Capítulo 81

25.2K 1.3K 204
                                    


Tomo una larga bocanada de aire y abro la puerta minutos después.

Mi mirada está puesta en mis pies, no quiero coincidir con su mirada, no quiero verle de nuevo.
Pero algo me lo impide y hace que eleve mi mirada para encontrarme con la persona u objeto con el que acabo de chocarme y tambalearme hacía atrás.

Entonces mi mundo vuelve a caer y desordenarse.

Hayes está en frente mio, mirándome fijamente y empujándome lentamente hacia el baño cerrando la puerta trás de él con seguro.

—No sabía que iba a verte aquí.
–dice divertido.

—Yo tampoco. Con permiso.
–intento pasar por su lado de camino a la puerta, pero me impide el paso.

—Estás jodidamente preciosa.
–murmura mirándome de arriba a bajo.

Ruedo los ojos y vuelvo a intentarlo, pero otra vez vuelve a impedirme el paso. Está empezando a cabrearme.

—¿Qué quieres, Hayes?

—Te veo feliz.
–murmura caminando hacia mi dirección.

Sus ojos están clavados en los míos, sus cuerpo está avanzando en mi dirección, mientras que mis pies van retrocediendo hasta que siento la dura y fría puerta chocar contra mi espalda desnuda.

Hayes ríe con malicia y suficiencia, dejando estampar su mano contra la madera de la puerta. Sabe lo que está haciendo.

—Muy feliz. ¿Ya me has olvidado?
–pregunta sonriendo.

Su sonrisa es ladeada. Nada de una sonrisa tierna, es malvada y arrogante. Se parece al Hayes del inicio, el Hayes chulo y «chico malo» sin sentimientos de antes.

No me gusta.

—Puede que lo haya hecho.
–respondo fría.

—Te veo receptiva. ¿No me has echado de menos?

Odio esa facha y repetitiva manera de ser el típico chico malo y macho alfa de antes.

—Necesito irme, me están esperando.

Intento empujarlo pero solo consigo que su cuerpo se pegue al mío.

—¿Tu novio?
–ríe.

—Sí, ese mismo.

La sonrisa de suficiencia abandona su rostro y la cambia por unos labios apretados y un ceño fruncido. No le ha gustado nada mi contestación, aunque sea mentira.

—Déjame ser feliz, ahora lo soy y si no te importa.. desaparece de mi vida, de mi vista, por siempre.
–digo con rabia empujando su cuerpo y abriendo la puerta.

Ahora no me detiene. Me deja salir e irme.

La Leah de antes hubiera querido que me detenga, que me de la vuelta y me bese y me diga que me necesita y que todavía me quiere. Pero la de ahora, le importa bien poco y solo quiere volver con sus amigos y pasárselo bien.

Llego junto con Elijah, quién se encuentra con Jake hablando en un lado de la fiesta junto con otros chicos. Elijah me sonríe y rodea mi cintura apretándome contra su cuerpo y aplastando sus labios en mi mejilla cerca de las comisuras de mis labios.

Mi mirada cruza de nuevo con la de Hayes.
Su mirada está clavada en Elijah y en mi y su ceño está fruncido como de costumbre. Pero esta vez está mirando en dirección a Elijah, con mirada asesina.

—¿Te apetece volver a bailar?
–pregunta sacándome de mis pensamientos.

Asiento con la cabeza y su mano se entrelaza junto con la mía llevándome hacia donde el montón de gente está bailando al ritmo de la música.
Sus manos se aprietan en mi cintura, sus caderas se pegan con las mías y una de sus manos acaricia mi rostro apartando los mechones de pelo que caen por mi cara.

Destruyeme Donde viven las historias. Descúbrelo ahora