- Tengo mucho trabajo.- Dijo sin más, su mirada se desvió a la mujer que no le había quitado los ojos de encima. Eskel se dio cuenta de eso y sonrió lleno de picardía.

- Oh, ella es Jask. Es una bardo que me acompaña estos últimos pueblos.- Dijo con una sonrisa ganándose una mirada sorprendida de la mujer, está golpe el pecho del brujo con su codo antes de llevar un mechón de su largo pelo castaño detrás de su oreja.

- Yo soy...

- Increíble.- Interrumpió Eskel, había notado el deseo en la mirada de Geralt y en la de Jaskier, no iba a permitir que un pequeño detalle como que no era ELLA, sino ÉL, evitará que esos dos se divirtieron. Le dio un suave pellizco en el muslo antes de mirarlo divertido.- Canta como los ángeles y es valiente como ella sola.- Jaskier abrió la boca para aclarar esa confusión, pero Eskel volvió a pellizcarle.

- ¿Una bardo? La primera vez que lo veo.- Dijo aceptando la cerveza que la camarera le trajo.- Parece una noble, seguramente se haya escapado y tú seas su escudo.- Dijo sin más, Jaskier lo miró sorprendido antes de resoplar cruzando los brazos en su pecho. Geralt llevó allí su mirada con la esperanza de notar el pecho de esta, pero nada se notó.

- Soy noble, pero no por eso valgo menos que tú.- Dijo enfadado mientras se bajaba del regazo del castaño y se sentaba enfrente de Geralt.- Soy mucho más que una voz y cara bonita.- Geralt se rio acabando la cerveza y dejando la garra con un golpe fuerte en la mesa.

- Permíteme dudarlo.- Dijo este ganándose una exclamación irritada del bardo. Este miró a Eskel esperando que lo defendiera, pero el brujo simplemente llevó su jarra a la boca.

- Te lo mostraré, iré a hacer contigo el trabajo que te trajo aquí.- Dijo seguro Jaskier antes de que Geralt soltara un gruñido muy parecido a una risa.

- No quiero cargas, además esta noche tengo otros planes.- Susurró mirando la taberna, no parecía haber ninguna dama de compañía ahí.

- Si buscas a las fulanas del pueblo, están en la otra taberna, aquí viene la gente respetable.- Dijo Jacks con una sonrisa de superioridad.- La escoria va al otro.- Geralt lo miró amenazante, notando como la chica tragaba saliva incómoda, volviendo a mantener su faceta de seguridad.