Capítulo 20

42.7K 2.4K 207
                                    


Llego hasta él hasta llegar de nuevo fuera de la arena y la playa. Tomo las zapatillas que he tirado en el suelo antes de entrar a la playa y me los coloco de manera rápida antes de que se me escape de nuevo.

—¿Puedes parar?
–digo mientras lo sigo hasta que se detiene en seco.

Se gira bruscamente hacia atrás. Mirándome fijamente.

—¿Qué cojones quieres?
–pregunta de nuevo, en tono cortante y frío.

—¿Por qué estabas golpeando a ese chico?

Ríe. Ríe seco, sin gracia.
Me sigue mirando, con indiferencia y con una sonrisa de suficiencia en el rostro. La cual en seguida borra y sus labios gruesos se forman en una línea recta. Serio. Intimidante.

—¿Qué mierda te importa?

Me acerco hacia él cortando la distancias.
Miro sus puños cerrados y ensangrentados y tomo una de sus manos algo temerosa.
No la abre, mantiene el puño cerrado. Pero me sirve para ver la herida y sangre en sus nudillos.

—¿Por qué?
–pregunto.

Me fijo en sus ojos, tiene la pupilas bastante dilatadas de lo normal. Ha estado bebiendo.

—¿Has bebido?
–Hayes ríe y enarca una ceja.

—Y fumado marihuana y tal vez algo más.
–dice contento, sonriendo.

Alzo ambas cejas sorprendida.
Él vuelve a ponerse serio y frunce el ceño.

—Ese tío merecía una buena paliza. No sabe con quién cojones se estaba metiendo, ha tenido su merecido y su consecuencia por haberlo hecho.
–añade por último.

Escupe en el suelo y hago una mueca de asco.
Le sigo mirando directamente a los ojos, su mirada está encima mio aún. Mirándome fijamente.

—Leah, vámonos, es tarde.
–dice Adi detrás de mi y coloca su mano en mi hombro.

La mirada de Hayes se desvanece de mi y se clava en Adi.

Frunce el ceño y después sonríe.
La misma sonrisa de suficiencia de antes.

—¿Y este? ¿Por eso no querías follar antes, no?
–suelta una carcajada seca– ahora lo entiendo. Si tenías otro tío, podias haberlo dicho. Tenías planeado follar con este, ¿verdad? Veo que eres una zorra más como todas.

No voy a permitir que me llame zorra.Ni él ni nadie. Porque no lo soy y no tiene derecho a decirmelo.

Abro la palma de mi mano y abofeteo su mejilla.
Su cabeza gira hacia un lado, lleva su mano hacia su rostro y agarra su mandíbula.
Me espero alguna reacción brusca de su parte pero en cambio ríe y vuelve a mirarme. Una mirada intensa, fría, que consigue ponerte los pelos de punta. Da un paso hacia mí, quedando a solo centímetros.

—No vuelvas a hacer esto, en tu puta vida.
–me agarra del brazo con fuerza y emito un gemido de dolor.

Me quejo y Hayes bruscamente suelta su mano de mi antebrazo, al darse cuenta que me puede hacer y estaba haciendo daño.

Adi se pone entremedio, plantándole cara.

Mal hecho, Adi.

—No vuelvas a tocarla así, ni si quiera a decirle zorra como le has dicho antes. O...

Hayes le mira y se ríe en su cara.
Ahora se acerca hacia él, casi colocando frente sobre frente.

Trago en seco mirando la escena sin saber qué hacer. No quiero que se peleen. Hayes es un agresivo y no quiero que le haga daño a Adi.

Destruyeme Donde viven las historias. Descúbrelo ahora