80. Suhail

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Pasé el fin de semana sentada sobre el marco de mi ventana escuchando los ensayos de Max.
Él hablaba poco. Percibí que seguía preocupado por lo que tendría que enfrentar el lunes, pero no hablamos sobre eso. Era incómodo para ambos.

Y por si se lo preguntaban, sí, yo seguía pensando en la remota posibilidad de que Max estuviera preocupado porque sentía algo por mi.

—Me gusta esa canción —dije cuando terminó de tocar—. ¿Cómo se llama?

Él me miró como si fuera pecado que yo no lo supiera.

—November Rain de Guns N' Roses —dijo, digno. Tipo: "Mírenme estoy tocando una canción de Guns N' Roses".

—Pues... suenan bien.

Max hizo una mueca:

—Basicamente son los mejores —me amonestó, como si sólo decir "suenan bien" fuese sacrilegio —. Hay otras bandas que también son buenas —continuó, como si dudara decirme—. Entre más avanzan las clases de música, más me doy cuenta de que mi mundo es muy peueño. Hay muchas bandas geniales.

Finalmente, Max se decidió y se puso de pie, y después fue hacia su cama para coger de ahí su iPod. Cuando regresó a la ventana me lo entregó.

—Anda —gruñó, como si temiera que yo lo rechazara—, escucha cómo suena November Rain... pero interpretada por Guns N' Roses.

Obviamente no lo rechacé. Le sonreí y coloqué los auriculares del iPod en mis oídos.

Max esperó impaciente mis comentarios.

—Oye, suenan bien —dije un minuto después, e intenté tocar una guitarra imaginaria en lo que continuaba escuchando.

Max puso los ojos en blanco:

—Deja de decir "Bien" al hablar de Guns —me regañó—. Di genial o espectacular. No sólo "Bien".

Levanté mis manos a modo de mostrarle que me rendí.
Él rió.

—Está bien, está bien... no vuelvo a insultarlos.

Max asintió y me animó a seguir escuchando.
Y lo hice porque en verdad estaba amando la canción.

—Ahora admite que suenan mil veces mejor que la música pop esa que escuchas

Rodé mis ojos. —El pop también suena bien.

—Únicamente es mezclas —continuó—. La mayoría de canciones sólo hablan sobre cuánto te gusta un chico y si él te hace caso o no. Eso es música —sentenció, señalando su iPod.

—Da igual —suspiré, dejando caer mis hombros—. Rock o pop mi canción favorita sigue siendo Classic.

Me arrepentí de decir eso un segundo después de que salió de mi. Temí que Max... sospechara.

Y él se sorprendió pero, contrario a lo que imaginé, no se burló.

—También está en el iPod —dijo, nervioso de tener que admitirlo—. Escúchala también... si quieres.

Y sí, cuando terminé de escuchar November Rain busqué Classic.

—Es genial —dije, tarareándola.

—Si tú lo dices... —dijo Max, mirándome curioso siendo tan feliz escuchando una canción tan sencilla como Classic—. Aunque ahora toco algo más que Classic.

—Y sin equivocarte —lo felicité.

Él asintió orgulloso. —Los Raptores siguen avanzando.

Me reí. Me daba mucha risa el nombre de la banda.

Miré a Max continuar su ensayo mientras yo escuchaba Got to write a classic... Got to write it in an attic en el iPod.
¿Sentía algo por mi?
Algo, aunque fuera pequeño. Muy pequeño.

Pero no quería ilusionarme. Yo ya me había rendido, ¿recuerdan? Ya me había rendido y aceptado que a Max Solatano sólo le gustan las chicas como Jessica Russo... y yo... Yo simplemente era Suhail Didier.

Al terminar la canción quise regresarle su iPod pero él no lo aceptó.

—Escucha las demás canciones. Me lo regresas cuando las hayas escuchado todas.

—¿En serio?

—Sí. Con suerte así dejas de escuchar a Britney Spears, o lo que sea que escuches.

Le saqué la lengua y saqué de mi escondite la pistola para rociarlo con agua.

—¡No me equivoqué! —se quejó, limpiando el agua de su cara.

—No puedo dar fe de eso cuando tenía puesto el iPod —dije, riendo.

Intercambiamos un par de comentarios más, pero como ya era hora de cenar, a Max lo llamó Miranda y a mí me llamó papá.

—Te veo mañana —se despidió, tratando de disimular estar preocupado.

Yo también estaba preocupada. Al día siguiente sería lunes y todos sabrían lo de mamá.

—Al señor Méndez le gustó tanto la actividad sobre Discriminación que quiere que hagamos algo nuevo —le conté para que no pensara sólo en mamá—. Algo más grande

—Suena aburrido.

—Desde tu punto de vista si —le sonreí.

Y Max me sonrió mostrando estar de acuerdo.

—Ni siquiera dejó quitar los carteles que hiciste por lo de Discriminación —dijo.

Asentí.

—El señor Méndez considera que pueden estar ahí por lo menos una semana más —conté, reflexionando mis palabras—. Y creo que me ayudará. Ya sabes... para lo que se viene con mamá. Hay carteles sobre no discriminar a la gente por su preferencia sexual.

—Admiro tu positivismo —dijo Max.

Un segundo después, Miranda lo volvió a llamar para que bajara a cenar.

Nos despedimos otra vez y ambos bajamos a comer.
Aunque a mi la comida me supo a arena. Tenía miedo por lo que me esperaba al día siguiente.
En pocas horas todos sabrían lo de la novia de mamá.


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Continuamos mañana :) No los quiero dejar esperar porque los capítulos de mañana son de mis favoritos por su mezcla de drama y comedia. Ya saben cuál es mi estilo xD

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Max & Suhail ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora