Destruyeme

Capítulo 90

—Estás haciéndome daño ahora mismo. Me estás dejando y para el colmo, quieres.. quieres irte lejos de mí. ¿Cómo debo tomar esto, eh? Díme.
–murmuro entre lágrimas.

Su boca se abre pero se cierra, dudando de que decir.

—Quieres irte para cuidar a tu madre y eso lo entiendo. Pero lo que no entiendo es el por qué no quieres que vaya contigo.
–sigo hablando.

—Ya te lo he dicho, Leah.
–murmura entredientes.

No quiero pensar mal, ni pensar que tiene a otra porque sé que no es por eso. Pero su seguridad y su confianza de que no quiere que vaya con él, un treinta por ciento de mi quiere creer en eso.

Estoy con el corazón partido en dos, dolida, defraudada y triste. Inmensamente triste y confundida.

¿Por qué hace esto después de haber vuelto hace un miserable mes? ¿Acaso esto no ha sido suficiente?

Tanto que hemos luchado, tanto que ha insistido para que podamos volver a tener otra oportunidad... y quiere acabar con todo.

Entiendo que su madre esté enferma y quiera ir con ella el tiempo que le quede, pero yo también quiero hacerlo y me está negando el poder ir y reiniciar nuestra vida allá juntos.

—¿Sabes...? Déjalo, vete. Vete si es lo que quieres, ya no voy a insistir más en que me dejes que vaya contigo. Supongo que es así como quieres que acabe nuestra relación, la que tanto nos ha costado llevar y volver a rehacer.

Lo empujo hacia atrás, retrocediendo y yéndome lejos de donde se encuentra él.

—Leah joder, no me hagas sentir mal. Esto lo hago por ti, además.. no tenemos por qué romper la relación. No quiero eso. Podemos seguir juntos, una relación a distancia puede venirnos bien...

Niego con la cabeza mientras cierro los ojos y sonrío con tristeza.

—Las relaciones a distancia terminan acabando mal, todas. No quiero eso.

—La nuestra no tiene por qué acabar así. Por favor Leah.. no me puedes dejar así como así, esto puede funcionar.

—¡¿Cómo quieres que funcione algo a distancia, Hayes?! Estaríamos lejísimos, sin poder tocarnos, ni hablarnos ni ir a ningún lugar. Sólamente detrás de una pantalla y una línea telefónica. Si quieres irte y no quieres que vaya contigo, entonces vete. Pero nunca más me vuelvas a llamar ni a buscar, y... aquí termina todo definitivamente.

Hayes no dice nada. Me observa unos largos e intensos segundos incómodos y se da la vuelta hacia la habitación dejando un fuerte golpe en la pared rasguñándose los nudillos.

Cuando le veo desaparecer por las escaleras me dejo caer de rodillas al suelo, dejándome llevar por un mar de lágrimas y llantos. Con el corazón en mil pedazos microscopicos y hecha una auténtica mierda.

¿Cómo ha acabado todo tan rápidamente? ¿De un día para otro?

Éramos tan felices. Por primera vez pensaba que todo iba a salir bien, que las cosas iban a estar bien y nada malo ocurriría.. pero.. de repente aparece esto y me hunde hasta el fondo.