Capítulo 62

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Pelo moreno es lo primero que veo al abrir los ojos.
Pestañeo varias veces, me froto los ojos para ver si es cosa de mi imaginación... pero no, sigue ahí.
Cuando me levanto del colchón, quedando sentado en el, veo a Hannah sólamente con ropa interior.

¿Qué mierda?

Elevo la sábana y veo que solamente voy en bóxers, estamos semidesnudos en la maldita cama.

Un jodido mareo hace que la vista se me nuble y rápidamente me levanto de la cama cuando me recompongo. Me duele la cabeza como la mierda.

Hannah parece despertarse y rueda por el colchón para levantarse de el. Tomando su vestido el cual está en el suelo tirado. Seguido de las botas de tacón.

—¿Por qué cojones estás desnuda en mi cama? Que coño... ¿qué haces aquí?
–grito.

—Primero: no estoy desnuda, estoy en ropa interior. Y tranquilo, no le fuiste infiel a tu querida novia.
–ríe y siento ganar de golpear algo.

—Espero que eso sea verdad.
–digo apuntándole con el dedo índice.

Ríe y pasa por mi lado, tomando mi rostro con su mano derecha y mirándome directamente a los ojos.

—Nunca lo sabrás.

Me guiña el ojo y seguido aplasta sus labios sobre mis mejillas y camina hacia la puerta de la habitación marchándose, mirando sus caderas de manera exagerada y desapareciendo por ésta.

¿Qué coño paso ayer y por qué estaba aquí?




Leah

Doy un mordisco a la magdalena y después vuelvo a mojarla en la leche. Veo a Adi salir de la cocina con una taza blanca y unas pequeñas bolsas de magdalenas en su mano izquierda.

Se coloca a un lado mio, me sonríe y enciende la televisión.

—Buenos días.
–murmura y deja un beso en mi mejilla.

—Buenos días, Adi. ¿Te sientes mejor?
–pregunto devolviendo la mirada hacia la magdalena.

Le escucho chasquear y veo como menea su cabeza hacía ambos lados negando con ésta.

—No, eso debería preguntártelo yo. ¿Te sientes bien tú?

Le miro a los ojos por varios segundos y bajo la mirada. Siento las lágrimas quemar mi garganta, pero no pienso llorar más. No quiero.

A penas dudo que alguna lágrima pueda caer, después de pasarme toda la noche en vela llorando.

—Estoy. Simplemente estoy...
–murmuro.

Adi deja la magdalenas y el café sobre la mesa.
Me mira con una sonrisa triste, la misma que le dedico yo y me abraza. Siento una tranquilidad recorrerme por completo y yo también le abrazo.

Es lo que necesitaba en estos momentos, un abrazo de alguien querido. Los abrazos de Adi son curativos.

—Era lo mejor que te podía pasar, Leah. Ese chico no era para ti, en algún momento te iba a hacer daño.. y ya lo ha hecho. Tenía que pasar alguna vez.

Lo sé, claro que tenía que pasar. Pero tampoco esperaba que fuera tan pronto, a penas han pasado siete meses de nuestra relación y ya ha acabado de esta maldita manera.

Me duele, es reciente y es normal que duela.. pero le necesito aunque me duela admitirlo. Todavía le quiero, claro que lo hago.. no se deja de querer a una persona en un día. Espero que él piense igual, quiero saber que está haciendo, donde y con quién está.. sobre todo si se encuentra bien o en la misma circustancia que yo.

Destruyeme Donde viven las historias. Descúbrelo ahora