67. GRIMM (2/2)

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NICKNARD

Nick había recibido cada noche la visita de Sean, había noches en las que se quedaba mirándolo o le obligaba arrodillarse entre sus piernas, esas las odiaba. Pero luego había otras, en la que hablaban, dejando al margen quienes eran. Había compartido algún que otro beso, pero como dijo Sean no siguió el beso si no rogaba. Pero Nick se negaba a eso, se negaba a hacerle caso lo que su cuerpo le pedía, no podía caer tan bajo de suplicar por placer. Esa noche Renard no apareció por la habitación, ni la siguiente, ni la otra. Nick se regañó a sí mismo por sentirse triste ante aquello, debía estar feliz, aliviado, pero no era así.

A la quinta noche Sean volvió a entrar de nuevo en su habitación y Nick se puso de pie reteniendo una sonrisa. Pero esta decayó al ver como el monarca únicamente se acercaba a liberar la cadena de su tobillo. Sin decir ni una palabra Nick miró la puerta que Sean había dejado abierta, contra todo pronóstico Nick se sentó en la cama mirando la ventana, tenía su ansiada libertad a unos pasos, pero su corazón se negaba a coincidir con su mente. Nick suspiró antes de levantarse y acercarse a la puerta donde un soldado esperaba con su capa. Nick negó antes de mirar el pasillo.

- ¿Dónde está tu lord?- El soldado señaló la puerta que quedaba al lado de la suya y camino hasta ahí decidió. Necesitaba respuestas. Nick entró en la habitación y cerró la puerta para apoyarse en ella. Renard se encontraba sentado en una silla mientras movía con suavidad la copa llena de algún alcohol.- ¿Por qué mi libertad ahora?- Sean se rió antes de mirar fijamente el vaso.

- ¿Por qué no? ¿Para qué retenerte si nunca te subyugaras ante mi?- Dijo mirando por la ventana, Renard sonrió de forma triste antes de mirar a Nick.- Ademas te he retenido el tiempo suficiente para que tus amigos piensen que has hablado como un vil traidor.- Nick se acercó lleno de ira, pero no hizo nada dañino al monarca. Simplemente se dejó caer de rodillas delante de él.

- Quisiera irme, abandonar esto que contradice mis ideales...- Dijo antes de subir la mirada para mirarle can rabia.- Pero no puedo, no puedo irme, mi cuerpo te desea, yo te deseo. Rogare, implorare, suplicare por lo que quiera.- Dijo viendo la sonrisa de Renard antes de levantarse.

Sean dejó la bebida en su mesa y señaló la cama, Nick subió en ella antes de que Renard mordiera su labio. Nick tragó saliva mientras se desabrochaba la camisa, podía tener esto con el rey y después huir, olvidarse de él y luchar porque sus amigos le creyeran. Sean sonrió antes de quitarse la suya. Nick tragó saliva deshaciéndose de toda su ropa antes de tumbarse en medio de la cama. Renard gruñó lleno de placer antes de quitarse sus pantalones y ropa interior. El Grimm se asustó ligeramente al ver la erección del mayor, pero se sorprendió al ver que la suya se ponía más dura ante tal imagen. Renard se coló entre sus piernas llevando uno de sus dedos a su entrada, no hacía mucho que se había acostado con uno de los soldados de su corte, pero esto era diferente, con Nick se sentía diferente. Nick, en cambio, hacía mucho tiempo que se había privado del placer carnal por ese mismo motivo estaba ligeramente asustado. Sean metió uno de sus dedos notando la mueca de incomodidad del Grimm, el monarca sonrió mientras bajaba su cabeza al cuello de ese y empezaba a dejar besos en él, a los besos se le unieron mordidas y lametones, consiguiendo que Nick se relajara y que el segundo y el tercero entrarán sin apenas problemas. Nick gimió mientras llevaba su mano al cuello del monarca y ajuntaba ambos labios en un beso demandante y caliente. Sean se separó sin dejar de mover sus dedo.

- Mi lord por favor.- Sean rozó lo próstata del chico consiguiendo que Nick temblara.- Majestad se lo suplico.- Dijo necesitado mientras jadeaba. Renard complacido con las palabras sacó sus dedo antes de entrar de una estocada en él.

Nick gimió de forma dolorosa al sentir el quemazón de su culo. Sean se esperó a que Nick se adaptara un poco a él, cuando este gimió y asintió Renard comenzó a torturar la próstata del hombre con cada estocada. El Grimm únicamente era capaz de gemir mientras clavaba sus uñas en la piel del monarca. Sean sonrió antes de dejar salir su parte mágica y sujetar con más fuerza la cadera del chico, este gritó de dolor mientras abría los ojos para ver a Sean que solamente sonreía con superioridad. El monarca se acercó al oído del hombre que jadeaba por el contraste de sensaciones que estaba recibiendo.

- Esto es para que no olvides donde perteneces.- Dijo antes de gemir corriéndose dentro del hombre que ya había dejado de sentir el quemazón en su piel. Nick gimió corriéndose al sentir la mano del rey acariciando su erección.

Sean se apartó del hombre y se tumbó en la cama mientras veía a Nick levantarse para verse en el espejo de cuerpo entero que tenía el monarca en su habitación. Nick se congeló al ver el sello de la familia Renard grabada en su piel como si de una cicatriz se tratara. Negó con suavidad mientras algunas lágrimas caían por sus mejillas, lo había marcado como a venado. Sean se acomodó quedándose dormido mientras sonreía feliz de haber tenido eso que tanto deseaba.

Nick se vistió y tragó saliva antes de salir de la habitación para irse de allí. Ahora costaría más que lo creyeran, pero si conseguía taparla con una venda y hacerla pasar por una herida de tortura sus camaradas lo creerían. Nick se puso su capa y sacó un pedazo de venda para atarla en la cintura. Caminó a paso lento fuera del castillo, no volvería a los brazos del tirano, por mucho que a cada paso sintiera su corazón doler, sus principios eran más importantes.

*

Renard se despertó con el cantar del gallo, sorprendiéndose al no encontrar al Grimm. se puso la bata y salió hasta la otra habitación encontrando la vacía. Miró al soldado que custodiaba su puerta y este se puso más recto y tenso cuando el rey se acercó a él de forma furioso.

- ¿Dónde está?- El soldado tragó antes de señalar con la mano temblorosa al final del pasillo.

- Se fue en la madrugada majestad.- Renard gruñó lleno de ira antes de entrar de nuevo a su habitación y vestirse apropiadamente. Salió dando pasos furioso hasta la sala del trono donde Adalind lo miraba curiosa.

- ¡Wu!- El escriba del rey se acercó corriendo antes de hacer una reverencia.- Escribe un anuncio para las aldeas y laderas adyacentes al castillo.- Dijo antes de apoyar su barbilla en los dedos.- Se suben los impuestos dos monedas de plata más.- Dijo haciendo que este lo mirara sorprendido. El hombre se fue dejando a los monarcas solos.- Así conseguiré que vuelva, no se resistirá a robarme de nuevo.- Dijo divertido mirando a su esposa, está rodó los ojos antes de negar con suavidad mientras lo miraba divertida. Las ideas de su esposo a veces eran crueles.

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