166. Suhail

58.7K 9.1K 11.3K
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—Y así es como llegué hasta aquí —termino de contar mirando de papá a mamá y después al chófer de la limusina, viéndole a él a través del espejo retrovisor, sorprendiéndole por haberle pillado escuchando.

—Perdón, señorita...—se disculpa al instante.

—Pierda cuidado —lo tranquilizo. No cambia nada que alguien más sepa.

Él en respuesta me regala una sonrisa. —¿Puedo opinar? —pregunta, llamando mi atención, y le hago un gesto afirmativo en lo que espero que mamá o papá también digan algo—. Creo que debería ir con Max al aeropuerto —dice, tratando de atenuar sus palabras—. Lo de Finley... ya no tiene compostura.

—Muchas parejas han sabido sobrellevar las cosas después de una infidelidad.

Mis palabras duelen.

—Felicítelos de mi parte.

—No voy a permitir que Finley te haga daño —dice papá de pronto, luciendo aturdido. Le duele que esté en esta situación—. ¡Porque si él cree que estás sola...

—No hará nada —intento calmarlo haciendo a un lado mi ramo para sujetar su mano—. ¿Tú... no vas a decir nada? —le pregunto a mamá, que está atenta a su teléfono móvil. Yo estoy sentada en medio de papá y mamá.

Ella saca un auricular de su oreja al escucharme.

—Estaba terminando de escuchar la última parte de la versión de Max —explica.

La versión de Max.

Hoy por la mañana cuando intentaba acomodar las piezas de mi vestido novia, Miranda tocó la puerta de mi habitación para entregarme su teléfono móvil. No explicó nada... Lo tomé entre mis manos y con sorpresa vi a Max rodeado de mucha gente, y hablando de nosotros.

Lo primero que sentí cuando vi por primera vez a Suhail fue decepción. Durante meses imaginé que quien se mudaría a la casa de al lado sería un niño. Por eso, cuando vi a una niña...

Una hora después papá también entró a la habitación ofreciéndome su propio teléfono, el cual, de igual forma, mostraba a Max, pero desde un ángulo distinto.

Max se encontraba en el aeropuerto platicando todo a un grupo de, calculé, quinientas personas; además de los que miraban las diversas transmisiones En Vivo a través de todo tipo de redes sociales. Y aunque Miranda y papá se comportaron precavidos temiendo que iba a enfadarme, lo único que hice fue apartar un poco el vestido y sentarme en mi cama con teléfono en mano para escuchar lo que tenía que decir Max.

Después de que golpeé a Edgar llamé a Bill y él y mamá fueron a buscarnos. Edgar era menor de edad, pero no su hermano, que fue quien le suministró la sustancia rara que echó a la bebida de Suhail; y tampoco lo eran sus papás, que debían haber estado supervisando la fiesta...

Max & Suhail ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora