Capítulo 12: Insistente.

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La joven italiana no pega una en clase desde después del Gran Premio de Misano. Iba a llamarle para presentarle si al final había ido y explicarle todo allí. Iba a llamarle justo cuando Leonardo, su hermano apenas un año menor, le agarró del brazo y la arrastró con él por el paddock, que no habían ido allí para estar encerrados en el Motorhome de su padre.

Adora a Leo, pero a veces es demasiado impulsivo. Ha salido a su madre, porque claro, no son hijos de la misma madre. La madre de Mellea renunció a ella antes de nacer, y la madre de Leonardo apareció en la vida de ella y de su padre poco después de nacer ella. Empezó siendo la niñera de Mellea y pronto Loka y ella se enamoraron y se quedó embarazada de Leonardo muy pronto también. Los dos niños se criaron como hermanos sin separación de quién era su madre. Su madrastra siempre la ha cuidado como si fuera suya y los dos niños eran muy pequeños para andar con diferentes tratos para cada uno.

Mellea no da una. No quiere molestar a Joel, sabe que la cagó mucho cuando no le dijo que era hija de Andrea Locatelli, y sobre todo cuando le dijo que se llamaba de otra manera y ocultó saber quién era él. Su padre siempre les ha hablado a los dos muy bien de Mireia y Joel, y de su madre. Bueno, nunca ha dicho nada malo de Àlex, pero los dos hermanos saben que le tiene el resentimiento de no dejarle seguir pudiendo relacionarse con Marta. Solo eran buenos amigos.

Mellea conocía a Joel, es complicado no reconocer al sobrino de uno de los mayores campeones de la historia. Joel se parece mucho en los rasgos a su tío y a su padre. No le dijo su apellido, pero esos rasgos y llamado Joel... Solo pensó que debía ocultarle por el momento su verdadera identidad. No quería que dejara de hablarle solo por ser la hija del piloto con el que peor se lleva su padre. Pero Joel no es Àlex y Leo empeoró la situación.

-Lo siento Mellea.- le dijo Leonardo nada más irse Joel y Mireia aquel día en Misano.
-No es culpa tuya Leo. Solo es culpa mía.

No ha vuelto a ser amable con su hermano, no le odia, pero le molesta que se cargara sus planes y por culpa suya terminara de joderse lo que ella ya había liado ella solita.

Ahora mismo su padre está en la casi gira asiática y están los dos hermanos solos en casa. Su idea es ir a Valencia el mes que viene. Perderá unos días de clase, pero sabe que Joel irá a Valencia. Es el último Gran Premio de su padre. Tendrá que ir.

Pero preferiría no tener que esperar hasta entonces, así que va dejándole llamadas perdidas a Joel cada vez que tiene un hueco para llamarle, pero como es lógico no le coge en ninguna ocasión el teléfono. Y lo entiende, pero quiere explicarle porqué lo hizo y aunque sabe que puede que no la perdone, tiene la esperanza de que la entienda al menos.

Ya ha perdido la cuenta de cuántas llamadas le ha hecho ya. Han pasado tres semanas desde Misano. Y va perdiendo la esperanza a que responda y la paciencia a partes iguales. Que no responda después de 3 semanas no es una buena señal.

-¿No te cansas? Dudo que te responda Mellea.
-Leonardo, déjame en paz.
-Le mentiste. ¿Qué esperabas? No iba a encantarle la idea de que le dijeras que eras alguien que no eras.
-Si le decía desde el principio quién era papá habría sido peor. Fuiste tú quién se cargó todo Leonardo. Tenía pensado llamarle y quedar con él para explicarle todo cuando me arrastraste por medio paddock para divertirnos según tú.
-Al menos háblalo con papá cuando vuelva. Sabe que estás mal y no he podido decirle porqué.
-Sí. Pero se lo digo yo.

Mellea deja solo a Leonardo y se va a su habitación. Intenta adelantar un poco un trabajo de clase de biología, pero tiene la cabeza en las nubes y no puede concentrarse en nada. Su idea de futuro se irá a la mierda si no consigue recuperar su nivel académico de siempre lo antes posible.

Avanza un poco del trabajo, ve en diferido parte de los entrenos de su padre en Tailandia y luego intenta llamar de nuevo a Joel. Sin diferencia con las anteriores veces. El chico no responde nunca.

El fin de semana pasa aburrido. No sale con sus amigas a dar una vuelta cuando le preguntan. No atiende a los entrenos, la qualy y la carrera de su padre. No hace nada de clase, ni siquiera habla con su hermano. Sólo piensa en la tremenda cagada que tuvo con Joel Márquez. Debería haber sabido que Joel no era como su padre, que no iba a mirarla mal por ser quién era. Que eso eran cosas entre Andrea y Àlex y que ellos no tenían por qué odiarse también. Pero tuvo miedo en ese momento y luego no encontró el momento idóneo para decírselo, prefería decírselo en persona y Leo le fastidió el plan.

Aunque lo que más le jode ahora mismo es recordar la cara de la hermana de Joel, la cara de Mireia le decía que hablase rápido. Que le dijese quién era y porque había tenido miedo de decirlo antes. La chica la odiaba por no haberle dicho quién era, pero a la vez comprendía su miedo y porqué lo había hecho. Quizás no estaría mal tener el teléfono o el contacto de la chica. Quizás la podría ayudar a convencer a Joel para que hable con ella, ya sea por teléfono o ya sea en Valencia cuando vaya. Porque irá pase lo que pase. Nunca falta a la última carrera del mundial. Nunca. Y este año no va a ser una excepción por culpa de lo que hizo en junio.

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Bueno, aquí nuevo capítulo. Espero que os guste. Próximo capítulo la semana que viene.

 Próximo capítulo la semana que viene

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Un Verdadero Márquez (MLLP 3)Where stories live. Discover now