66. GRIMM (1/2)

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NICKNARD

Nick sintió las cadenas tirar de él con fuerza. Odiaba sentirse así, pero se odiaba más por haberse dejado cazar. Nunca imaginó que el llamado de auxilio de una mujer en el río conllevaría a que la guardia real lo apresara sin contemplamiento. Llevaba desde que se había fugado de su casa luchando contra la tiranía del rey Renard, robando en sus "peajes" para repartirlo posteriormente en los pueblos más pobres. Los guardias lo llaman ladrón, la gente a la que ayudaba Grimm. El guardia que lo llevaba tiró de su cadena consiguiendo que quedará arrodillado delante del rey, sino fuera por la fuerza de ese hombre, jamás se hubiera arrodillado ante tal tirano.

- Veo que realmente te crees un héroe.- Dijo el rey mientras miraba divertido al hombre encapuchado que estaba postrado a sus pies. Nick no levantó la cabeza, simplemente se tenso suavemente.- Y dime Grimm...- Dijo con burla antes de levantarse y coger la capucha de este.- ¿Cual es tu verdadero nombre?- Preguntó retirando la capucha, Renard se quedó helado al sentir esa mirada azul lo miró de forma penetrante. Sean tragó saliva y se separó del hombre volviendo a su trono.

- Viva la libertad, derrocar al poderoso.- Dijo como respuesta, Renard gruñó furioso antes de ver como uno de sus soldados golpeaba la cabeza del Grimm con la empuñadura de su espada.

- Llévenlo a los calabozos, mañana decidiré qué hago con él.- Dijo antes de mover su mano de forma descuidada. Nick intentó soltarse del agarre pero otra cadena en su cuello lo hizo gruñir y caminar hacia donde le obligaban.

Sean se quedó mirando el suelo mientras hacía muecas molestas. Ese hombre era cautivador, había conseguido despertar mucha más cosas que su esposa Adalind. Renard gruñó antes de mirar donde su hija jugaba, si se había casado con ella solamente era por los herederos, él tenía gustos ligeramente distintos a los demás reyes. La presencia de alguien a su lado hizo levantar la mirada encontrándose a Hank, uno de los soldados que más repudio recibía de su pueblo, por el simple hecho de que el color de su piel era más oscuro que él de los demás. Pero dentro de palacio era la mano derecha del rey, nadie se atrevía a mandar una mala mirada si no quería acabar degollado.

- Si me permite hablar mi +lord.- Sean asintió poniendo atención a lo que este decía.- Ese individuo es Nick Burkhardt, fue vecino de mi familia en la aldea.- Dijo haciendo que Sean asintiera contento de conocer el nombre de ese exótico manjar.- Siempre ha sido esquivo a seguir las normas, mientras los demás trabajábamos él iba a cautivar a jóvenes y convencerlos de que lucharan contra la monarquía a su lado, también las malas lenguas del pueblo hablaban sobre lo que hacía en su cama, embaucaba a jóvenes de nuestra edad y yacía con ellos.- Sean sonrió antes de apoyar su mano en la barbilla.- Yo tendría cuidado mi lord.- Dijo antes de hacer una pequeña reverencia y dejar solo al rey.

- Cógelo y encierralo en una habitación majestad.- Dijo la voz de Adalind desde una de las esquinas de la sala.

- ¿Espiando de nuevo querida?- La mujer rubia sonrió antes de sentarse en el trono adyacente al del rey.

- Me aburro si me dejas fuera de la acción.- Dijo poniendo una mueca triste, Renard se rió antes de rodar los ojos.- Se que las mujeres no son de tu agrado, tienes la oportunidad de tener a semejante ejemplar para ti, encierralo en una habitación, úsalo, es lo que se merece.- Dijo antes de acariciar su barriga con una sonrisa.- No tendrás que yacer conmigo más de lo necesario para tener hijos, tú tendrás a tu amante y yo tendré a las mías.- Renard sonrió contento por eso, Adalind nunca le había exigido más de eso, ya que su esposa como él tenía gustos diferentes.

- Pobre mis criadas, las tienes a todas pervertidas.- Adalind se rió con suavidad antes de encoger los hombros, se levantó y dejó un beso en la frente de Renars, este sonrió antes de dejar uno en su vientre de embarazada. La mujer se fue llevándose a su hija y dejando al rey solo con sus pensamientos. Sería un buen castigo, una buena forma de subyugar al Grimm.

Ya lo tenía claro, mañana con la madrugada les diría a sus soldados que llevaran al prisioneros a unos de los aposentos del castillo, que lo encadenaran en la cama y le dejara allí sin decirle nada. Llegado el momento él haría lo que fuera necesario con Nick.

*

Renard se despertó emocionado, pero como buen monarca se vistió y se fue directamente a la sala del trono, aguantó todo el día teniendo conversaciones con gente idiota. Cuando la mesa fue preparada para cenar Renard sonrió mientras sentía su erección ponerse dura con antelación. El Grimm debía de estar muy nervioso, llevaba todo el día en una habitación del castillo, encadenado en una cama y siendo tratado con bastante más respeto que el día que fue traído. Adalind sonrió mientras comía mirando a su esposo divertida, había escuchado los cuchicheos de sus amantes así que sabía que esa noche no tendría que aguantar a Sean en el cuarto. Renard acabó su cena y se levantó sin despedirse de nadie. Caminó con parsimonia hasta la habitación donde estaba su prisionero.

Renard abrió la puerta y sonrió al ver a Nick sentado en la ventana mientras intentaba romper la cadena. Renard cerró la puerta y el hombre se tensó al ver al monarca. Renard se quitó su capa dejándola en una de las sillas, sonrió al ver la mirada de odio del chico así que llevó la mano al cuello de su camisa y comenzó a desabrocharse los primeros botones de la camisa.

- ¿Qué quieres?- Renard sonrió mientras se apoyaba en la pared mirándolo curioso.- No vas a conseguir nada de mí.- Sean se rió mientras desabrocho más botones de su camisa.

- No necesito nada de ti.- Dijo antes acercarse y sentarse en la cama. Cogió la cadena y tiró de ella arrodillandolo delante de él. Sean acarició el labio de Nick sintiendo lo tenso que estaba.- Esto es complicado de explicar para que lo entiendas.- Susurró mientras se acercaba y quedaba a centímetros de su cara.- Tenía dos opciones, o te mataba...- Susurró acariciando su cuello.- O te encerraba en una habitación y te usaba para diversión propia.- Susurró con una sonrisa al ver el miedo en la cara del hombre.- Mis gustos son especiales, y se que los tuyos son iguales Nick.- Dijo antes de separarse para ver a Nick intentando escapar de él. Renard soltó la cadena y Nick se levantó y se alejó lo máximo posible de él.

- No vas a tocarme ni un pelo.- Sean se rió mientras se levantaba de la cama.- Prefiero morirme.- Sean se detuvo quitándose la camisa y mirando como Nick tragaba nervioso.

- Mira Nick, no quiero hacerte daño.- Dijo mordiéndose el labio.- Pero no me va a importar hacértelo.- Dijo divertido mientras se desabrochaba el botón de su pantalón, Nick tragó saliva mientras miraba la cadena.- ¿Y dime Nick, qué eliges?- Dijo sonriendo, Nick se levantó y miró con rabia al hombre que tenía delante.

Nick se acerco a él y se dejó caer de rodillas delante de él, Renard sonrió antes de bajarse el pantalón quedando en ropa interior. Nick miró al suelo antes de morder su labio sintiéndose despreciable. Estaba haciendo todo lo contrario que su grupo representaban, los Grimm luchaban por derrocar la monarquía, no quedar sometido ante esta.

- Viva la libertad, derrocar al poderoso.- Dijo levantando la barbilla de este con una sonrisa.- Me parece que no estas derrocando nada.- Dijo divertido mientras acariciaba el labio de este, Nick gruñó antes de apretar su puño reteniendo las ganas de impotencia. Sean frunció el ceño de este antes de apartarse del chico. Negó antes de ponerse los pantalones bien. Se comenzó a abrochar la camisa mientras recibía una mirada confundida de Nick.- No quiero que sea así, esperare a que me lo supliques por ello, a que lo quieras, a que me quieras.- Dijo antes de ponerse la capa, Nick se rió antes de negar con suavidad y apartarse más de él.

- Nunca.- Dijo antes de escupir en el suelo.

Renard se rió antes de negar saliendo dando un portazo, miró la habitación de su esposa y negó con suavidad antes de ir a la que estaba al lado de la de su prisionero. Conseguiría que este suplicara por su atención.

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