Capítulo 65

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La fiesta es en un local que Jake ha reservado con piscina incluída y todo decorado demasiado bonito.
Todos están bailando, hablando y reunidos cuando por la puerta entra Jake con un enorme ramo de rosas rojas, las favoritas de Cathy.
Le doy unos toques con la mano en el antebrazo a Cathy para que se de la vuelta, y cuando lo hace, la mandíbula le cae al suelo y sus ojos se ponen brillosos. Corre hacia Jake lanzándose a sus brazos, tomando el gran ramo entre sus manos y besándole.
Siento cómo me emociono al ver la escena que parece sacada de alguna película romántica.

Siento el brazo de Raffael apretarse en mi cintura, le miro de reojo y él me sonríe ampliamente mientras que ve la misma escena que yo. Todos los invitados empiezan a aplaudir y silbar, como si esto se hubiese convertido en una auténtica boda o pedida de mano.
De un bolsillo de su chaqueta saca una larga y fina caja de terciopelo morada y se la entrega a Cathy.

Ríe nerviosa y me echa una mirada de emoción, cuando abre la pequeña y alargada caja, un grito de sorpresa escapa de sus labios cuando del interior saca un colgante con las dos iníciales de su nombre y el de Jake. Lágrimas de ilusión caen por sus mejillas y me es inevitable que unas cuántas sueltas escurran por mis mejillas al ver a mi mejor amiga tan feliz y enamorada. Ha tenido suerte en encontrar a un chico como Jake, la trata como una princesa y le da todo lo bueno del mundo. Se merece todo eso e incluso más.

Se vuelven a besar e ilusionados se acercan hacia donde nos encontramos Raffael y yo. Cathy me sonríe y me enseña el precioso colgante que adorna su cuello mientras que lo toca con las yemas de sus dedos y mira enamorada a Jake.
Me siento muy feliz por ella, aunque por una parte triste por no tener nunca ningún momento como este. Sinceramente, no creo que nunca me pase algo similar.. pero me siento feliz por que Cathy sí lo tenga.

—¡Es precioso!
–exclamo.

—¡Sí, es realmente bonito!
–exclama con una amplia sonrisa.

Jake la abraza por la cintura y planta un beso en su mejilla. Le pide disculpas para irse con unos invitados que acaban de llegar y Cathy se queda conmigo ya que Raffael se ha marchado con Jake.

—Le quiero tanto.. que suerte tengo de tenerlo.
–murmura sonriendo.

—Te lo mereces muchísimo, Cathy.
–le devuelvo la sonrisa.

Ella me sonríe y mira por encima de mi hombro.
Traga en seco y devuelve la mirada hacia mi, su rostro cambia de alegre a algo incómodo.

—Creo que acaba de llegar el dios griego tatuado.
–murmura y suelta varias risitas.

¿Qué? ¿A que se refier....?

Oh, no...

Me giro hacia atrás, hacia la dirección que Cathy estaba mirando y veo a Hayes junto a Jake, Nathan y otros chicos más.

Me devuelvo hacia Cathy y la miro con los ojos abiertos. Intento tranquilizarme y mantenerme serena, aunque dudo que pueda hacerlo ya que mi corazón late demasiado rápido y fuerte contra mi pecho y mi respiración se ha vuelto irregular.
Estoy nerviosa.

Hace exactamente un mes que no lo he vuelto a ver, excepto un día que lo vi pasar con el coche cerca de la cafetería donde estaba. Y tenerlo a metros de distancia de donde estoy yo, hace que mi corazón se acelere y miles de cosquilleos se produzcan en mi cuerpo. No sé por qué sigo teniendo estos sentimientos por él. No entiendo por qué me sigo poniendo nerviosa como cuál niña cuando ve al chico que le gusta pasar por su lado, pero sigo teniendo esos malditos sentimientos que hace que Hayes no salga de mi cabeza ni un solo instante.

Me vuelvo a girar hacia atrás, cuando una mirada intensa y grisácea cruza con la mía. Siento que mi corazón da un vuelco y va más deprisa que antes.
La comisura de sus labios se eleva hacia arriba mientras que me observa de arriba a bajo. No está sonriendo del todo, pero tampoco esta serio. Es entremedio.
Está guapo como siempre: con unos vaqueros con algunos desgastes, una camisa blancq, unas botas negras y su típica chaqueta de cuero negra.

Destruyeme Donde viven las historias. Descúbrelo ahora