El karma y la vida son como un bumerán, siempre vuelven. Joel el hijo mayor de Àlex y de Marta se va de vacaciones con su clase a Italia, donde conoce a una chica por lo que le parece a él una casualidad. Pero ni es casualidad ni es una desconocida...
Ha llegado el 5 de agosto. Ha llegado el día importante para Adrián Márquez Martínez y para Alejandro Martínez García. Hoy por fin se casan los dos rubios. Por fin después de que sus hermanos y otras dos parejas más se les hayan adelantado para hacerlo. Primero les tocó el turno a Joel y a Mellea, eso fue hace 3 años. Al año siguiente se casaron tanto Daniel y Leticia (sus hermanos), como Mireia y Jordi. Casi un año después, el día que nacieron Liv y Matt, sus preciosos sobrinos de 1 año y 3 meses, Alejandro le pidió matrimonio a Adrián. Y hasta hoy, que por fin será la boda.
Joel, Mireia, Leticia y Luka se han encargado de secuestrar a Adrián y llevárselo a casa de Marc y Almudena, porque ya no vive nadie más allí. Los 3 hijos del mayor de los Márquez Alentà se han ido de casa poco a poco. Primero se fueron Leticia y Adrián a la vez, y unos años después Luka se fue a vivir con su novio Didac. En la gran casa está toda la familia animando y ayudando a Adrián para su gran día. La boda será en Barcelona, pero han decidido prepararse en casa de sus padres ambos como si la boda se fuera a celebrar en Lleida. Por eso mismo Alejandro está con su hermano, con su concuño y con el marido de la prima de su prometido. Aunque Mireia siempre ha sido como su hermana también. Siempre han sido como una sola familia todos. Así que todos ayudan a los dos por igual. Solo que los Márquez al completo se han quedado con Adrián que es el más nervioso que está. Necesita más de su familia, y eso es algo que entiende, comprende y acepta Alejandro. No le molesta tener solo a Daniel, a Jordi, a Didac y a su padre. Bueno, y a sus sobrinos. Leticia necesitaba estar más pendiente de Adrián y se los ha dejado a Dani. Los niños no se están quietos la mayoría del tiempo, y Liv quiere estar en brazos de su papi o de cualquier chico que encuentre de por medio. Ya puede ser Dani, que Alejandro, que Jordi. Cualquiera le vale a la niña. Matt en cambio solo corre por toda la casa desesperando a su abuelo que no está acostumbrado a estar con niños, aunque adora al pequeño como a nadie más.
Adrián se acaba calmando y relajando con ayuda de sus hermanos, su padre, su tío y sus primos. El traje no tiene complicaciones para ponerse, así que en cuanto ya se ha duchado y secado se pone el traje con ayuda de su hermana y de su prima. Una vez todo puesto, peinado también, y todo preparado, la familia Márquez al completo se va yendo camino al Puerto de Barcelona para la boda. Dejarían solo a Adrián para ir, pero no lo ven capaz de llegar vivo en su propia boda si tiene que conducir desde Cervera hasta Barcelona el sólito con los nervios que lleva encima por la propia boda de hoy. Así que las primas se encargan de llevar al novio que les corresponde. Aunque le sacan bastante de quicio durante el trayecto porque no hacen más que reírse de lo raro que es para ellas que Mireia esté conduciendo el coche de Adrián mientras este mismo va en el asiento trasero y más aún cuando están yendo hacia su propia boda. Adrián calmado no va, pero al menos no está nervioso, sino cabreado con su hermana melliza y con su prima pequeña. Nada que no se pueda arreglar.
Alejandro también se arregla en casa de su padre con ayuda de Daniel y de Jordi. Él está más tranquilo. Lo que le preocupa no es que vaya mal la boda, que Adrián no aparezca o cosas por el estilo. Lo que le preocupa es llegar con el traje todo arrugado de estar más de una hora en coche desde Cervera hasta el Puerto de Barcelona dónde les espera el yate que han alquilado para la ceremonia y el pequeño banquete. Estarán toda la tarde en él, y luego volverán al puerto, dónde los dos novios se irán a un hotel hasta la mañana siguiente y el resto volverá a Cervera. Menos Mireia y Jordi, que viven en Barcelona. Estos mismos dijeron que dejar su casa para que Adrián se preparase allí y como la habitación ya estaba reservada para el día de hoy, que Alejandro se preparase en el hotel si no querían hacerlo juntos. Pero finalmente pasó como pasó. Ambos se prepararon en Cervera y se comieron todo el trayecto a Barcelona en coche. Una absoluta maravilla. Aunque no buscan una boda perfecta, sino una boda. Así de simple. Adrián, Alejandro, sus familias, el yate, un oficiante y absolutamente nada más.
El primero en llegar al puerto de Barcelona es Alejandro. Con todos los que le acompañaban en casa de su padre. Sube al yate nada más llegar. Y espera por el resto de invitados, y, sobre todo, por su prometido y futuro marido. Alejandro va vestido con un traje blanco que le queda como un guante. Perfecto. Aunque empieza a ponerse nervioso al ver llegar a la familia de Adrián y no a él. Aunque todos le van diciendo que esté calmado, que pronto llegará con Leticia y Mireia. Daniel y Jordi también están nerviosos por ver llegar a sus chicas.
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5 minutos antes de la hora de la boda, aparece en el barco Leticia, detrás de ella llega Mireia. Ambas corren a dónde están sus maridos, y en caso de Leticia, sus dos niños también. Liv se le pega a la pierna y Matt le echa los brazos para que lo coja. Son un amor de pequeños. Adorables para toda la familia, y los niños mimados de su abuelo Marc. Los adora desde antes de nacer, y desde el primero momento en que los vio no ha dejado de mimarlos y consentirlos.
Un Adrián nervioso aparece, por último. Guapísimo. Y no tarda nada en ir a dar con su prometido. El mismo que le hace un repaso con la mirada y el que sin empezar la boda ya quiere que llegue la noche para poder arrancarle el traje de novio a su chico.
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Una vez están todos en su lugar, la boda comienza y no dura mucho tiempo. La ceremonia es corta y tras dar los "Sí, quiero" ambos novios la locura que se arma en medio del yate es para volverse aún más locos.
El banquete en medio del mar mediterráneo es una locura también. Los novios no dejan de intentar meterse mano, y no ven la hora de dar la vuelta y volver a puerto para despedirse de todos e ir a darse mimos. Los dos niños Leticia y Daniel no andan quietos por todo el barco. Mireia y Jordi desaparecen por un rato, aunque con todo lo que está ocurriendo en cubierta nadie nota nada. A las 19:30, cansados todos, y los novios ya que no aguantaban más dan media vuelta al barco y atracan en el puerto. Cada uno toma su propio camino y los dos recién casados casi no se despiden antes de irse al hotel.
