145. SUPERNATURAL

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Sabriel+Lucifer

El silencio del búnker puso los pelos de punta al cazador, caminó de forma lenta por los pasillos, intentando averiguar el paradero de Dean o Castiel, cualquiera de los dos que le confirmara que todo seguía bien y que no le hiciera sentirse tan solo como en ese momento. Este se detuvo en la habitación que Dean se había adjudicado como la DeanCueva, ahí dentro su hermano y el ángel se estaban besando como si no hubiera un mañana. Así que sin hacer ruido siguió avanzando hasta la cocina, aun en shock por esa información se llenó medio vaso de Whisky y le dio un trago volviendo a la realidad.

No sabía en qué momento su hermano y el ángel se habían acercado tanto y de una forma tan íntima. Se alegraba por ellos, tanto Dean como Castiel habían pasado mucha mierda y tenerse de esa manera tenía la sensación que haría más bien que mal. Pero le había impactado verles, ya que esa era la primera noticia de la posible bisexualidad de su hermano. Sin embargo en su interior se odiaba por esa pequeña parte de él que estaba devastada al saber que quedaría en un mal tercio.

Sam saltó asustado cuando la mirada de Gabriel apareció delante de él, al arcángel siempre le hacía lo mismo, aparecía asustando. Este sonrió divertido antes de desviar su mirada al pasillo mirando en esa dirección, abrió la boca sorprendido, pero Sam simplemente asintió dejando el tema zanjado.

- Creo que es el mejor momento para irnos, creo que estoy escuchando gemidos.- Dijo el arcángel con cara de asco, Sam se rio caminando hasta la escalera. Cogió su chaqueta y salió seguido del Arcángel.- ¿Dónde me llevas Sammy?- Sam lo miró con una ceja alzada antes de comenzar a caminar hacia el bar más cercano.

El arcángel no le caía mal, pero había muchas cosas de las que hacía que le molestaba de sobremanera, y por eso quería pasar el tiempo justo con este. Al abrir la puerta del bar se dio cuenta de que a partir de ese momento debería aguantar más al arcángel, ya que se había convertido en algo así como cuñados. Sam se sentó en una de las mesas con Gabriel enfrente mirando el local con cara de asco. Sam levantó dos dedos notando como la camarera asentía.

- Oye, esto es asqueroso.- Dijo el Arcángel mientras apoyaba su barbilla en la palma de la mano y con una mueca de asco. Sam rodó los ojos aceptando el vaso de cerveza mientras bebía un poco de esta.

- Si no te gusta, te puedes ir.- Dijo Sam cansado, el arcángel lo miró ofendido antes de probar la bebida que habían dejado delante de él, haciendo un gesto curioso bebiendo más de eso.

- ¿Te puedo preguntar una cosa?- Preguntó el arcángel mientras jugaba con el vaso.- Hacía mucho que se me llevaba pasando por la cabeza y ...

- Al grano Gabe.- Le cortó el cazador un poco hastiado de la compañía del otro.

- ¿Te gustan los hombres?- Sam frunció el ceño bebiendo de su vaso, no sabía si contestarle al ángel, no quería ni imaginarse que podía hacer esté con esa información.- Venga Sam, ahora somos familia.- Dijo con una sonrisa ligeramente tétrica.

- Le gustan los hombres.- Confirmó una voz a su espalda que hizo que ambos se tensaran, Gabriel miró mal a Lucifer, que sin pedir permiso se sentó al lado del cazador, este se acabó su cerveza de un trago y levantó su mano para que le trajeran otra.

- ¿Y tú qué sabes? ¿Qué haces aquí?- Preguntó Gabriel a la defensiva, Sam mordió su labio nervioso, acabándose también el vaso de Gabriel.

- Gabe...- Susurró el cazador negando con una sonrisa tensa.

- ¿Qué? No es como si hubierais follado...- Gabe se detuvo alejándose un poco de la mesa mirando como Lucifer sonrió orgulloso, mientras que Sam apartaba la mirada incómodo.

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