Capítulo 56

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Tomo una bocanada de aire.

Elevo mi mano hacia el timbre y lo toco, y al minuto se escuchan pisadas y se ve la puerta abrirse; aparece Tristan con una cerveza en una mano.
Me mira fijamente y yo frunzo el ceño cuando le veo, no tengo ganas de hablar con él después de como se comportó el otro día.

—¿Está mamá y papá?
–pregunto mirando por encima de su hombro hacia el interior de la casa.

Inclina la cabeza y se echa hacía un lado para que pueda pasar.

—Papá no está. Mamá está comprando, en unos minutos vuelve. Puedes pasar si quieres.

Gira sobre sus talones y camina por el pasillo hasta doblar para entrar al salón y hago lo mismo.

Ninguno de los dos habla.
Me mantengo callada, mirando hacia la televisión y jugando con los mechones de mi cabello.

—¿Vas en serio con ese?
–pregunta Tristan sin mirarme.

Ruedo los ojos.
No quiero discutir, de hecho, no he venido aquí para eso. Ni pensaba que él estaría en casa de mis padres.

—No pienso volver hablar del tema.
–murmuro entredientes.

Tristan suspira y aparta la mirada de la televisión para mirarme.

—No quiero discutir.
–responde.

—Entonces no saques el mismo tema de siempre. Ya sabes que le quiero y estoy y voy a estar con él a pesar de que a ti no te guste. Déjalo estar.

Odio que sea tan hermano sobreprotector y que no entienda que quiero a Hayes y quiero estar con él.
Realmente, no me importa si no le gusta Hayes para mi o si a cualquier persona no le guste, se supone que me tiene que gustar a mi no a nadie más.

Tristan suspira.

—Sólo quiero hablar con mi hermana como hermanos civilizados. ¿De acuerdo?

—¿Sobre qué? Sólo tienes a Hayes en la boca, solo hablas de él y de que no es bueno para mí. Estoy harta, después de como te comportaste el otro día.. no te mereces ni que te dirija la palabra.

Se calla y no vuelve a hablar ni decir nada más.
Hasta que pasan un par de minutos y vuelve a hablar;

—Lo siento, no debí comportarme de esa manera. Pero.. ya sabes que no me gusta ese tío para ti. ¿Vale? Puede que te quiera y tú a él, pero no váis a durar mucho tiempo. ¿Cuándo has visto que un chico como es él, esté con una chica que no es ni parecido a él en lo absoluto y duran más un par meses? sóis polos opuestos, ni con una chica que lleve la misma vida que la suya podría estar con él más de esos meses, es sumamente imposible.

Me levanto del sofá y me coloco en frente suya.
Ya se acabó toda la tontería, necesito marcharme.

—Los polos opuestos se atraen. Y amo a Hayes a pesar de que sea diferente a mi, no supone ningún problema para mi pero por lo visto para ti, sí. Es mi vida y si me tengo que caer sobre la piedra una o veinte veces es mi problema no el tuyo. ¿Sabes? Estoy harta de que seas así conmigo. Entiendo perfectamente tu postura, pero si te digo que estoy bien, estoy feliz y enamorada, quédate con esa maldita idea en la cabeza.

No espero a que hable ni me diga nada más, comienzo a andar hacia la entrada dispuesta a marcharme.
Tristan nunca va a entender ni va a querer ni apoyar la relación que tengo con Hayes, por mucho que se lo explique cien veces o más, es un caso perdido.

Refunfuño mientras que camino por la calle enfadada. Cuando escucho que me llama, pero no me giro, sigo andando. Estoy hasta las narices de que sea tan difícil hablar con él y que no entienda las cosas. Quizá en un futuro tenga razón o quizá no. Solo hace meterme ideas estúpidas en la cabeza, a pesar de que yo misma piense que es mentira.
Yo misma sé que tener una relación con un chico como es Hayes es demasiado complicado, pero voy a arriesgarme e intentarlo. Quiero hacer esto y si tengo que sufrir después por haber intentado algo con el chico que amo.. pues adelante. Nadie va a impedirlo.

[...]

Me llevo otra cucharada de helado de vainilla a la boca mientras que paso página a la revista que estoy leyendo. No soy muy partidaria de leer revistas, menos esos momentos en los que estoy aburrida y no sé que hacer. A parte, que distrae bastante a una cuando no esta bien.

Leo las noticias de las hermanas kardashian, mientras que me acabo el bote de helado de vainilla cuando de repente tocan al timbre.

Bufo y me levanto sin ganas del sofá, arrastrando los pies por el suelo hasta llegar a la entrada.
Abro la puerta sin ganas y sin esperarlo me encuentro el rostro de Adi al otro lado de la puerta. Lleva puesta una camiseta de manga corta azul marino, unos vaqueros hasta las rodillas y unas converse blancas.

Su mirada pasea por mi cuerpo escaneandome.
No me da vergüenza que vea con las pintas con las que voy.
Voy en pijama, con un moño mal hecho y caído y unos calcetines, porque soy de esa gente que no puede tener los pies descalzos. Necesito tener los pies cubiertos.

—Hola Adi, ¿Qué haces aquí?

Abro la puerta más para que pueda entrar y vuelvo hacia el sofá. Cierra la puerta y escucho sus pisadas detrás de mi.

—Me ha contado Tristan lo de vuestra pelea, otra vez. Y he venido a ver como estabas. ¿Te encuentras bien?

Me encojo de hombros y me siento en el sofá cruzando las piernas, tomando el bote de helado e hincando la cuchara en el helado para coger una gran cucharada de el.
Adi me mira pero no se sorprende, ya me ha visto hacer esto y embutirme mas de dos helados de tarrinas grandes en una sola tarde.

Cuando suelo hacer esto es porque no me encuentro bien, estoy con dolor de ovarios o estoy triste. Esta vez es porque estoy triste.

—No deberías comer tanto helado. Te va a sentar mal.

—Es un idiota.
–murmuro y frunzo el ceño.

Adi suspira. Se pasa una mano por el pelo y me vuelve a mirar.

—Lo sé. Y también sé que se comporta así porque está preocupado por ti y por lo que te pueda a llegar a pasar. Leah, ambos sabemos que Hayes no es trigo limpio. Por eso es que se preocupa Tristan, de que no te haga daño en un futuro. Porque no quiere eso para ti.

Dejo la cuchara en el bote ya casi vacío y lo dejo sobre la mesa de centro. Agarro una servilleta y me limpio la boca, para después arrugarla y tirarla dentro del bote de helado.

Tomo un suspiro y dejo escapar el aire lentamente.

—Ya lo sé. Pero debería preocuparse más de que su hermana está bien y esté feliz con esa persona. De momento no me esta haciendo daño, me esta haciendo feliz y es lo que cuenta. ¿No?

Adi asiente con la cabeza.

—Y no te quito la razón. Pero ya sabes como es él de sobreprotector, no podemos cambiarlo. No estes mal por eso ¿vale? Venga, qué quieres que hagamos.

Enarco una ceja y me pongo a pensar.

Realmente no tenía pensado ir a ninguna parte hoy y menos con las pintas que llevo puestas. Pero supongo que me vendrá bien despejarme y volver a esa época donde Adi y yo saliamos juntos como dos buenos amigos. Lo echaba de menos.

—¿Y bien?
–añade.

—Vámonos al cine, hace tiempo que no vamos. Y quiero palomitas.

Me froto la barriga mientras que saco la lengua y me relamo los labios. Adi suelta algunas risitas y me da la mano para levantarme del sofá.

—Pues venga, arréglate. Te dejo media hora.

Asiento y dejo un beso en su mejilla antes de marcharme dando pequeños saltitos como cuál niña pequeña hacia mi habitación. Sin duda, es un muy buen amigo cuando quiere. Menos cuando chivatea cosas a mi hermano, pero le quiero mucho.
















¡Holaaaa!!

Uf, que tensa la relación de Tristan y
Leah, ¿eh?

¿Que pasará? ¿harán las paces pronto?¿algún día se llevará bien él y Hayes?
Y.. ¿creéis que tiene razón?

¡Nos leemos!
❤❤❤❤❤


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