Capítulo 72: Luna de Miel.

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Adrián y Alejandro tras la noche de bodas loca que tienen en la habitación del hotel, se despiertan pasado el mediodía y llegan justitos a coger un vuelo a las islas Canarias. No han querido irse muy lejos como si hicieron sus hermanos, junto a Mireia y Jordi. A ellos no les van los viajes tan largos. Y menos para un viaje como ese que es para disfrutar del tiempo juntos.

Han reservado 15 días una habitación de hotel en uno del norte de la isla de Tenerife. Su rutina para esas 2 semanas es desayunar en el buffet del hotel, ir durante toda la mañana van a la playa dónde pasan la mayor parte del tiempo en el agua haciendo el idiota entre ellos mismos. La tarde la pasan en la habitación solos, o recorren las calles de la isla ya sea caminando o con el coche que han alquilado. Van descubriendo sitios preciosos del norte de la isla canaria. Están siendo unas vacaciones preciosas y que están disfrutando y aprovechando al máximo.

La mayoría de noches cenan en el hotel, pero esta noche han salido a un restaurante de la zona. Habían reservado unos días antes recomendados por algunos recientes a los que les habían preguntado por lugares donde comer o cenar. La experiencia en el restaurante es una maravilla. La comida es exquisita. Nunca habían probado algo igual. Ya están deseando volver antes de irse a Lleida, y volver a venir a la isla en otro momento también.

Dan una vuelta antes de subir a la habitación del hotel. Y llegan casi muertos a la habitación. Alejandro, sobre todo. Aunque seguro que aún les quedan energías para algo.

(Adrián)
Acabamos de llegar al hotel. Alex está algo cansado así que le sugiero que se dé una ducha. Mi marido acepta mi idea encantado y, mientras él se da esa ducha, yo me pongo ropa más cómoda y me tiro en la cama a esperarlo. No estoy esperando mucho tiempo porque pronto lo veo aparecer por la puerta del baño solo con una toalla enrollada en su cintura.

-¿Por qué me miras tanto?
-Porque soy capaz de ver a través de esa toalla.

Veo como mi marido se sonroja mientras masajeo mi erección sobre la tela del chándal. Verlo con su cuerpo tan descubierto me excita como si fuese la primera vez que lo veo. Deseo acercarme y que mis manos vaguen por todo su cuerpo erizando su piel bajo las yemas de mis dedos.

Me levanto de la cama y me voy desnudando poco a poco bajo la atenta mirada de Alex. Empiezo con la camiseta y sonrío pícaramente al ver como se le hace la boca agua con mi torso definido y esos abdominales que tantas veces ha delineado. Continúo con los pantalones dejando solo mi bóxer cubriendo una erección que intenta escapar por su elástico. Sin embargo, no me da tiempo a desnudarme por completo porque ya tengo a Alex pegado a mí besándome.

Cuando rompimos el beso, Alex me bajó el bóxer rápidamente y se quitó la toalla de un solo tirón. Estaba tan duro como yo y, antes ese delicioso placer, no me puedo resistir. Tiro a Alex sobre el colchón y me arrodillo en el suelo antes él para llevarme a la boca su gran miembro.

Repaso con mi lengua cada una de las venas que recorren su polla y sus jadeos me incitan a seguir. Meto su miembro en mi boca y comienzo a succionarlo. Los jadeos se convierten en gemidos al mismo tiempo que soplo sobre el glande y el contraste de temperatura lo invade. Sigo chupando y soplando hasta que tiene pequeños espasmos que preceden a su orgasmo.

-¿Me vas a dejar así?- pregunta cuando deja de sentirme.
-No. Pero no quiero que te corras aún.- le contesto antes de besarlo.

Cuando siento que mi marido no va a correrse, vuelvo a meterme su polla en la boca. Alex, durante unos minutos, me inmoviliza la cabeza y me folla la boca sin cesar. Su polla entra y sale de mi boca rápidamente. Sin embargo, no quiero que acabe así, por lo que paro sus movimientos pellizcando sus pezones.

Las manos de Alex abandonan mi cabeza y ya puedo seguir haciendo lo que quiero con él. Mi boca abandona su polla y va directa a sus pezones mientras mis manos atienden su erección y sus testículos. Chupo, lamo y succiono sus pezones hasta que me suplica que vuelva a chupársela.

-Claro mi amor.- y así vuelvo a comérsela hasta que se corre en mi boca y puedo saborear su orgasmo.

A pesar del orgasmo que acaba de tener, Alex sigue duro. Los dos acariciamos lentamente la erección del otro hasta que su respiración se acompasa y decido aprovechar que tiene la polla lubricada para montarme sobre él y cabalgarlo.

Me coloco sobre él y me siento lentamente para poder sentir a la perfección como su miembro abre mis paredes y llega lo más profundo posible. A los dos nos encanta la sensación, sobre todo cuando contraigo mis paredes aprisionando su dura polla dentro de mí. Lo hago un par de veces antes de comenzar a moverme hacia delante y detrás mientras Alex no es capaz de abrir los ojos del placer.

Me apoyo en sus pectorales y comienzo a levantarme para empezar un mete saca que se acelera cuando Alex empieza a mover la cadera buscando un contacto más rápido y duro. Nuestros movimientos se aceleran hasta que no puedo más y Alex sale de mí para darnos la vuelta y termino a cuatro patas sobre el colchón y con la polla de mi marido empalada hasta el fondo una y otra vez.

-Me vuelve loco como me aprietas la polla mi amor.- me dijo al oído entre gemidos.

Alex me sigue taladrando el culo hasta que ninguno de los dos puede más y nos corremos a la vez. Los dos, exhaustos, nos quedamos en la cama y yo notando como el semen de mi chico sale de mi culo y resbala por mis muslos.

-Voy un momento al baño.- necesito limpiarme.

Me meto en el baño a limpiarme el semen que mancha mi abdomen y mi culo y, al salir, mi polla vuelve a empezar a doler. Alex esté estirado en la cama masturbándose y metiéndose un dedo en el culo.

-¿No prefieres esto?- le pregunto masajeando mi polla.

La sonrisa de Alex me hace decidirme por lo que quiero hacer con él. Le pido que se quede como está en la cama. Yo me voy hasta los pies de la misma y me subo a ella quedándome entre sus piernas. Desde aquí, mis vistas son inmejorables: mi marido desnudo y empalmado.

Coloco una de sus piernas sobre mi hombro y la otra la flexiono y la apoyo sobre mi pecho. Con mi ayuda, Alex eleva un poco su cadera para que pueda penetrarlo y, una vez dentro de él, su polla se apoya en mi bajo abdomen. A Alex y a mí nos encanta esta postura porque Alex puede rendirse al placer mientras lo follo y masturbo.

No nos movemos durante unos minutos. El solo hecho de sentir la polla del otro es suficiente para excitarnos, pero no podemos estar así siempre. Por eso empiezo a salir de Alex despacio y él lleva su mano a su polla. Se la aparto de inmediato porque quiero ser yo el que lo masturbe. Así que, mientras entro y salgo de su culo y lo masturbo, mi marido se pellizca los pezones y empieza a gemir el placer.

Mi polla entra duramente en él hasta lo más profundo y lo masturbo a un ritmo que parece que lo estoy ordeñando desesperado por que salga toda su leche. Seguimos así hasta que Alex se corre derramando su semen por nuestros torsos y yo sigo follándolo, cada vez más rápido, hasta que exploto en un gran orgasmo y me desplomo en la cama al lado de mi marido. Ahora sí que no podemos más, y nos dejamos dormir tal cual.

Un Verdadero Márquez (MLLP 3)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin