Capítulo 52: Echando de menos.

28 6 10
                                    

Marta está sola. O más bien, se siente sola. Tiene a Àlex y a Ares en casa. Pero pensar en que sus dos hijos mayores están uno en Italia viviendo fijamente y la otra está en la universidad y a saber si cuando la acabe se va a Andorra a vivir con su novio, pues la deprime muchísimo. Para ella no hace tanto que nació Joel, cuando Marc estaba hasta las narices de Almudena y no avisó a Àlex de que ella le necesitaba en el hospital. Cuando se pasó dos meses en coma, los mismos dos meses que se perdió de la vida de su pequeño. Su primer hijo estuvo dos meses sin ella. Y Àlex tuvo que arreglándoselas prácticamente solo para cuidar del pequeño bebé que era Joel en aquel momento. Y pensar que ese pequeño, ya no es ni un bebé, ni un niño, y por no ser no es ni un joven casi, y que va a cumplir dentro de muy poco 23 años no la hace sentir mejor. Joel tiene casi los 23, Mireia tiene 20 y medio. Y Ares tiene 9 años, ya casi va a entrar también en la adolescencia y va a dejar de ser su pequeño. Su niño. El único que le queda en casa. El único que de momento no la va a abandonar. Aunque ella y Àlex le han dejado solo muchas veces para poder salir y dejando sin libertad a sus dos hermanos mayores que ahora no quieren pisar esta casa para casi nada. Mireia volverá a regaña dientes en Navidad, pero el febrero tras los exámenes desaparecerá de nuevo a Lleida para volver solo en mayo de nuevo. Y Joel no saben aún si podrá venir en navidades siquiera. Solo les queda Ares que de vez en cuando ya les manda a la mierda porque no le gusta que le agobien. Ya no tiene 2 años. Ya no es el niño que correteaba por casa e iban todos detrás por si se mataba por las escaleras o algo. Tampoco es el bebé pequeñito que te alargaba los brazos para que le sacaras de la cuna o el cochecito. Ya no es un niño pequeño. En 3 años será un adolescente, y entonces tendrán que dar a los 3 por perdidos. Igual que los han dado por perdidos ya Marc y Almudena. Leti y Adri tienen 22 años, y el pequeño Luka ya tiene 17 años. Es casi un adulto también. Luka pasa de sus padres, y los dos mellizos mayores pasan de cualquiera que no se llame Daniel o Alejandro. Además, toda la familia sabe que el próximo curso con todo acabado se irán a vivir las dos parejas juntas, aunque por separado. Mireia se quedará sola para su último año del Grado. Aunque Luka acaba Bachillerato este curso y podría irse a la universidad con ella también. Todo se verá en unos meses. Ahora es un poco precipitado el planear que van a hacer para el próximo mes de septiembre, cuando están a principios de noviembre aún.

-Llevas media hora mirando esa fotografía, ¿estás bien Marta?- le habla Àlex que la ve pensativa desde hace días.
-Sí, estoy bien. Solo estaba recordando ese día.
-Le echas de menos, ¿verdad?
-Muchísimo. No me acostumbro a no tenerle en casa. Y eso que llevaba 3 años sin volver. Pero tenerle aquí estos 3 meses del verano... Me dio esperanzas de que se fuera a quedar aquí con nosotros.
-Créeme que sé que no le fue fácil decidirse. Lo vi mal muchas veces calibrando que era lo mejor, si quedarse aquí con nosotros o volver a Milán con Mellea. Pero al fin le llamaron con la propuesta de trabajo y se decidió por la opción correcta. Si se hubiera quedado, además de perder el trabajo, no habría estado bien sin Mellea, Marta. ¿Preferirías tenerlo aquí deprimido o allí feliz?
-Sé que es lo mejor para él, Àlex. Pero es mi hijo. Y por mucho que ya no sea ningún niño no puedo evitar echarle de menos.
-¿Y si vamos a verle por su cumpleaños?
-No. Seguro que Mellea le estará preparando algo romántico ya. No quiero joderles los planes.
-Vale. Pues si él no viene nos vamos toda la familia a Milán a verle.
-Dudo que tenga sitio para todos. Pero vale.

Marta y Àlex están un rato mirando fotos de Joel y de Mireia en los álbumes de fotos que tienen por casa. A Marta siempre le gustó tener la cámara en la mano para poder sacarles fotos a cualquier hora. Quería recuerdos para poder pasar momentos como ahora recordando cuando sus hijos eran pequeños y les buscaban cada 2 minutos para jugar.

-Siempre pensé que seguiría mis pasos.- dice Àlex viendo una foto de Mireia encima de su MotoGP.
-Veía como sufría contigo y por eso nunca te dijo que quería ser piloto como tú. Es la única de los 3 que realmente se volvía loca por ir a los circuitos, por verte en la televisión. Por coger una moto contigo. Pero siempre ha mirado por los demás, y no hizo lo que quería por no hacerme sufrir a mi más de lo que hacía ya contigo.
-Mejor así. Le habría caído mucha presión encima al tener a Marc aún en el mundial. La habrían comparado con él en todo momento. Ya tuve que vivirlo yo, y más aun estando en el mismo Box en MotoGP. No quiero eso para ella.
-Creo que habría callado muchas bocas. Además, Marc seguro que la habría defendido. Igual que hacía contigo. Y Jordi también le daría ánimos.
-Supongo que tienes razón. Pero ya no podemos saberlo.
-No. Ya no. Ahora tenemos a una futura abogada que va a callar muchas bocas también, pero de otra manera diferente.
-Vaya hijos tenemos. Un psicólogo deportivo, una abogada y seguro que Ares también será algo importante.
-Ya veremos. No le metas prisa aún.
-No. Claro que no.

Siguen mirando fotos y recordando momentos y así están todo el día. Sus pequeños ya son adultos y se han ido de casa, o se irán pronto.

.

.

.

Aquí nuevo capítulo. Espero que os guste. La próxima semana habrá varios capítulos y el próximo será...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Un Verdadero Márquez (MLLP 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora