Capítulo 71

30.9K 1.4K 88
                                    


Siento la presencia de Hayes detrás de mi, siento como sus manos se colocan en mis caderas y me aparto de él. Necesito pensar sobre todo lo que ha dicho, procesar tanta información.

No es plato de buen gusto enterarte de que tu novio ha hecho algo así, que ha matado a personas y ha hecho volar la planta de un casino. Donde, seguramente, habrían miles de personas y tal vez podía haber matado a gente inocente.

Trago saliva.
Sigo sin creérmelo.

—Por favor, dí algo. Insultame y dí que soy un jodido asesino de mierda o algo similar, pero no te quedes callada.. dí algo.

Cierro los ojos y llevo mi mano hacia mi frente apoyandola ahí. Suspiro, inhalo y exhalo varias veces.

No tiene sentido enfadarme con él por salvar su vida y la de sus amigos. Lo hizo para salvar sus vidas y de cierta manera no lo veo mal en ese aspecto.
Aunque eso no quita que haya acabado con otras vidas y me lleva a la pregunta de si lo habrá hecho más veces o esta ha sido la única vez.

Niego con la cabeza deshaciéndome de esos pensamientos que están martilleando mi mente y volviéndome loca haciéndome miles de preguntas a mi misma.

Me giro hacia Hayes, quien está cabizbajo mirando al suelo sin expresión y suspirando lentamente, derrotado.
Al ver que estoy mirándolo y en frente de él, alza la cabeza y me mira. Le miro por un par de minutos seguidos sin decir nada hasta que camino hacia él y le abrazo, no le digo nada, sólamente le abrazo.
Porque sé que es lo que quiere y lo que yo quiero ahora, quiero abrazarle y demostrarle que no estoy enfadada con él por lo que ha hecho.
Que le quiero a pesar de todo.

—Pensaba que me ibas a dejar. Que me ibas a mandar a la mierda.
–murmura contra mi oído.

—Podría haberlo hecho, pero no tenía sentido. No tienes culpa de haber salvado tu vida de esos hombres peligrosos, no sé que habría hecho si no te tuviese aquí conmigo ahora mismo.

Le abrazo más fuerte, hundiendo mi rostro en su pecho. Sus manos me acarician y frotan la espalda de manera suave y reconfortable. Suelta un suspiro aliviado. Me agarra el rostro entre sus manos y junta nuestros labios. Suspiro en medio del beso, y lo sigo.

—Joder, te quiero demasiado.
–susurra.

Sonrío y nuestras miradas vuelven a chocar una con la otra. En sus ojos hay un brillo especial, y una sonrisa se asoma por sus labios.

—Cualquier otra hubiera llamado a la jodida policía y me hubieran dado por culo –ríe y rio junto a él– te quiero y ahora que te tengo me da miedo perderte, eres única para mí. Y sé que eso ha sonado jodidamente cursi.
–esboza unas risitas demasiado adorables.

Niego con la cabeza y apoyo mi frente contra la suya. Acunando su rostro entre mis manos y riendo.
Dejo un corto beso en sus labios.

—Me gusta que seas así, cursi. Que un chico frío enseñe su lado cursi y romántico, es lo más bonito y tierno del mundo.

Hayes ríe; —Tú lo eres.

Aparto las manos de su rostro y él en cambio eleva su brazo acariciando con sus rasposos nudillos mis mejillas. Cierro los ojos y sonrío.
Su mano agarra mi barbilla y con su pulgar acaricia mi labio inferior varias veces seguidas y debo admitir que me encanta cuando hace eso. Lo siguiente que siento son sus labios sobre los mios, besándome con ternura pero a la misma vez con pasión y deseo.
Sus brazos se enrollan en mi cintura tirando de mi hacia a su cuerpo.

Todo se ha vuelto pasión y deseo en estos momentos. Su boca se separa de la mía, observo sus ojos los cuáles se han vuelto oscuros por el deseo. Sus pupilas están dilatadas y su respiración como la mía están agitadas. Nuestras bocas vuelven a juntarse de nuevo de la misma manera de antes.

Destruyeme Donde viven las historias. Descúbrelo ahora