126. Suhail

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Nota: 

POR FIN la recta final \(u.u)/

Aunque no crean que faltan pocos capítulos para finalizar :P ♥ No. No. No. Me refiero a que a partir de este capítulo, como el mismo Max explicó al finalizar el anterior, empezamos a disolver dudas. Empezamos a responder preguntas. Y créanme ahora me siento más relajada, porque hace ratos necesitaba llegar a este punto de la historia. 


Maratón Max & Suhail. 5/5  

Era viernes por la noche y le pedí permiso a Miranda y a papá para invitar a Aitor a cenar. Mi objetivo era presentárselos como un amigo con el que estaba saliendo y con el que, posiblemente, iba a llegar a más. Ese era el objetivo, repito. ERA.

—¿Vas a bajar a cenar? —escuché que le preguntó Miranda a Max.

Yo estaba saliendo de mi habitación y Miranda de la de Max.

—No bajo a cenar desde el accidente, Miranda —le recordó él.

—Pero hoy es un día especial —contó ella. No le digas... Cerré mis ojos—. El amigo de Suhail vendrá a cenar.

—¿Aitor?

Llevé una mano a mi cara. —Sí, creo que él.

Hubo una pausa de al menos diez segundos antes de que Max hablara de nuevo:

—Bien, bajaré.

Primero sentí alegría, pues era una avance que Max aceptara bajar a cenar. No obstante, también recordé cuánto detestaba a Aitor. 

Como bien le expliqué a Max, para mí era difícil permitir que alguien me tocara  Aún así, poco a poco aprendí a confiar en Aitor.
Él, con sus atenciones y su forma se ganó un lugar entre mis afectos.
Teníamos muchas cosas en común.
Quizá... sólo quizá si Max no hubiera estado en mi vida yo habría llegado a más con Aitor y hoy estaría casándome con él y no con Finley. 

Aitor tocó nuestro timbre poco antes de las siete de la noche. Le abrí la puerta y le hice pasar a la sala. Ahí platicó con papá y con Miranda.

Papá estaba fascinado con Aitor. Tanto él como Miranda lo abordaron con preguntas incómodas respecto a nosotros dos, pero él lo tomó de buena manera, siempre dándome mi lugar y dejando claro su interés por mí. 

Porque sí. Aitor era un buen tipo. 

Las cosas empezaron a complicarse cuando nos situamos en la mesa. Papá ayudó a Max a bajar y él también ocupó su lugar en la mesa, junto a mí y frente a Aitor.

—Max —lo saludó Aitor, estrechando su mano.

—¡Aitor, amigo... hermano! —lo saludó con exagerada felicidad Max.

Lo codeé.

Tras el accidente, con el pasar del tiempo, el semblante de Max desmejoró un poco. Lucía más pálido debido a que pasaba demasido tiempo encerrado y delgado por no comer bien. Pero seguía siendo el mismo Max, en el fondo lo era. Ahí, sentado a mi lado en una silla normal y con el sobremantel de la mesa cubriendo la parte baja de su cuerpo, juro que pese a su indisposición se veía como el mismo Max de siempre.

—No sabía que conoces a Aitor, cariño —felicitó Miranda a Max y pidió a todos coger del plato principal la cantidad de espagueti que quisieran.

—Tuve el gusto hace un par de semanas —Max le sonrió de forma irónica a Aitor. Lo codeé una vez más—. ¿Solo espaguetis? —preguntó—. ¿No hay salchichas o algo? 

Max & Suhail ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora