Capítulo 86: Babys Márquez Quartararo.

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Estamos a finales del mes de abril. El día 23 más concretamente. El día favorito de Mireia. Es el día del libro, Sant Jordi, y por ello el santo de su marido, y, el cumpleaños de su padre. El número 58. Àlex ya es casi un viejito con 4 nietos. Dos de 8 años, y dos a punto de nacer. Mireia mañana hace 36 semanas. Así que podría explotar la bomba en cualquier momento. Todos lo saben. Y por eso, Joel se llevó ayer a su sobrino Eric para que su hermana y su cuñado pudieran estar tranquilos en este día tan especial para ellos.

No han salido de la cama. Disfrutan de la tranquilidad de estar solos. Y de las patadas que van dando Ian y Aileen dentro de su madre. Tienen muchas ganas de verles la cara a ambos. De cogerlos, mimarlos. De que su hermano mayor los conozca y reaccione con ellos. Últimamente está bastante celoso e intentan explicarle que los bebés no van a ser más importantes que él. Sólo que van que necesitar más cuidados. Son mucho más pequeños que él y dos. Pero él también podrá ayudarles a cuidar de sus hermanitos.

Tras algunas horas en la cama deciden salir de esta. Aunque Mireia no está cómoda. No desde anoche. Pero no ha creído que sea nada importante. Es solo el tener dos bebés de prácticamente 36 semanas dentro de ella.

-¿Estás bien?
-Sí... No. Me siento rara.
-¿Vamos al hospital?
-Nos van a mandar a casa.
-Prefiero estar seguro de que no es nada.
-Vale mi amor. Iremos.

Jordi se prepara primero. Acerca las bolsas de Ian, Aileen y Mireia a la puerta y luego vuelve para ayudar a su mujer. Él baja las tres bolsas, que mete en el maletero del coche. Y ayuda a Mireia a entrar en el coche.

En el hospital primero quieren mandarla sin más a casa. Pero Jordi insiste y al final la pasan. Además, las palabras "No queréis a Marc Márquez aquí poniendo el grito en el cielo" parece que hacen efecto. La ponen en una camilla y le hacen un registro. Parece todo bien y van a darle el alta cuando la máquina empieza a volverse loca y Mireia se retuerce del dolor. Seguidamente de encharcarse la camilla donde está. Los pequeños han decidido ya la fecha de salida.

La cambian de camilla como les es posible y se la llevan a otro sitio. Le hacen un seguimiento. Y no pasa ni media hora cuando la llevan a paritorio casi preparada para que nazcan los pequeños.

Jordi avisa en un momento que saca de alguna parte a todos los que puede y los familiares dichosos por conocer a sus nuevos miembros de la familia van llegando poco a poco. Cuando llegan los últimos se oye un llanto y todos esperan nerviosos. Pero no sale nadie. No saben si es suyo o no. Podría ser otro bebé de otra persona.

El primero en salir es Ian. Y cinco minutos más tarde sale Aileen. La pequeña de la familia. Mireia está agotada. No ha sido un parto largo. Pero han sido dos. Así que es Jordi el que sale con la princesita a presentársela a todos. Y sobre todo, a su hermano mayor.

-Hola familia. Aquí está Aileen. ¿Quieres conocer a tu hermana Eric?
-Siiii.
-Ven.

El niño se acerca a su padre, y este se agacha un poco para que pueda ver a su nueva hermana.

-Es muy bonita. ¿E Ian?
-Está con mamá.
-¿Está bien?- pregunta Àlex.
-Sí. Los 3 están bien. Ella un poco agotada. Pero todos bien.

Todos tienen que separarse de Ian. Pero pronto ven a los dos niños y a la madre en planta. Eric se vuelve loco con sus hermanos. Y a todos se les cae la baba con ellos y con Eric junto a los bebés. Son todos monísimos.

Días más tarde van a casa y es una locura. Eric no quiere ir a clase por estar con sus hermanitos. Y les cuesta mucho decirle que no puede. Pero ya no está en preescolar. Necesita ir a clase. Jordi lleva a Eric a clase y luego vuelve a casa a ayudar a Mireia con los niños.

-Ian es tan igual a ti.
-No sé. Yo lo veo como tú. Es como su mami guapa y fuerte.
-Gracias.
-¿Por?
-Por darme 3 hijos tan bonitos.
-A ti por tenerlos.

Y esa es la rutina de ambos. Estar con los niños. Dormirlos, darles de comer, limpiarlos. Ir a llevar y traer a Eric. Ver cómo cuida y adora a sus hermanos. Toda una maravilla. Y dentro de poco echaran de menos estos días. Los mellizos crecerán enseguida y Eric será un jovencito. El tiempo pasa volando siempre. Y sobre todo respecto a los niños. Ahora tienen días y cuando vayas a mirar ya tienen novio y están a punto de decir sí quiero. O de darte nietos.

Àlex viene también algunos días. No quiere perderse como crecen sus nietos pequeños. Casi se les instala en casa para no tener que ir y volver de Cervera a Barcelona. Está loco de amor por ellos. Pero quiere también a Antonella. Aunque esté más lejos y vaya a verla menos. Su princesa grande. Todos sus nietos son especiales. Y sus sobrinos-nietos también. A los hijos de Leticia también los quiere cómo si fueran sus propios nietos.

El abuelo Fabio viene menos. No quiere molestar y también está medio pendiente de la hermana pequeña de Jordi. Que no es una niña. Ni mucho menos. Pero Leonardo, el hermano de Mellea y Odette no están en su mejor momento. Así que Fabio no tiene la cabeza tanto en sus nietos sino en su pequeña. Que seguirá siéndolo, aunque tenga 60.

Marc, como no. Como prometió, no tardó ni una semana en traerles unas motos nuevas a los mellizos. Esas que no podrán usar hasta dentro de mucho, mucho tiempo. Pero el tito-abu Marc es así. No piensa mucho.

Un Verdadero Márquez (MLLP 3)Where stories live. Discover now