Capítulo 83: Me quedo en Barcelona.

25 5 12
                                    

(4 años más tarde)
Han pasado muchos años por delante. Pero casi nada ha cambiado. La única variedad es que Ares Márquez, y Laia Vierge son recién graduados en Biología Humana. Y que han caído de pie tras las prácticas gracias a ser unos de los mejores de su promoción. Se han quedado ya trabajando en el mismo sitio dónde han hecho las prácticas. O más bien. Van a empezar a trabajar. Tras cuatro años de esfuerzo intenso, y unas prácticas muy productivas, les han dado un par de semanas de margen antes de incorporarse.

De los demás no hay mucho que contar. Solo que Eric y Antonella tienen ya 7 años. Y que los mellizos de Leticia y Daniel tienen 9 años. Todos están en primaria. Los dos primos en 2°, y los dos hermanos en 4°. De resto todos los hijos de los hermanos Márquez Alentà, y sus parejas, siguen en lo mismo e igual. No ha habido ningún nuevo miembro en la familia desde que nacieron los pequeños de Mireia y Jordi, y de Joel y Mellea. Estos últimos lo intentaron hace 2 años, pero no hubo suerte y no siguieron insistiendo. Si más adelante aparece un hermanito o hermanita para Antonella será bienvenido/a. Mireia y Jordi, sin embargo, lo han ido prolongando. El trabajo de ella no le da margen para otra maternidad. Aunque les encantaría poder darle a Eric una hermanita. O hermanito. Y Leticia y Daniel están bien de momento con sus dos mellizos. Aunque no descartarían del todo otro bebé. Les encantan los niños, y sus hijos van camino a su primera decena de vida. Es ahora o nunca. Respecto a las dos parejas casadas y sin hijos, Alejandro y Adrián llevan con papeleos años para que les dejen adoptar. Y Luka y Didac no se lo han planteado todavía.

Ares y Laia están planteándose su nueva vida como adultos. No sobre matrimonio o hijos. Ahora mismo lo único que tienen en mente es decidir dónde van a vivir. Llevan 8 años juntos, 4 conviviendo en el piso, y no han tenido problemas ni casi peleas de ningún tipo. Así que la idea principal es asentarse del todo como pareja y vivir definitivamente juntos.

-Podríamos quedarnos aquí.
-Sí. No es un mal piso. Pero es más un piso de estudiantes. No tiene mucho espacio. Y si tenemos... Es un buen piso.
-Ares. No hace falta que pases del tema. He entendido lo que querías decir. Y yo también lo tengo en mente a veces. No, no es un piso para una familia. Pero creo que no está en los planes de ninguno tener un bebé ahora, ¿no?
-No. Claro que no.
-Pues quedémonos aquí. Y cuando tengamos más tiempo ya miraremos un piso más grande. Por ahora este nos está bien.
-Sí.

Ares y Laia se besan. Pero no pasa nada más. 4 años en la misma casa y habitación han dado para mucho. Ya no son los dos jóvenes de 18 años recién cumplidos que sólo sabían enrollarse todo el día. Ahora son conscientes de que hay más cosas. Que no es todo follar.

-Debería llamar a casa.
-No te preocupes Ares. No creo que tu padre se enfade.
-Mi madre me está esperando de vuelta desde hace 4 años. Y ahora no voy a volver. No fui capaz de contarles que ya tenía trabajo y que iba a tener que quedarme aquí.
-Lo entenderán los dos. Ya verás.

Ares no lo tiene tan claro. No quiere problemas ahora. Pero no puede dejar las noticias para última hora. Tiene que contárselos.

-Hola hijo.- responde Àlex al teléfono.
-Hola papá.
-¿Todo bien? Te noto algo nervioso.
-Bueno... Es que tenía algo que contaros a ti a mamá. No es nada malo. Y no, Laia no está embarazada. Tampoco nos vamos a casar. Por ahora. Es... No quiero hacerle daño a mamá con esto.
-No vas a volver.
-No. Laia y yo nos quedamos. Nos han ofrecido trabajo en el lugar de las prácticas y no podíamos decir que no. Así que no sería muy conveniente volver a casa para ir y venir todos los días a Barcelona.
-Claro que no. No te preocupes, yo me ocupo de tu madre. Y felicidades por el trabajo, Ares.
-Gracias, papá.

Ares se queda mucho más relajado. Tener a su padre de su lado ya es un logro. Y es lo único que les quedaba por hacer. Laia ya les había contado a Xavi y a Sandra que tenía trabajo y que íbamos a quedarnos a vivir juntos de forma definitiva. Esa parte ha preferido saltársela Ares. Con que su madre sepa que es por trabajo es suficiente. No quiere meter a Laia de por medio en todo eso. No es necesario. No lo es, no.

Al haberse decidido por quedarse en el actual piso no les queda mucho más que hacer que disfrutar del tiempo a solas hasta que empiecen el trabajo. Luego no tendrán tiempo ni para respirar. Solo tendrán tiempo para el trabajo y para unas pocas necesidades vitales.

Ares piensa en el futuro ni muy cercano ni muy lejano. Piensa en sus hermanos. Joel se casó con 25, Mireia con 22, y él ya tiene esos 22. Nunca había pensado en el matrimonio con seriedad. Y tampoco se lo plantea como una necesidad de fuerza. Ni como una necesidad en absoluto. Pero siente que quiere hacerlo si es con Laia. Así que no estaría mal empezar a planear lo que podría pasar en unos pocos años. Como se lo pediría, y dónde sería la boda. Qué tipo de vestido elegiría Laia para ella. Estaría muy guapa con cualquiera. No le hace falta más que ser ella misma para brillar con su misma presencia.

-¿En qué piensas?
-En nada importante.- miente.
-Vale, entonces estabas en las musarañas.
-Sí, andaba un poco en las nubes.
-¿Y si te ayudo a bajar a la Tierra?
-¿Cómo?
-Échale información.

Y Ares le echa imaginación. Tanta que no duda un segundo en coger a Laia del sofá, echársela al hombro y llevarse a ambos hasta la cama. Que no sean unos adolescentes desenfrenados no significa que ya no hagan nada nunca. Además, habrá que seguir practicando para no perder la práctica para cuando vayan a por el bebé, ¿no?

Un Verdadero Márquez (MLLP 3)Where stories live. Discover now