163. Max

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Escena 6/6

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Era miércoles y me sentía como si fuera lunes de resaca, en los últimos días no había dormido ni comido bien. Miranda, como mi santa madre que es, estaba preocupada y lo demostró visitándome. Usaba como pretexto llevarme cosas que olvidé en casa.

—¿Ni siquiera vas a salir de tu cama? —me preguntó, acomodando un poco de ropa dentro de mi armario.

—Mmmm

Había llegado a prepararme comida, meter gran mi ropa a la lavadora y limpiar mi regadero y el de Gilmour. Ese tipo de cosas que suele hacer sin que yo se lo pida.

Yo era un peso muerto sobre mi cama, lo único que quería era dormir. Odiaba imaginar a Suhail casándose. Mis pesadillas tratan sobre ella diciendo "Sí, acepto."

—Te hará daño pasar tanto tiempo recostado.

—Lo que sea, Miranda.

—Deberías estar contento por Suhail —sugirió, repasando con su mirada mi dormitorio. Buscaba algo—. El gran día es el sábado.

¿Tan pronto? Se va a casar dos meses después de nuestro encuentro en Londres. 

—Sí, me siento muy feliz por, Suhail. Increíblemente contento, sí.

—No sé cuál es tu problema, Maxi —continuó regañándome Miranda, encontrando por fin lo que buscaba. El control remoto—. la dejaste ir primero.

Coloqué una almohada sobre mi cara para ya no ver o escuchar. La dejé ir, sí, pero retenerla conmigo tampoco era opción. Ya expliqué muchas veces ese punto.

—Traje algo para ti —dijo mamá minutos después. Minutos que ocupó ajustando algo en mi plasma.

—Hola, mi nombre es Suhail Didier y tengo siete años...

Alejé la almohada de mi cara y, buscando identificar de dónde proveía eso, recorrí con mi vista mi habitación. Miranda estaba sonriéndome. Se encontraba de pie junto a la plasma y en esta se podía ver el vídeo de mi cumpleaños número ocho. 

Le traje un obsequio muy lindo a Max...

En ese momento todos los niños y niñas que asistieron saludaban a la cámara, pero el turno de Suhail para presentarse. 

¿Por qué viniste al cumpleaños de Max, princesita? —escuché que preguntó una voz. La voz de la persona que enfocaba a una Suhail niña. 

La voz de papá. 

Le tengo una sorpresa a Max —sonrió ella. Una sonrisa maquiavélica.

—Recuerdo ese día —grazné, pasando una mano sobre mi cara. Aún me sentía adormitado. 

—Yo también —cuchicheó Miranda, viendo con ternura el vídeo—. Ese día obsequiaste todos tus juguetes a las Hermanas de la Caridad.

Obsequiaste será la...

La cámara aún enfocaba a Suhail... Ella mostrando su vestido. Ella jugando con globos. Ella bailando... 

Se veía tal como la vi por primera vez. Fea.

Entonces todavía no despertaba ningún sentimiento de afecto en mí, y mirándola comprendí algo: Me enamoré de Suhail a medida que la fui conociendo. Lo físico aportó mucho, claro, pero fue más el hecho de conocernos mejor el uno al otro. Hemos pasado por tanto. Tanto.

—Tengo más vídeos así —avisó Miranda, buscando más objetos de tortura dentro de una caja. En respuesta, salí de mi cama, caminé hasta la pared que sostenía a la plasma y la arranqué...

—¡MAX! —gritó mamá, asustada. Sin embargo, hice caso omiso y cargando con la plasma que aún mostraba a Suhail, me acerqué a una ventana que abrí... y desde ahí la arrojé. En el acto se desconectó del enchufe, que también se pasó llevando un florero.

Los ojos y boca de Miranda no daban crédito. —¡MAX SOLATANO!

Sin nada para decir, regresé a mi cama preguntándome dónde estaría de no haber conocido a Suhail Didier.


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:) ¿Si leyeron escuchando F*ck you?

Lo que intenté con esta secuencia de escenas fue mostrar el paso del tiempo. Espero haya quedado bien (/ - \) De lo contrario, me queda justificar que esto es un Borrador xD Ya habrá tiempo para futuras correcciones. 

En fin. Listos o no, sigue la boda :O

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Max & Suhail ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora