129. SUPERNATURAL

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DESTIEL

La habitación del hospital estaba vacía por primera vez en días, desde que Dean había entrado inconsciente al hospital una semana atrás su hermano y amigos no habían abandonado la habitación por más de diez minutos. Pero en ese momento todos estaban comiendo o descansando o simplemente tomando el aire en el jardín de ese hospital. La habitación obtuvo un ligero olor azufré antes de que la figura del demonio entrara con una sonrisa. Crowley se sentó en la cama mirando al cazador mientras llevaba su mano al pecho de Dean suspirando aliviado al sentirlo vivo. Si su plan salía bien tendría al cazador para él en poco tiempo. La máquina empezó a pitar llamando la atención del demonio y las enfermeras, las enfermeras entraron y apartaron al diablo mientras le suministraban algo en la vía de su cuerpo. Dean abrió los ojos antes de jadear sentándose mirándolo todo totalmente confundido. Crowley vio su oportunidad de triunfar en su plan, así que se acercó al cazador cogiéndole de los brazos para que no se levantara de la cama.

- Hey cariño, tranquilo.- Dean lo miró confundido mientras Crowley sonreía de forma dulce.- Tuviste un accidente, es normal que estés un poco desorientado.- Dean lo miró a los ojos antes de llevar su mano al brazo del demonio y dar un apretón buscando un poco de estabilidad.

- ¿Quién eres? ¿Dónde estoy?- Crowley suspiró antes de acariciar la mejilla de este con cariño.

- Soy tu novio, Crowley, y estas en un hospital de Santa Bárbara.- Dean asintió acercándose a él y apoyando su cabeza en el hombro del demonio buscando que esa información tan confusa se quedara en calma.

La puerta se abrió dejando ver a dos personas que miraban sorprendidos la escena que tenían delante. Sam fue el primero en reaccionar apartando al demonio de su hermano mientras lo miraba mal. Dean miró desorientado como la persona que había estado con él desde que se había despertado era apartada de él. Castiel estaba desde la puerta mirándolo todo sin entender nada.

- Lárgate Crowley.- Dijo Sam mientras le enseñaba la daga que tenía escondida en su manga. El demonio miró divertido al cazador de pelo largo mientras veía a Dean bajarse de la camilla y acercarse a el bajo la sorprendida mirada de su hermano y del ángel. Dean se abrazó al demonio volviéndose a sentir protegido.- ¿Dean?- Preguntó confundido Sam mientras Dean lo miraba intentando saber quién era y porque lo miraba así.

- ¿Quién eres? ¿Quién es él Crowley?- Dijo mirándolo a los ojos del demonio, este sonrió alargando su mano y acariciando la mejilla del cazador mayor.

- Soy Sam, tu hermano.- Dijo el del pelo largo acercándose un poco. Dean lo miró confundido antes de mirar a Crowley que seguía acariciando la mejilla.

- Es tu hermano, pero te dejó abandonado muchos años, yo soy el único que te ha cuidado estos años.- Dijo el demonio mientras sonreía con malicia.

Sam lo miró sorprendido antes de mirar a Dean que lo miraba mal. Castiel avanzó unos pasos deteniéndose delante del cazador mayor, Dean lo miró curioso separándose un poco del demonio. Había algo en esa persona que le atraía a refugiarse, como un haz de luz en medio de la oscuridad. La mano del diablo lo detuvo antes de que pudiera tocar al ángel. No iba a arriesgarse a, que por el simple hecho de tocar al ángel, perdiera el control que tenía ahora sobre Dean. El ángel sonrió de forma discreta antes de coger la manga de Sam riéndose de la habitación para hablar con Sam tranquilamente. Crowley acompañó a Dean a la cama dejando que descansara. Dean lo detuvo antes de que se marchara de la habitación.

- ¿Por qué me peleé con mi hermano y porque no recuerdo nada?- Crowley suspiro sentándose a su lado y abrazando la cintura de este.

- Cariño tuviste un accidente muy grave con tu coche, sufriste un golpe muy fuerte en la cabeza, por ese motivo no recuerdas nada.- Dijo este separándose de Dean y tumbándolo en la cama. Dean no dijo nada, simplemente se acomodó dejándose tocar por el diablo.- Y no sé muy bien el motivo de vuestra pelea, cuando nos conocimos ya estabais peleados.- Dijo antes de irse dejando a Dean solo en la oscuridad de ese cuarto de hospital.

Dean se dio la vuelta cerrando los ojos, Dean pensó que podía dormir y al día siguiente enfrentarse a la realidad. Se durmió temblando ligeramente, había algo que no acababa de encajar en su realidad, algo le daba sensación de ansiedad. Dean comenzó a soñar con imágenes de él, su hermano y el hombre de la gabardina que había venido. Había imágenes de todo tipo, desde divertidas a tristes, incluso uno subido de tono con el hombre de la gabardina. Todas esas imágenes parecían tan reales que no entendía de dónde venía, no entendía cómo su cabeza había formado esas imágenes tan reales que no podían ser inventadas por su mente. Dean se despertó jadeando mientras todas esas imágenes se convertían en recuerdos completos.

Ahora sabía que no había sido un accidente con el coche, sino que algo había poseído su coche haciéndole chocar mientras iba a comprar las hamburguesas de la cena. Y Crowley no era su pareja, un escalofrío recorrió la espalda del cazador ante tal idea. Sino que era el ángel, con quien deseaba compartir su corta vida. La puerta se abrió mostrando a Castiel con una sonrisa mientras se apoyaba en el marco de la puerta.

- Sabía que tus recuerdos estaban volviendo.- Dean sonrió levantándose y abrazando con fuerza al ángel mientras se reía sintiendo como el nudo de su pecho se deshacía poco a poco.

- Lo siento.- Susurró Dean mientras se abraza con más fuerza al ángel, este sonrió acariciando la espalda del cazador y separándolo un poco acompañándolo a la cama.- ¿Habéis matado a lo que ha destrozado a Baby?- Castiel se rio acercando la silla y sentándose en la silla delante de él.

- Si, Sam y Gabriel lo mataron.- Dean suspiró antes de tumbarse en la cama sin quitarle el ojo al ángel.- Necesito que nos hagas un favor.- Susurro el ángel disfrutando de la tranquilidad del hospital, a pesar de sentir a la parca que se paseaba por allí.- Necesitamos que finjas un poco más que no recuerdas nada, queremos saber qué quiere Crowley.- Dijo mirándolo serio a Dean, este resopló quedándose mirando el techo de la habitación. Si era sincero, a él también le interesaba saber que quería el demonio. La puerta se abrió de golpe dejando ver a Crowley mirando confundido el interior antes de que su mirada llena de odio se dirigiera a Castiel.

- ¿Te has perdido angelito?- Castiel sonrió antes de levantarse y caminar hacia la puerta sin decir nada más.

Dean se quedó mirando como el demonio se acercaba a él y se sentaba a su lado antes de comenzar acariciar el pelo del cazador de forma lenta. Den disimuló su expresión de repelús mientras cerraba los ojos buscando la fuerza para interpretar el papel de su vida.

- ¿Te ha dicho algo?- Dean abrió los ojos y negó con suavidad acomodándose mejor en la cama.

- Me ha preguntado sobre mis recuerdos, pero no le he hecho caso, te estaba esperando.- Crowley sonrió asintiendo de forma orgullosa mientras se levantaba sentándose en la silla donde estaba él ángel.- ¿Cuándo podremos irnos?- Preguntó Dean sentándose en la cama, Crowley encogió los hombros mientras tamborileaba los dedos en el reposabrazos.

- Intentaré que te den el alta mañana, tenemos muchas cosas que hacer.- Dijo Crowley con una sonrisa ladeada, Dean frunció el ceño mientras el demonio se acercaba a él cogiendo las mejillas del cazador.- Contigo a mi lado todas las criaturas me obedecerán, seremos los reyes de todo.- Dean frunció el ceño antes de separarse del demonio mirándolo con asco. Este chiscó su lengua antes de desaparecer, dándose cuenta de que los recuerdos del humano habían vuelto.

Dean busco su teléfono entre sus cosas sin éxito, así que juntó sus manos antes de comenzar a rezar para llamar a Castiel, este no tardó en aparecer anunciado por el ruido de alas. Dean lo miró antes de sonreír y acercarse besándolo con necesidad, había sido idiota al creerse a Crowley, su vida únicamente estaba enlazada a una persona. Castiel se separó antes de respirar hondo y avisar a su hermano para que él y el cazador de pelo largo se acercaran al hospital. Debían ponerse al día.

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