92. Suhail

60.9K 9.3K 734
                                    

—¿Me puedo sentar? —preguntó Edgar cuando ya estaba sentado en nuestra mesa.

Maleducado.

Lo vi a él y después a la mesa de la que vino, ahí estaba Eric y otros amigos de Max. Pero no Max. ¿Quién enviaría a Edgar a molestarme?

—Supongo —dije, haciéndole ver que no estaba interesada y miré a Ling buscando ayuda. Pero ella simplemente ahogó una risa.

¡Eso no es ayudar!

—Quería invitarte a la reunión que tendré mañana en mi casa por mi cumpleaños —dijo, como si estuviera haciéndome un favor.

—Oh... —Busqué en mi lista mental de excusas una para no ir a su fiesta —. No puedo. Es que...

Pero Ling me interrumpió y habló por ambas:

—Ahí estaremos.

—¡Ling! —la regañé.

No le importó.

A tiempo, escuchamos un alboroto cerca. Me volví para ver. Se trataba de Max tropezando con una mesa repleta de alumnos de primero.
Estaba lo suficiente cerca para escuchar que Edgar me invitó a su reunión. Me pregunté si le impotaría verme ahí.

—Idiota —murmuró Ling y me volví otra vez hacia ella y Edgar, pero él ya no estaba.

—Regresó a su mesa —aclaró Ling.

—Menos mal —mascullé y empecé a jugar con mi mandarina para hacer una familia naranja con los gajos. Me gustaba hacer figuras con la comida—. ¿Por qué me invitó a su fiesta? —le pregunté a Ling, olvidando de qué estábamos hablando antes de que nos interrumpiera Edgar—. No le caigo bien. Me hace la vida imposible desde segundo.

Edgar tenía la costumbre de arrojarme comida.

—Creo que le gustas —dijo Ling.

Me reí. —Tiene novia.

Ling rodó sus ojos. —Como si eso le importara a él o al idiota de Max.

—¿Por qué tienes que meter a Max en todas nuestras conversaciones? —me quejé, mirando sobre mi hombro para percatarme de que Max no nos escuchara.

Pero no, ya no estaba cerca. Había vuelto a su mesa con Eric y Edgar.

—Como si no quisieras hablar de él —se burló Ling.

Sonreí a la fuerza.

...

Esa tarde Max y yo bajamos al mismo tiempo del autobus escolar. Él ignorándome, por supuesto. O al menos lo intentaba. Pero quería hablar. Vi en sus ojos que quería hablar.

Caminé hacia mi casa.

—Ay no —lo escuché quejarse.

Me volví y seguí su mirada. Papá estaba estacionando su coche y Miranda estaba con él.

Cada uno de pie en su respectivo jardín delantero, esperamos a que bajaran.

—Almorzamos juntos —nos intentó explicar papá, pero Max estaba molesto.

—Con permiso —se despidió, malhumorado, y empezó a caminar hacia la puerta de su casa.

—Max —lo llamó Miranda—. Por favor, Maxi...

Pero él la ignoró y continuó caminando.
Papá lo siguió.

—Ojalá se arreglen —suspiró Miranda.

—Ojalá —dije, sabiendo que papá necesitaba la aprobación de Max.

Lo alcanzó y platicaron frente a la puerta de la casa de los Solatano mientras Miranda y yo comentábamos qué tal les había ido a ellos en su cita.

Yo le rogaba al cielo que papá pudiera arreglarse con Max.


--------

¡Gracias por votar!

¡Gracias por votar!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Max & Suhail ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora