168. Suhail

50.1K 8.4K 3.8K
                                    

Nuestros problemas empezaron desde que, sin saber aún acerca de la infidelidad, Finley se decepcionó al enterarse de que no hay bebé. Con paciencia le expliqué que únicamente hice un favor a Laura, pero le costó manejar el sentimiento de decepción.

Le pregunté si todavía quería continuar con los planes de boda y respondió que sí, asegurando que esa no era la única razón que lo orillaba a pedirme ser su esposa; lo que nos lleva a nuestro principal problema: solo hemos estados juntos un año. Y aunque si bien es cierto que el tiempo juntos no influye en nada para que un matrimonia tenga éxito, lo cierto es que no nos conocemos. Hemos vivido en un ideal. Hasta hoy no habíamos enfrentado ningún tipo de inconveniente. No lo conocía estando enojado, triste o decepcionado. No ante una situación tan determinante.

Insistió en salir conmigo por lo que leyó de mí en mi blog, pero esa Suhail era una ilusión para él. Nunca se la presenté. Cuando me conoció aquella tarde lluviosa ya me había acomodado a una rutina, después me adapté a su estilo de vida y así, paulatinamente, dejé de ser yo. Con él nunca fui yo misma. Con él fui la que intentaba olvidar a Max y de la manera más estúpida: renunciando a lo que soy. Mi forma de ser, mi apariencia y hasta los amigos y ciudad que tanto amo.

Viajé a Londres para estudiar, pero Suhail, la verdadera Suhail... se quedó en Ontiva con papá. Con mamá. Con Miranda. Con Ling. Con Max.

Amo a Finley.

Amo el consuelo que me dio. Amo que me hiciera sentir que todo estaría bien si ignoraba lo que me causa tanto dolor. Pero era un engaño.

No le fallé por primera vez el día que me acosté con Max estando ya comprometidos. Lo utilicé desde que accedí a estar con él amando a otro. Al mismo tiempo él me idealizó... Él amo a un espejismo.

Lo siento tanto, Finley Becher.

Papá, mamá y yo bajamos de la limusina y empezamos a recorrer a pie el último trayecto hasta la iglesia. Mucha gente me mira.

"Es Suhail"

"¿Por qué no va al aeropuerto?"

"¿Si se va a casar?"

"No puede ser tan tonta"

"Idiota"

"No merece a Max"

Me miran con dolor, decepción y hasta ira. No quieren que me case. Por todo lo que escucharon decir a Max saben tan bien como yo que soy de él y él es mío, y aunque a veces nos equivoquemos, así será para siempre.

También hay quienes intentan detenerme. Me rodean sosteniendo en sus manos rótulos en los que leo "No te cases, Suhail", fotografías de Max y hasta cantan Classic. Trato de levantar un poco más mi mentón para lucir más digna y también para evitar llorar.

—Levanta un poco tu vestido cada dos pasos —me aconseja papá.

Estamos subiendo los últimos peldaños frente a la puerta de la iglesia. Hoy me voy a casar.

¿Me voy a casar?

Max está en el aeropuerto. Si decido entrar y darle el sí a Finley, todo habrá terminado.

—¡No olvides tu ramo, Suhail! —me recuerda mamá, corriendo hacia mí para entregármelo. Pero yo sólo puedo pensar en si debo quedarme y casarme, o si debo ir a buscar a Max.

Sin embargo, tengo claro que es mi obligación moral hacer esto. No es lo que quiero, pero es lo que debo.

Un último grupo intenta evitar que entre a la iglesia, sin embargo alguien se interpone y recuerda a todos que Max pidió no forzarme a cambiar mi ruta. Por lo que con dolor en su mirada la gente se aparta de la puerta y nos dejan entrar.

La iglesia está casi vacía. Dentro únicamente me esperan Miranda, Ling, Sam, Eric y el sacerdote, que al verme entrar da un último vistazo a su reloj. Llegué diez minutos tarde.

Finley no está, cosa que, admito, me sorprende...

Quedamos en que vendría y en el altar, frente a Dios, decidiría si darme o no darme, según él, "otra oportunidad". Yo le estoy rogando al cielo que pese a todo en el fondo aún sea ese hombre que antes me trató con amor y recapacite.

—No ves las horas para por fin ser libre y poderte marchar con él, ¿cierto?

—Las cosas no son así, Finley.

—¿Qué estábamos platicando con tu mamá?

La llamada determinante con mamá fue al día siguiente que le dije todo. Las dos hablamos durante horas.

—Comentábamos algunos errores que cometimos.

—¿Cómo cuál? —soltó una risa Finley, resignado a que le había hecho algo peor.

—Yo... estando contigo. Dijo que es un error. Lo que es irónico porque también fue ella la que me aseguró que estar con Max era un error.

—¿Y siempre tienes que preguntar qué hacer a tu madre?

—De Max no me alejó ella, me alejó él... Yo no quería venir a Londres.

La mirada de Finley me dijo todo.

—¿O sea que soy yo quien decide si te vas?

—Llegaré hasta donde tú quieras llegar.

Fue así de "simple". Le di la autoridad para terminar con todo porque siento que se lo debo y porque también confío en que hará lo correcto. No por mí, por él.

Esa vez también se fue del apartamento y no le vi en toda la noche. Al día siguiente me dijo que me adelantara a Ontiva, pues la boda seguía en pie y aunque dudé eso hice.

No sé por qué quiso llegar tan lejos. No sé qué tanto dolor haya en su corazón por mí culpa. Lo único que tengo claro es que al menos le debo esto. Es su modo de sobrellevar las cosas. Es... mi penitencia.

—¿No va a venir? —me pregunta el sacerdote cuando después de dos horas aún estoy esperando frente al altar.

—¿Cuánto tiempo más nos da? —le pregunto.

—Pues... como quiero saber si después de aquí se va al aeropuerto... —acepta, avergonzado. Lo que hace reír a quienes me acompañan.

Miro sobre mi hombro y busco las miradas de Sam y Eric, quienes al notar que mi atención está sobre ellos tratan de esconder su sonrisa para lucir solemnes.

Resignada a que Finley no vendrá, suspiro aliviada y doy media vuelta para marcharme.

—¿Nos vamos? —me pregunta papá, tentativamente. Asiento—. ¿Al aeropuerto? —quiere saber conteniendo inútilmente su emoción.

Niego con la cabeza. —No. A casa.


---------

:O 

P.D. No olviden que la próxima semana inicia La buena reputación de Oliver Odom, segunda parte de La mala reputación de Andrea Evich. Ambas disponibles aquí en Wattpad :)

Max & Suhail ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora