—Una cursilería llamada Truly, Madly, Deeply.

—Ya estoy vomitando.

¿Por qué no me extrañó que algo así viniera de Finley?

—En defensa de Savage Garden diré que últimamente escribo cosas más cursis.

—Pero no dices Baby tantas veces o sale un unicornio de tu trasero.

—Yo le hubiera pedido matrimonio con una canción de Marilyn Manson —expuse, agregando detalles sobre cómo luciría el escenario—: Sangre. Muerte. Tripas.

—Y te vestirías como él —agregó Eric, siguiendo mi juego.

Eso me gustó de hablar con él en ése momento. No necesitaba el consuelo espiritual de Sam. No todavía. De momento sólo precisaba de alguien que me escuchara maldecir y renegar.

—Exacto —aplaudí—. Imagíname cantando Sweet dreams sosteniendo el anillo de compromiso con mi lengua. Así lo hubiera hecho Max Solatano.

Los dos reímos y Eric buscó en su teléfono Sweet dreams, en la versión de Marilyn Manson. Pensé en Suhail al escuchar cada nota. Siempre pensaba en Suhail sin importar qué canción fuera. Encontraba la manera de que todas me hagan recordarla a ella. Aún me pasa eso.

—En realidad lo hubieras hecho más cursi que Finley —zanjó Eric, haciéndome reír.

—Sí, mucho más —estuve de acuerdo y brindamos una vez el mesero lleno nuestros vasos. Necesitaba mucho zumo y vitamina C.

—¿No te dejó proponer una canción?

—Fui yo el que no quiso proponer una —aclaré, dejando claro que tal cosa me parecía ridícula—. Es mejor que él elija. Es su momento, ¿no?

—¿Y qué dijo el gordo?

—¿Qué más iba a decir? Que estoy loco...

—Estoy de acuerdo. Al menos canta Ingrata de Café Tacvba al termina Truly, Madly, Deeply.

Volvimos a reír y para hundirme más en mi dolor esta vez Eric buscó la canción que pidió Finley.

Truly, Madly, Deeply —resopló, aún si poder creerlo—. ¿Puedo suicidarme a la mitad del coro?

—¿Por qué siempre quieres dar un toque dramático a todo? —me quejé, pidiendo bajar volumen a la canción. Me bastaba imaginarla—. Y aparta esa sonrisita de tu rostro porque tú y el gordo me harán coro.

—¡¿Qué?!

—Me. Harán. Coro.

...

Tuvimos un par de días tranquilos antes de las fechas acordadas para dar concierto. Con los chicos y Ling salimos a conocer la ciudad por la mañana y por las tardes ensayábamos. Las noches eran caso aparte. No podía dormir por pensar en ella y tampoco quería hacerlo, porque dormir era arrebatarme su recuerdo aunque este doliera.

En uno de los ensayos, durante la prueba de sonido, el asistente de audio me pidió confirmar si aún haría "lo de los globos". El resto del equipo: músicos, coristas, escenógrafos y demás, todos, de igual forma se mostraban a la expectativa. No había pasado desapercibido mi intento de querer impresionar a una chica.

—Se trata de mi hermanastra —aclaré, desilucionándoles—. Los globos los pidió su novio. Él... le pedirá matrimonio.

—No te escuchas tan feliz diciendo eso —me cuestionó alguien. Maldición.

—No es fácil perder a una hermana... supongo.

Únicamente Sam, Eric y Ling sabían la verdad y preferí seguir así. ¿De qué me hubiera servido que todo el equipo estuviera al tanto de cuánto iba a dolerme cantar Truly, Madly, Deeply a Suhail?

—Dijiste que la canción sería Classic —me recordó el encargado de audio desde la consola principal. Él tenía su propio micrófono.

Yo me encontraba de pie sobre el escenario con Eric, Sam y otros chicos que nos acompañan con cableado y demás instrumentos. Estábamos por finalizar ese ensayo. Sólo faltaba tocar Classic.

—La canción ya no será Classic —aclaré, escuchando al momento los lamentos de todos—. La cambiamos por Truly, Madly, Deeply.

—No me jodas.

Reí un poco y asentí. En verdad iba a ser un dolor de huevos tocar y cantar eso.

El lugar tenía forma de anfiteatro, por lo que habían miles de asientos a mi alredor. Asientos aún vacíos. Todavía no me llegaba la energía de miles de voces gritando mi nombre, sin embargo, mi sola voz haciendo eco en el vacío al susurrar Classic, también conseguía afectarme.

—Tocaremos Classic sólo esta vez —informé a todos y el encargado de audio aplaudió. No me atreví a volverme para mirar a Sam y a Eric, que seguramente no darían crédito a mi nivel de masoquismo. Lo único que hice fue caminar unos pasos más hacia adelante y canté—: Got to write a classic —Lo hice incluso antes de que los chicos estuvieran listos para tocar—. Got to write it in an attic.

Simplemente necesitaba escuchar mi voz en eco diciendo eso.

Baby, I'm an addict now —continué—. An addict for your love.

Un instante después de cantar Love mi cuerpo trepitó un poco, pidiendo oxigeno. De pronto me encontré respirando fuerte.

—¿Max, estás bien? —me preguntó con preocupación Sam y lo sentí acercarse mientras yo abría mis ojos para mirar una vez más los asientos vacíos. En el lugar cabían miles de personas, pero en ése momento estaba vacío...

Tan vacío como me sentía yo por todavía no poder asimilar que todo dejaba de tener sentido.


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Sigue la petición de matrimonio. Pregunta: ¿No sintieron demasiado tranquilo el reencuentro de Max & Suhail? Me extrañó que no lo dijeran. Sugiero esperar con cautela el siguiente capítulo, el cual desbordará muchas emociones.

P.D. En esta imagen se puede ver cómo luce el grupo. Buscar: Tatiana M. Alonzo - Libros y dar clic en Unirse

 

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Max & Suhail ©Where stories live. Discover now